En medio de una sociedad diversa y plural, donde los jóvenes, mayoritariamente, “pasan” de la religión, sorprende gratamente el caso de un joven de 20 años, de Ripoll, Lluís Garcia, que ha reinterpretado una imagen románica que el 1916 fue comprada por 95 pesetas y que actualmente se encuentra en el Museo Episcopal de Vic.

Los jóvenes de Cataluña (y en general también los de España) no ven la fe como parte importante de la propia vida y por eso son muy pocos los jóvenes que participan en las parroquias. Aún más, miran con indiferencia y con suspicacias todo lo que está relacionado con la religión. La prueba de esto es que el alumnado de religión católica ha disminuido mucho desde la entrada en vigor de la Ley Celáa, por el hecho que esta materia ha dejado de “contar” para el cálculo de la nota media.

Debido a la falta de jóvenes en la Iglesia, no existe un relevo generacional en la vida eclesial. Y eso se ve en los templos prácticamente vacíos de gente joven y en la disminución de los centros religiosos. Así, según un informe reciente de la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Cataluña, la religión católica tiene 5795 centros de culto, y es la confesión religiosa que más templos ha perdido el último año, con 161 centros menos.

Por lo que respecta a la realidad religiosa, si hace 40 años, una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas dibujaba un país católico, con un porcentaje del 90,2% de creyentes, hoy el 60,9% de los españoles aseguran que no van casi a misa, si no es que van a funerales, casamientos o bautizos.

En 2019, el CIS decía que el 66,9% de los españoles se definían como católicos, aunque solo el 12,2% iba a misa todos los domingos y festivos y solo el 2,4% lo hacía diversas veces durante la semana. Y mientras que en 1980 el 98,3% de los matrimonios se casaban por la Iglesia, hoy su cifra es muy minoritaria (Religión Digital, 30 de octubre de 2022). Por lo que respecta al 2022, el CIS decía que “solo uno de cada diez jóvenes españoles se declaraba católico practicante”. Por eso en el pasado 2022, “el número de católicos bajó a su mínimo histórico con un 55’4%”, según el CIS (Religión Digital, 22 de noviembre de 2022).

Pues bien, a pesar de la secularización de la sociedad y de una juventud mayoritariamente que “pasa” de la religión, un joven de Ripoll, Lluís Garcia, estudiante de Humanidades y que por las mañanas trabaja en un taller de carpintería, ha querido (inspirándose en otras tallas de vírgenes de la zona), hacer una copia de una imagen románica de Santa María, datada en el siglo XIII, para que de esta manera pueda volver a Sant Bartomeu de Llaés. Este joven de Ripoll, autor de la nueva imagen, decía que la había “hecho a ratos y todo a mano”. Por eso, una vez terminada y después de más de cien años que la imagen original fue comprada y dejó el antiguo recinto del castillo de Llaés, el próximo 4 de marzo volverá a la iglesia donde originariamente fue venerada.

El Sr. Marc Sureda, conservador del Museo Episcopal de Vic, al ver la imagen que ha esculpido el joven de Ripoll Lluís Garcia, ha dicho que esta reproducción de la Virgen “es como ver la imagen que vuelve a la vida porque alguien la ha reinterpretada y se la ha hecho suya”. El mismo joven de Ripoll, autor de esta copia, ha dicho, muy sensatamente, que “en el ámbito cultural y de país, es importante que esta virgen” que él ha hecho, “vuelva a su origen y más en un lugar apartado, en un entorno rural”. Y es que reencontrar y dar a conocer el patrimonio religioso, es importante. Y por el contrario, desconocer e ignorar el hecho religioso, nos empobrece. Lo decía recientemente en una entrevista el expolítico Josep Lluís Carod Rovira, cuando afirmaba que “la incultura religiosa no deja de ser una forma más de incultura y de ignorancia” (Nació Digital, 2 de febrero de 2023).

Es significativo y muy loable, que el mismo Marc Sureda también haya dicho al ver la reinterpretación de esta imagen, que “no desmerece en nada de las vírgenes que tenemos aquí expuestas” en el Museo Episcopal de Vic.

Para hacer esta imagen, el joven Lluís Garcia, con muy buena intuición, ha utilizado, y con mucho acierto, “colores brillantes y dorados” como las vírgenes románicas del entorno.

Bendecida y expuesta en la iglesia del monasterio de Ripoll, esta santa imagen viajará a la iglesia de Llaés el próximo 4 de marzo, donde podrá ser venerada por los fieles, de la misma manera que fue venerada la imagen original de Santa María de Llaés.

Es de agradecer y de alabar la actitud y el trabajo de este joven de Ripoll, que, con ilusión, ha querido devolver a Llaés una imagen de la Virgen, para que sea venerada en su lugar de origen.