"Cuando el lobo entra en el rebaño, el pastor no duerme ni descansa; trabaja día y noche por ahuyentarlo a fin de salvar la vida de sus ovejas. Si por falta de solicitud, de vigilancia y de trabajo se pierden, ¿qué responderemos a Jesucristo cuando nos pida cuenta de las almas que confió a nuestro cuidado."
¿Qué responderán los que las han perdido a decenas de miles? ¿Y los que ya apenas les queda rebaño? ¿Creerán en Jesucristo? ¿Cómo seguir a un pastor a quien le importan un rábano sus ovejas? ¿Y al que mete al lobo en el rebaño? ¿Hay lobo? ¿Hay ovejas? ¿Hay pastor?
Pues yo, que creo hasta en los Reyes Magos, echo de menos, muchísimo, a más Valeros Nacarinos.