No tenía yo gran confianza en la nueva etapa de la COPE pero he esperado a ver lo que salía. Y me parece penoso lo que está saliendo. Incluso vergonzoso. El síndrome de Estocolmo con el que llegan es tan agudo que me parece suicida.
Llevan tres días y los oyentes han soportado, supongo que no pocos con indignación, al exministro Alonso y a Cayo Lara como invitados de honor. Menuda inauguración. Por ese camino lo que le ocurrió al
ABC de Zarzalejos va a ser una bagatela comparado con el batacazo que se van a dar.