¿Los que no quieren vacunarse están en su derecho a no hacerlo? Las vacunas salvan vidas: no las desaprovechemos
Y con todo, hay personas (y no son pocas) que no quieren vacunarse, sin que sean conscientes que ponen en riesgo su propia salud y también la de los demás
Los que han rechazado vacunarse, ¿habrían de ir a misa? Porque también pueden contagiar a los demás ¿Y a la Universidad? ¿Y al centro de salud? ¿E ir en tren, metro o en autobús? ¿Y al teatro, a ver una película o a comer a un restaurante?
Estas son las palabras del papa Francisco en la introducción del libro, “Más allá de la tempestad”, en la cual el periodista Fabio Marchese Ragona entrevista al obispo de Roma. Francisco ha dicho que “gracias a la vacuna estamos volviendo a ver, poco a poco, la luz”. Al mismo tiempo, como ya ha hecho otras veces, el papa ha insistido en la necesidad de “que todas las personas del mundo tengan acceso a la vacunación” (Religión Digital, 8 de septiembre de 2.021).
Y con todo, hay personas (y no son pocas) que no quieren vacunarse, sin que sean conscientes que ponen en riesgo su propia salud y también la de los demás. Cabe recordar que según los epidemiólogos, los que no se vacunan tienen ocho veces más posibilidades de ingresar en el hospital y trece veces más de acabar en la Uci que una persona vacunada. Solo hace falta recordar que (entre otros) el expiloto valenciano Jorge Lis, con 46 años, y que no se quiso vacunar, desgraciadamente ha muerto de Covid, después de 45 días en la Uci del hospital La Fe de València (Levante, 7 de septiembre de 2.021). Y los que piensan que la Covid no va con ellos porque son jóvenes, también se equivocan, ya que recientemente, Dany Toledo, un motorista valenciano de tan solo 36 años, y que no se había vacunado, también ha muerto por Covid (Levante, 22 de septiembre de 2.021).
¿Los que no quieren vacunarse están en su derecho a no hacerlo? Pero, cuidado, porque con su negativa a ser vacunados ponen en peligro a los que sí que se han vacunado. Por eso los que no quieren vacunarse ¿habrían de ir al supermercado? Porque si tienen el virus pueden contagiar a los que estén comprando allí. Y es que la vacuna no protege al 100% a los que han recibido las dos dosis.
Los que han rechazado vacunarse, ¿habrían de ir a misa? Porque también pueden contagiar a los demás ¿Y a la Universidad? ¿Y al centro de salud? ¿E ir en tren, metro o en autobús? ¿Y al teatro, a ver una película o a comer a un restaurante?
Por eso el presidente de los EEUU ha obligado a vacunarse a los funcionarios y a los empleados federales: “No se trata de libertad personal; se trata de protegerse uno mismo y a los que te rodean”, ha dicho Biden para justificar la necesidad de vacunarse (Levante, 10 de septiembre de 2.021). Y también Italia exigirá que se vacunen todos los trabajadores (Vilaweb, 16 de septiembre de 2.021). Incluso el Vaticano exigirá el certificado Covid a sus empleados (La Vanguardia, 21 de septiembre de 2.021). Alemania ha dado un paso más para penalizar a los que no se quieren vacunar: los trabajadores que han rechazado la vacuna, no tendrán derecho a la baja laboral en caso que se hayan contagiado de Covid y no puedan ir a trabajar.
El presidente del País Valenciano, Ximo Puig también considera que “el pasaporte Covid es una buena iniciativa” que, además, “ayudará a reactivar el turismo” (Levante, 18 de septiembre de 2.021).
Por eso estoy totalmente de acuerdo con el Sr. Jordi Serrano, que en su artículo: “Carta a la gent que no es vol vacunar” (Diario de Girona, 10 de septiembre de 2.021),afirmaba: “No es liberal no quererse vacunar cuando se vive en comunidad. Si uno no se quiere vacunar y se va a vivir solo en un bosque, sin relacionarse con nadie para nada, sí. Pero si se relaciona con gente, no hay derecho. No hay derecho a suicidar a los demás. Eso no es liberal, eso es ser egoísta e insolidario”. Y también estoy de acuerdo con el artículo: “La obligación de vacunarnos” (Levante, 10 de septiembre de 2.021) de los Srs. Felipe Guardiola y Enrique Linde.
Por eso el papa ha dicho que “vacunarse es un acto de amor” (Catalunya Religió, 18 de agosto de 2.021), ya que además de protegerse a uno mismo, con la vacuna también protegemos a los que nos rodean. Y es que vacunarse es una decisión individual, pero que afecta a toda la población. Y eso no lo habrían de olvidar los que rechazan la vacuna.
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