Al defensor del arzobispo de Toledo.

No tiene usted que convencerme de que el arzobispo de Toledo es una buena persona y un obispo fiel al Papa porque estoy convencido de ello. Pero el argumento de que los miembros de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal no son responsables de lo que se publica en la página de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal no se sostiene. Son directísimos responsables. Si no del artículo, que eso es cosa de Canals, sí de que el artículo esté en donde está.

Posiblemente el artículo ya estaba allí cuando Don Braulio fue elegido miembro de la Comisión. Me creo sin el menor problema hasta que no se hubiera leído tan inane página. Pero hoy ya se ha leído el artículo. Me juego lo que sea. Y si dice que no lo ha leído será una mentirijilla episcopal. Que a veces las dicen los obispos. Y además no justifica nada porque, con la que se ha armado, si no lo ha leído, que se lo lea.

Comprendo que retirar ahora el artículo lo entenderán algunos como una bajada de pantalones ante la denuncia de esta cigüeña. Y que eso le saque de quicio a más de un miembro de la vergonzosa Comisión. Pero ellos verán. Mientras esa muestra de afecto al Papa de Canals esté ahí, los seis obispos de la Comisión, el claretiano y hasta el presidente de la Conferencia Episcopal no quedan bien. Porque están avalando un texto sumamente reticente con Benedicto XVI. Y a mí eso me parece feo en unos obispos.
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