El sinsentido de la HOAC

He dicho varias veces que no le veo el menor sentido actual a la HOAC y a la JOC. Y si miramos al pasado creo que ambas han sido mucho más una caja de reclutas del marxismo, el socialismo y el sindicalismo anticatólico que de hijos de la Iglesia. Por supuesto que es una opinión personal.

Hoy ser obrero, y si especializado más, no supone la menor pertenencia a un gueto de miseria y explotación. Sus hijos no son señalados en los colegios a los que asisten, se sientan en el cine en una butaca al lado de la tuya y si, van a misa, en el banco donde también se sienta un banquero o un notario. Y los sindicatos no existirían sin las cuantiosas ayudas del Estado. La militancia en ellos es mínima y apenas se sienten identificados con ellos quienes maman de su ubre.

Pero la Iglesia parece que quiere seguir manteniendo esa ficción. Que los mismos movimientos se encargan de desautorizar. La HOAC acaba de elegir presidente. Que por primera vez es una mujer. ¿Descargadora en Mercamadrid? ¿Maquinista de Metro? ¿ Limpiadora del Corte Inglés? Pues no. Maestra diplomada y psicopedagoga, Una universitaria.

Se puede entender una pastoral con los inmigrantes, con los jóvenes en general, con la tercera edad... Y que la Acción Católica tenga ámbitos especializados para esos sectores. Pero la obrera me parece una especialización inútil. Una reliquia del pasado. Y no demasiado glorioso. Por los resultados. Que la idea de volver al mundo obrero a la Iglesia no se puede criticar. Aunque se haya llevado tan mal y con tan poco éxito.

Repito que es una opinión personal que no hay que compartir. Pero yo pienso así.
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