La misma persona que creo fue quien descubrió que se había suspendido la aparición de la versión catalana, en la Editorial Claret, del libro de Pagola nos cuenta ahora, tomo la noticia de RD, que el obispo de San Sebastián quiere prestar un último servicio a su amigo y antes de dejar la diócesis de San Sebastián va a dar el
nihil obstat al texto corregido y expurgado.
Pues muy bien. Ello viene a confirmar paladinamente dos cuestiones.
Que el libro contenía errores, expresiones confusas o lo que fuere que no se compadecían con la doctrina católica. Pese a lo que piensen sor Virtudes, la revista diocesana de Jaén, el CET, los marianistas, los claretianos y el
sursum corda.
Que los que tenían razón era el obispo de Tarazona y los teólogos que lo criticaron.
Veremos lo que queda. Porque el
nihil obstat episcopal es sólo una presunción
iuris tantum. No un dogma de fe. Ojalá el obispo Uriarte dé el
nihil obstat a lo que verdaderamente no obsta. Esperemos que sí porque sabe que en Roma están esperando. Concretamente monseñor Amato. Que acaba de comunicármelo el cardenal Re.
Una vez más teníamos razón. Y la protesta ha causado el efecto que tenía que causar. Hay que agradecérselo en primer lugar al obispo de Tarazona. Que ha hecho un gran servicio a la Iglesia. Y también a Pagola y a Uriarte.