Obviamente no va a recibir mi felicitación. Ni creo que reciba muchas pues es el obispo más odiado de España. Y en mi opinión el peor de todos.
Si le traigo es para expresar, una vez más, mi extrañeza por que no le hayan aceptado la renuncia des`pués de un año exacto de haberla presentado. La diócesis de San Sebastián, tras su paso y el de su antecesor Setién por ella, está destrozada. Esas personas por las que tanto intercedió han abandonado la religión católica. Y hoy las Vascongadas, antaño la región más católica de España, es, con Cataluña, la más secularizada.
Y todavía le mantienen de obispo en ejercicio. Haciendo daño. Son numerosos los católicos, vascos y de otras regiones, que por causa de Uriarte y los suyos se han alejado de la Iglesia. Comprendo que es difícil, después de tanto destrozo, encontrarle un sustituto. Pero tendrán que dar con él. No es normal que un granjero meta a la zorra en el gallinero o el lobo en el aprisco. Pero lo es menos que cuando la zorra o el lobo encuentran la salida para irse el granjero se la obstruya para que se queden.
El único consuelo es que mañana caen los setenta y seis. Ya no puede durar mucho.