Y más monstruos que amenazan el mañana.

Seguimos soltando demonios con absoluta irresponsabilidad. A ver quien los encierra después. A los cien años de la Semana Trágica de Barcelona, en la que ardieron numerosísimas iglesias, los muros de veinte de ellas han aparecido el domingo con pintadaras amenazadoras. "La único Iglesia que ilumina es la que arde". Y otras por el estilo.

No se me ocurre culpar de ello al cardenal de Barcelona. Pero eso es lo que tiene en su diócesis. Tan descristianizada. Miremos por donde miremos el futuro es negrísimo. Para la Iglesia y para la sociedad. Paro, corrupción, crimen, droga, ruina... Alguien lo está haciendo muy mal. O muchos álguienes. Cuando una sociedad se desmorona puede ocurrir de todo. Y nada bueno.
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