El pastor surrealista "¿Ya tiene permiso del obispo para celebrar la misa en valenciano?"

Iglesia de Borriana
Iglesia de Borriana

"El domingo 12 de marzo fui a Borriana a celebrar la Eucaristía funeral en el entierro del padre de un amigo mío. Me presenté al sacerdote que estaba allí y le pregunté si podía presidir la misa y si tenían el misal romano y el leccionario en valenciano"

"El sacerdote me dijo si ya tenía permiso del obispo para celebrar la misa en valenciano. Surrealista y kafkiano. Y eso en Borriana, donde la gente habla valenciano … Me dejó de piedra"

"Como me comentaba mi amigo, unos días después del funeral de su padre, mucha gente le dijo que era la primera vez que asistían a una misa en valenciano, cosa que es desconcertante"

"Si este sacerdote no entiende esto, haría bien de recordar que Jesús hablaba arameo. Y es que no habrían de ser las ovejas las que han de hablar la lengua del pastor, sino que habría de ser el pastor quien habría de hablar la lengua de las ovejas"

Después de escuchar estas palabras del sacerdote de la parroquia de la Virgen de la Merced de Borriana, me quedé de piedra. No me creía lo que estaba oyendo, de tal manera que si me pinchan, no me sacan sangre.
Y es que he celebrado Eucaristías en valenciano (o catalán) en l’Alcúdia, mi pueblo o en otros pueblo valencianos y nunca (pero nunca) me habían preguntado si tenía “permiso del obispo para celebrar la misa en valenciano”. Aún más, el año 2012 presidí, en valenciano, la Eucaristía en la parroquia del Salvador de Borriana, acompañado de otros sacerdotes que concelebraron conmigo, y ninguno de ellos me preguntó si tenía permiso para hacerlo en valenciano.

La anécdota que encuentro tan y tan absurda, además de surrealista, me pasó el domingo 12 de marzo cuando fui a Borriana a celebrar la Eucaristía funeral en el entierro del padre de un amigo mío.

Església de la Mercè de Borriana. El presbiteri
Església de la Mercè de Borriana. El presbiteri

Cuando abrieron la iglesia de la Merced me presenté al sacerdote que estaba allí y le pregunté si podía presidir la misa y si tenían el misal romano y el leccionario en valenciano. El sacerdote (con cara extraña por la pregunta que le hice), me contestó que no los tenían y si yo pensaba celebrar la Eucaristía en valenciano.

Cuando le dije que sí y que ya iría improvisando, traduciendo los textos del misal y del leccionario (del castellano al valenciano) sobre la marcha, el sacerdote me dijo si ya tenía permiso del obispo para celebrar la misa en valenciano. Surrealista y kafkiano. Y eso en Borriana, donde la gente habla valenciano y donde (en un pueblo más), el clero sigue dando la espalda a la lengua de Sant Vicent Ferrer.

Y es que aquel sacerdote no ha entendido que la Iglesia acoge todas las lenguas como signo de universalidad y de catolicidad y que celebrar la misa en la lengua del pueblo (como recomendaba el Vaticano II), habría de ser del todo normal. Y no. Todavía no es normal el valenciano en la liturgia en esta parroquia de Borriana, ni tampoco, desgraciadamente, en otros templos del País Valenciano. Y por eso mismo, porque aquel sacerdote no considera normal celebrar la misa en valenciano, me preguntó si tenía permiso del obispo para celebrarla en la lengua (¡no lo olvidemos!) de los cristianos de Borriana.

Este sacerdote, que me miró extrañado (como si yo le hubiese pedido la luna), en decirle que celebraría la misa en valenciano, habría de recordar las palabras del papa en la entrevista de hace dos meses en la revista Mundo Negro (4 de enero de 2023). El papa, a las preguntes de Javier Fariñas y Jaume Calveras, afirmaba que “el misionero anuncia el Evangelio según la cultura de cada lugar”. Y por eso Francisco elogiaba la capacidad de los misioneros de “entrar en la tierra y respetar las culturas”, ayudándolas, además, “a desarrollarlas”. El papa decía en esta entrevista, que los misioneros “no desenraízan a la gente”, afirmando además, que “lo que es católico es respetar las culturas”. También la valenciana, cosa que no hace el sacerdote de la parroquia de la Merced. Y es que “un misionero respeta lo que encuentra en cada lugar”, por el hecho que “la fe se incultura y el Evangelio coge la cultura de cada pueblo”, cosa que tampoco entiende este sacerdote de Borriana.

