XXIV Jornadas de la ABE: «La Biblia como literatura. La Biblia en la literatura»
Las tres ponencias, que configuraron el desarrollo de las Jornadas, giraron en torno al título de las mismas: «La Biblia como literatura. La Biblia en la literatura».
* «La Biblia y su intertextualidad», por Gregorio del Olmo Lete (catedrático emérito de la Universidad de Barcelona).
El Dr. del Olmo argumentó que la lengua se transmite como un relato y que este hecho está en la base de la intertextualidad. La cultura, afirmó, es un proceso de transformación y de transmisión. En este contexto, la Biblia se nos presenta como un relato de la experiencia del encuentro con Dios, una experiencia de lo divino.
Hay, continúo, una intertextualidad ascendente y una intertextualidad descendente. La Biblia depende de un contexto cultural anterior (intertextualidad ascendente). El AT es la intertextualidad ascendente del NT, como su dependencia más intrínseca.
Por su parte, el AT presenta diversas intertextualidades. En los relatos de la Creación se parte de una intertextualidad anterior: los relatos babilónicos. Los autores bíblicos no sólo conocían los relatos sino, también, su representación: unos relatos que se representaban en forma teatral. Los israelitas conocen, han visto estos relatos en su exilio babilónico: el Enúma Elish. El redactor bíblico transforma estos relatos, aunque manteniendo elementos que permiten identificarlos. El relato del diluvio es una «copia» de un relato anterior: el Atrahasis; el prólogo y el epílogo de la narración bíblica lo trasforma, cambia su motivación. El libro de José sigue el esquema de la novela egipcia de los dos hermanos.
Volvemos a encontrar intertextualidad en los libros sapienciales, que en algún caso se convierte en copia o cita de otros textos: Proverbios o Cantar de los Cantares son dos ejemplos claros de esta intertextualidad ascendente. Algo similar pasa con el libro de Job. En la escatología encontramos también antecedentes cananeos; dos ejemplos serían la teología sobre al muerte y la resurrección en Pablo o la escatología de Is 27.
Respecto a la intertextualidad descendente, los relatos de Adán y Evan se hacen presentes en abundante literatura posterior. Los temas del origen de la vida, la existencia y origen del mal, la sexualidad, etc. son una actualización antropológica de los textos de la Biblia. El Éxodo será leído desde una perspectiva política. El mito de los orígenes de la nación norteamericana es una lectura de intertextualidad descendente del relato bíblico. O también el uso del libro del Cantar de los Cantares como paradigma del lenguaje místico. Los ejemplos de intertextualidad descendente son múltiples en la literatura clásica y en la actual.
* «La Biblia y sus traducciones en la historia del español», por Claudio García Turza (Catedrático de la Universidad de la Rioja)
El ponente comenzó hablando de las influencias de la Vulgata: La Vulgata, y su antecedente la Vetus latina, está influenciada por los moldes lingüísticos de la lengua griega, afirmó. La Vulgata acaba siendo un texto aceptado, reverenciado y propagado, desde la perspectiva de la influencia del latín. El texto latino del Antiguo Testamento, en la Vulgata, es auténticamente una traducción a partir de los textos hebreos, arameos y griegos, por parte de san Jerónimo. El Nuevo Testamento, por el contrario, es una revisión de la traducción de la Vetus latina.
Los rasgos más característicos del español escrito se encuentran ya en la Vulgata, argumentó. Las influencias del cristianismo y de la Biblia (en sus traducciones al latín) han dejado una indeleble huella en la lengua española.
Los pensadores cristianos utilizarán el llamado «nuevo futuro» (en latín), con una clara orientación ética, entendido desde una perspectiva interior y, por consiguiente, no sólo externo. La renovación del futuro latino debe considerarse como uno de los elementos más importantes influenciados por el cristianismo, en general, y la Biblia, en particular. No será éste la única influencia, aunque sí una de las más importantes. También influenciarán en la lengua española: los adverbios acabados en «mente», la desaparición del neutro, etc.
* «Biblia y literatura: la mirada del escriturista», por José Manuel Sánchez Caro (Catedrático emérito de la Universidad Pontificia de Salamanca)
Comenzó, el Dr. Sánchez Caro, afirmando que Luis Alonso Schoekel seguramente es el pionero, en lengua castellana, en el estudio de la Biblia como literatura. Aseverando, seguidamente: La influencia de la Biblia en la literatura es innegable.
La fuerza literaria de la Biblia influye primeramente en judíos y cristianos, como referente de su fe. Las traducciones a las diferente lenguas, constituye un segundo momento. El contacto «confesional» y, también, cultural de la Biblia con la literatura será decisivo. La Biblia es una obra clásica, continúo; tiene una capacidad de mensaje que traspasa todos los tiempos… Sin el pueblo judío, sin la comunidad cristiana la Biblia no hubiese tenido la influencia literaria que ha alcanzado.
Señaló cuatro presupuestos a tener en cuenta:
1. Distinción entre Biblia y Sagrada Escritura. La Biblia es un conjunto de libros de diversa procedencia y cronológica; una obra literaria; pertenece a la humanidad entera. Sagrada Escritura, por su parte, es un conjunto de libros admitidos como normativo para una comunidad creyente.
2. La comunidad creyente que admite la Biblia como literatura y como normativa.
3. Los que consideran la Biblia como literatura, pero rechazan cualquier tipo de inspiración divina.
4. Acercamiento literario, pero no cerrados a otros tipos de lecturas; exigiendo respeto a unos y a otros.
Y, aclaró, según su criterio, las actitudes adecuadas a los diversos presupuestos:
a) Como creyentes no podemos rechazar las aproximaciones literarias, aunque se queden en sólo estas aproximaciones.
Todas las aproximaciones están condicionadas por una precomprensión propia. El reconocimiento de esta realidad es necesario.
b) La Biblia no es propiedad exclusiva de los creyentes judíos y cristianos. Es también una obra literaria de primer orden.
c) El estudioso cristiano de la Biblia debe dedicar también una parte de su tiempo al estudio de la literatura.
d) El estudioso cristiano que dedica también parte de su tiempo al estudio de la literatura conseguirá una mayor perspectiva en el estudio bíblico y del influjo de la Biblia en la literatura general.
Acabó concluyendo: el descubrimiento de la Biblia por el estudioso literario no debe dejarnos indiferentes. La colaboración interdisciplinar, el enriquecimiento que supone, el respeto, un nuevo areópago, etc. lo convierten en necesario.
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Junto a las tres ponencias, las Jornadas propiciaron el trabajo de los diferentes seminarios permanentes de la Asociación Bíblica Española: Antiguo Testamento, Nuevo Testamento, Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento, Biblia y Pastoral, y Biblia y Antiguo Oriente.
En la Asamblea general de los asociados se reeligió como director a Santiago Guijarro, como secretario a David Álvarez y como subdirector a Carmen Bernabé. Como vocales fueron elegidos: Juan Chapa, Guadalupe Seijas, José Luis Barriocanal y Álvaro Pereira.
También hubo un hueco para la presentación de las novedades de publicaciones de los asociados, y el saludo a los presentes del biblista argentino Jorge Blunda, invitado a las Jornadas, que presentó a los participantes la recién creada «Asociación Bíblica Argentina», con escasamente un año y medio de vida.
Javier Velasco-Arias