Encuentro de Adviento (2007): Vivir, esperar y anunciar
Cuelgo esta propuesta de Celebración de Adviento, por si a alguien le sirve en estas fechas. La titulo, "Encuentro de Adviento (2007): Vivir, esperar y anunciar"
* Saludo y Canto:
Ven, ven Señor no tardes; ven, ven, que te esperamos; ven, ven Señor, no tardes, ven pronto Señor.
- El mundo muere de frío, el alma perdió el calor; los hombres no son hermanos, el mundo no tiene amor.
- Al mundo le falta vida, al mundo le falta amor; al mundo le falta el cielo, al mundo le faltas Tú.
* Lectura de la Palabra de Dios:
“Sus discípulos llevaron a Juan todas estas noticias. Entonces él, llamando a dos de ellos, los envió a decir al Señor: ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro? Llegando donde él, aquellos hombres dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado para que te digamos: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? En aquel momento curó a muchos de sus enfermedades y dolencias, y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos. Y les respondió: “Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva; y ¡dichoso aquel que no se escandalice de mí!” (Lc 7, 18-23).
* Silencio y respuesta a la Palabra, cantando:
Con vosotros está y no le conocéis, con vosotros está, su nombre es “El Señor” (bis).
Su nombre es “El Señor” y pasa hambre y clama por la boca del hambriento y muchos que lo ven, pasan de largo, acaso por llegar temprano al templo. Su nombre es “El Señor” y sed soporta, y está en quien de justicia va sediento, y muchos que lo ven pasan de largo, a veces ocupados en sus rezos.
* Reflexión de Adviento: Vivir, esperar y anunciar. (Aparecerá mañana, por si a alguien le sirve).
* Tiempo de oración personal y diálogo. Textos bíblicos y cuestionario de ayuda. Puesta en común.
* Volvemos a la oración en silencio. Nos acompañamos del “Ave María” de Franz Schubert.
* Preces de la Comunidad.
* Respondemos con el Gure Aita - Padre Nuestro.
* Oración final.
* Cantamos al despedirnos: El Señor hizo en mí maravillas, gloria al Señor.
- Engrandece mi alma al Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador.
- Se inclinó a la pequeñez de su esclava, desde ahora dichosa me dirán todos los siglos. El Señor hizo en mí...
- Maravillas hizo en mí el Poderoso y Santo es su nombre.
- Su bondad por los siglos de los siglos, para aquéllos que le temen. El Señor hizo en mí...
- Desplegó fortaleza su brazo, dispersó a los soberbios.
- Derribó a los potentados de los tronos, encumbró a los pobres. El Señor hizo...
- A los hambrientos llenó de bienes y a los ricos despidió vacíos.
- Acogió a Israel su siervo, recordando su bondad. El Señor hizo en mí...
- Según habló a nuestros padres, en favor de Abraham y su linaje para siempre.
- Gloria al Padre, al hijo y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. El Señor hizo en mí...
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Textos bíblicos:
“En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo y dijo: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien. Mi Padre me lo ha enseñado todo, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Lc 10, 21-22).
“Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento... velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo regresará el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada. No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!” (Mc 13, 33-37).
“No todo el que me diga, “Señor, Señor”, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial... Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca” (Mt 7, 21.24-25).
“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres... He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 28.38).
Cuestionario de ayuda:
1. ¿Qué peso tiene, hoy, en nuestra vida de cristianos, la promesa de que el Reino de Dios irrumpirá en plenitud, “a la hora que menos penséis”?
2. ¿Cómo ves la relación de la esperanza cristiana con una cultura tan antiutópica como la presente?
3. ¿Sabemos del mundo a partir de los pobres y pecadores, y sabemos de Dios a partir de Jesús y su vida?
4. ¿Habla nuestra boca desde el “amor de Dios y a Dios” que sobreabunda en nuestro corazón?
5. ¿Cómo ayudamos a que crezca el Reino de Dios y cuándo sentimos que no lo hacemos?
* Saludo y Canto:
Ven, ven Señor no tardes; ven, ven, que te esperamos; ven, ven Señor, no tardes, ven pronto Señor.
- El mundo muere de frío, el alma perdió el calor; los hombres no son hermanos, el mundo no tiene amor.
- Al mundo le falta vida, al mundo le falta amor; al mundo le falta el cielo, al mundo le faltas Tú.
* Lectura de la Palabra de Dios:
“Sus discípulos llevaron a Juan todas estas noticias. Entonces él, llamando a dos de ellos, los envió a decir al Señor: ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro? Llegando donde él, aquellos hombres dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado para que te digamos: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? En aquel momento curó a muchos de sus enfermedades y dolencias, y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos. Y les respondió: “Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva; y ¡dichoso aquel que no se escandalice de mí!” (Lc 7, 18-23).
* Silencio y respuesta a la Palabra, cantando:
Con vosotros está y no le conocéis, con vosotros está, su nombre es “El Señor” (bis).
Su nombre es “El Señor” y pasa hambre y clama por la boca del hambriento y muchos que lo ven, pasan de largo, acaso por llegar temprano al templo. Su nombre es “El Señor” y sed soporta, y está en quien de justicia va sediento, y muchos que lo ven pasan de largo, a veces ocupados en sus rezos.
* Reflexión de Adviento: Vivir, esperar y anunciar. (Aparecerá mañana, por si a alguien le sirve).
* Tiempo de oración personal y diálogo. Textos bíblicos y cuestionario de ayuda. Puesta en común.
* Volvemos a la oración en silencio. Nos acompañamos del “Ave María” de Franz Schubert.
* Preces de la Comunidad.
* Respondemos con el Gure Aita - Padre Nuestro.
* Oración final.
* Cantamos al despedirnos: El Señor hizo en mí maravillas, gloria al Señor.
- Engrandece mi alma al Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador.
- Se inclinó a la pequeñez de su esclava, desde ahora dichosa me dirán todos los siglos. El Señor hizo en mí...
- Maravillas hizo en mí el Poderoso y Santo es su nombre.
- Su bondad por los siglos de los siglos, para aquéllos que le temen. El Señor hizo en mí...
- Desplegó fortaleza su brazo, dispersó a los soberbios.
- Derribó a los potentados de los tronos, encumbró a los pobres. El Señor hizo...
- A los hambrientos llenó de bienes y a los ricos despidió vacíos.
- Acogió a Israel su siervo, recordando su bondad. El Señor hizo en mí...
- Según habló a nuestros padres, en favor de Abraham y su linaje para siempre.
- Gloria al Padre, al hijo y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. El Señor hizo en mí...
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Textos bíblicos:
“En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo y dijo: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien. Mi Padre me lo ha enseñado todo, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Lc 10, 21-22).
“Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento... velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo regresará el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada. No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!” (Mc 13, 33-37).
“No todo el que me diga, “Señor, Señor”, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial... Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca” (Mt 7, 21.24-25).
“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres... He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 28.38).
Cuestionario de ayuda:
1. ¿Qué peso tiene, hoy, en nuestra vida de cristianos, la promesa de que el Reino de Dios irrumpirá en plenitud, “a la hora que menos penséis”?
2. ¿Cómo ves la relación de la esperanza cristiana con una cultura tan antiutópica como la presente?
3. ¿Sabemos del mundo a partir de los pobres y pecadores, y sabemos de Dios a partir de Jesús y su vida?
4. ¿Habla nuestra boca desde el “amor de Dios y a Dios” que sobreabunda en nuestro corazón?
5. ¿Cómo ayudamos a que crezca el Reino de Dios y cuándo sentimos que no lo hacemos?