El sacerdote de la Merced habría de saber que Borriana es un pueblo valenciano-parlante y por lo tanto, celebrar la Eucaristía en valenciano habría de ser lo más normal del mundo. Por eso, preguntarme (como hizo), si yo ya tenía permiso del obispo para celebrar la misa en valenciano, lo encontré absurdo, como habría sido del todo absurdo, preguntar en Salamanca si un sacerdote ha de pedir permiso al obispo para celebrar la misa en castellano.

Borriana

El papa Francisco ha pedido que los presbíteros hagamos olor de oveja. ¿Y qué mejor manera de hacer olor de oveja que hablar la lengua del pueblo que servimos?

El presbítero que me hizo aquella pregunta tan fuera de lugar, habría de recordar porqué San Jerónimo, a finales del siglo IV, hizo la traducción de la Biblia, la llamada Vulgata, al latín. O porqué el Concilio Vaticano II apostó decididamente por la utilización de las lenguas vernáculas en la liturgia, como pasa en casi todos los países del mundo, a excepción del País Valenciano. Por eso el papa, cuando va de viaje apostólico a cualquier país, tanto las lecturas como los cantos de la misa, se hacen en la lengua propia de cada lugar. Y en Borriana la lengua de los cristianos de esta ciudad es el valenciano. Y es que Pentecostés manifiesta la universalidad y la catolicidad de la Iglesia, manifestada en las diversas lenguas de los pueblos. Pero por lo que veo, Pentecostes no ha entrado todavía en un sacerdote de una comunidad neocatecumenal, como es la Merced de Borriana.

El sacerdote de esta parroquia, que con su pregunta me dejó desconcertado (por decirlo de alguna manera), habría de recordar que el obispo Vicent Enrique i Tarancon, hijo de Borriana, cuando fue nombrado obispo de Solsona,defendió y habló (en plena dictadura) la lengua de los cristianos de aquella diócesis. Y estoy seguro que si ese sacerdote de la Merced lo enviaran a París o a Londres, segur que aprendería el francés o el inglés. Y es bueno recordar que el valenciano es muy fácil de aprender, con solo que el interesado tenga un mínimo de sensibilidad y de interés por sentirse del lugar donde ha estado enviado, para de esta manera no sentirse forastero o extraño a la tierra que lo acoge.

Y es que no habrían de ser las ovejas las que han de hablar la lengua del pastor, sino que habría de ser el pastor quien habría de hablar la lengua de las ovejas. Y esto en Borriana y en muchos otros pueblos, la jerarquía todavía no lo entiende o no quiere entenderlo.

Como me comentaba mi amigo, unos días después del funeral de su padre, mucha gente le dijo que era la primera vez que asistían a una misa en valenciano, cosa que es desconcertante, ya que la gente habla valenciano y los niños en las escuelas de Borriana estudian valenciano. Y es que los sacerdotes, mayoritariamente, continúan ignorando, cuando no despreciando, la lengua de Sant Vicent Ferrer, como si en Borriana (y en otros pueblos del País Valenciano) no existiera el valenciano, y solo existiese el castellano. Así se comporta también el obispo de la diócesis de Sogorb-Castelló, a la que pertenece Borriana, sin utilizar nunca el valenciano en los pueblos valenciano-parlantes.

Por eso, si el sacerdote que me hizo aquella pregunta tan absurda no quiere ser un colonizador sino un pastor que acoge a los cristianos de Borriana, habría de aprender valenciano y utilizar en la liturgia la lengua de Sant Vicent Ferrer, como hacen, por ejemplo, las familias del Camino Neocatecumenal, que cuando son enviadas en misión a cualquier país, lo primero que hacen es aprender la lengua de los habitantes donde van y así se inculturan en la tierra donde son acogidos.

Si este sacerdote no comprende esto, estará despreciando la lengua de los cristianos de la ciudad donde sirve como pastor, y que merecen un respeto. Y si este sacerdote no entiende esto, haría bien de recordar que Jesús hablaba arameo, la lengua con la cual conversaba con María y con José, con María Magdalena y con los apóstoles. Jesús no hablaba la lengua de la cultura de aquel momento, que era el griego, ni tampoco la lengua del imperio, el latín. Por eso Jesús, hoy hablaría valenciano en Borriana. Y no sé si este sacerdote, en caso que Jesús de Nazaret fuese a la parroquia de la Merced, le preguntaría si “ya tiene permiso del obispo para predicar en valenciano”.

Me gustaría que este sacerdote tuviese interés en la lengua de Borriana e introdujese el valenciano en la liturgia, para de esta manera hacer más visible Pentecostés. Y que el obispo de Sogorb-Catelló también utilizase (cosa que no hace nunca) el valenciano, para sentirse parte de este pueblo, respetando amando y hablando la lengua d Sant Vicent Ferrer.

Amén.

El Buen Pastor

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