El clérigo donostiarra Pagola escribió un libro que fue un gran éxito editorial. La editora y el autor debían estar satisfechísimos por todos los ingresos que les supuso el texto en cuestión.
Pero hete aquí que el texto en cuestión fue cuestionado en su ortodoxia. Y algo debería tener por cuanto el autor se prestó voluntariamente a hacer precisiones, correcciones, explicaciones o lo que fueren. Y el libro enmendado recibió el
nihil obstat de su obispo diocesano, el inefable Uriarte.
Con la polémica, las correcciones y el
imprimatur el éxito de la nueva edición estaba asegurado. Se iba a vender como rosquillas. Un auténtico chollo para el autor y la editorial. Pues de momento, y ya ha pasado, o está a punto de pasar, un año,
rien de rien. Alguien debería decirnos que es lo que ocurre porque esto es raro, raro, raro. Y algo evidentemente está ocurriendo.