Un obispo al que le gusta decir no.

Quería olvidarme una temporada del obispo de Málaga hasta el día en que pudiera anunciar, felicitándole, que el modo extraordinario por fin se celebraba sin problemas en su diócesis. O que había sustituido al vicario general, reliquia de los peores momentos de la diócesis malagueña.Pero este obispo de los noes, el sí parece que lo reserva en exclusiva al señor Fernández-Casamayor a quien además de mantenerle de vicario general hace deán de la catedral, procura méritos para ser inquilino distinguido de este Blog.

Me callé ante la casamayorada y seguía esperando el anuncio de la celebración de esa misa que el Papa quiere que se celebre si hay fieles que lo solicitan. Pues de momento hay fieles y no hay misa. Lo que si hay es que el obispo se opone a que el Cautivo sea nombrado alcalde perpetuo de Málaga.

Argumentando que no es partidario de que se mezcle la religión con la política.

http://www.diariosur.es/20091023/malaga/obispo-opone-cautivo-alcalde-20091023.html

¿Dónde está la política? ¿Es que piensa que el cautivo va a presidir los plenos municipales, cobrar comisiones por la recalificación de terrenos, o colocar a sus parientes a costa del erario público? ¿Y esa majadería se le ocurrió a él o es otra casamayorada?

Yo no sé si esa petición es mayoritaria del pueblo de Málaga o una ocurrencia de los cofrades del Cautivo. Entiendo perfectamente que el obispo se quiera asegurar de un sentimiento de la mayoría de los malagueños. O de una parte importante de los mismos. Y hasta que disuada a cuatro forofos de que pidan excentricidades. Cosa que debería hacer con tacto y delicadeza y no quia nominor leo. Que parece ser es lo que le pide el cuerpo.

Pero el que mezcla la religión con la política es él. No es nada político que los valencianos quieran a su Madre de los Desamparados, los aragoneses a la Pilarica o los gallegos a Santiago, capitán general, alcalde perpetuo, regidor honorario o archipámpano de las Indias. Es sólo una demostración de afecto y de considerles importantes en sus vidas y en la de sus ciudades. Nada más. Lo extraño es que eso al obispo le moleste. Como le molestó que cuatro o cuarenta malagueños quisieran oír misa por el modo extraordinario.

Pues yo, que le molesto a Catalá, de lo que me di cuenta en la única ocasión en que me tropecé físicamente con él, protesto de sus molestias viscerales. Porque me parecen injustas y, sobre todo, patosas. E hipocritillas. ¿No quiere mezclar la religión con la política? ¿Cómo Carmen Chacón? Pues a ver si tiene bemoles casamayoréuticos de prohibir la presencia de la Legión en la Semana Santa. Que eso. según él, debe ser política. ¿O no?

Como vengo diciendo que el obispo de León es impresentable para presidir la Comisión Episcopal de Liturgia me atrevo, con todo respeto, a sugerir a los obispos de España que le sustituyan por Catalá. Tendrían más de lo mismo. Y muy antipáticos los dos.
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