Reconocimientos vaticanos.
Hoy anuncia la Santa Sede una serie de nombramientos en la Pontificia Comisión para la América Latina. Uso la terminología vaticana. Tres consejeros y doce miembros. Entre los primeros está Don Antonio Cañizares. Seguramente por razón de cargo. Pero me alegra mucho su presencia hispana y estoy convencido de que será un excelente consejero.
Entre los miembros de la Comisión hoy nombrados está un cardenal que es la referencia del catolicismo mejicano, el arzobispo de Guadalajara. Monseñor Sandoval sólo tiene una pega que me encantaría no tuviera. Su edad. Antes o después, mejor tarde que pronto, le será aceptada la renucia que ya presentó. Extraordinario obispo mejicano.
También ha sido nombrado el que, en mi humilde opinión, es el mejor de los obispos argentinos: Monseñor Héctor Rubén Aguer, arzobispo de La Plata. De muchísimos kilates.
Y hay un tercer arzobispo, el último de la lista pues sólo es coadjutor, cuyo nombramiento también me regocija no poco. Y que algo debe querer decir. El de Don Juan José Asenjo. Le encomendaron un absurdo marrón en el que las está pasando canutas. Parece que por lo menos se han dado cuenta y se lo pretenden endulzar. Aunque pienso que mejor menos chuches y resolver de una vez lo que motivó su nombramiento. No éste. El de coadjutor.
No entiendo alguna preferencia protocolaria en la redacción de la noticia. Cañizares antes que Levada. Ni su Congregación ni su antigüedad como prefecto le preceden. ¿Tal vez su antigüdad cardenalicia? Si así hubiere sido no digo nada. Y Don Antonio Lasierra si nos lee y quiere nos lo puntualizará. Y como nos lee y quiere seguro que lo va a hacer.