EL EVANGELIO ES ANTERIOR A LOS EVANGELIOS
01. COMIENZO DEL EVANGELIO DE JESUCRISTO.
En vida de Jesús no se habían escrito los evangelios. Los cuatro evangelios se irán redactando entre el año 70 y el año 100, más o menos.
Pero, aunque en vida de Jesús no había evangelios, había evangelio, había buena noticia: él mismo, JesuCristo es la buena noticia. El evangelio es anterior a los evangelios.
En cierto sentido el comienzo del evangelio de san Marcos tiene algún parecido al menos teológico con el comienzo del evangelio de San Juan.
San Juan inicia su evangelio con la expresión: En el principio, (en el origen) existía la Palabra (Evangelio), (Jn 1,1).
San Marcos inicia su experiencia cristiana, su vivencia de JesuCristo (que eso es un evangelio) con la expresión: Comienzo del Evangelio de JesuCristo.
El comienzo no se refiere al comienzo de un libro, el comienzo de la vida de Jesús. (Los evangelios tienen relatos de la vida de Jesús, pero los evangelios no son “vidas de Jesús”).
Tanto san Juan como san Marcos expresan su fe en que desde el origen, “por principio” el fundamento de la existencia humana y el sentido de la vida y de la historia es el Evangelio, la Palabra de Dios, la buena noticia de JesuCristo, la salvación.
Marcos y Juan lo dejan bien claro: por principio, desde el origen la creación y la vida son eu (buena) angelion (noticia).
Estamos en una historia de salvación.
02. ¿CUÁL O QUÉ ES EL EVANGELIO DE JESÚS?
Podríamos pensar que el Evangelio de JesuCristo es un anecdotario de palabras y algunos hechos de Jesús, como un recuento de algunas cosas que Jesús dijo e hizo. Dicho así eso no sería ni el evangelio, ni tan siquiera un evangelio.
También podríamos pensar que Los evangelios son como las constituciones de una congregación religiosa, o una serie de normas que, proviniendo de Jesús, habrían renovado la religión mosaica, la religión judía. Tampoco sería esto el Evangelio de JesuCristo.
El Evangelio de JesuCristo no es un entramado de dogmas, ritos y preceptos religiosos. El Evangelio de JesuCristo consiste en
llevar la buena noticia a los pobres, anunciar libertad a los presos y a dar vista a los ciegos; poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año de gracia y salvación del Señor. (Lc 4,18-19)
Jesús pasó su vida haciendo el bien:
haciendo el bien y sanando a cuantos sufrían bajo el poder del diablo, porque Dios estaba con él (HH 10,38).
El Evangelio de Jesús consistió y consiste en aliviar sufrimientos. Jesús curó y dio vida a infinidad de enfermos: leprosos, ciegos, paralíticos, neuróticos y epilépticos, mujeres que perdían la vida (hemorroísa), Jesús pone como modelo de comportamiento a los pobres (viuda que echa veinte céntimos en el Templo), a un samaritano (extranjero y maldito) que deja de ir a Misa, porque tiene que llevar al hospital a un hombre al que habían asaltado y le habían dejado medio muerto en la cuneta de la vida. El evangelio de Jesús es dar de comer a la gente (entendamos como entendamos la multiplicación de los panes).
El Evangelio de JesuCristo “es” el comedor social ATERPE, villa BETANIA (SIDA), el BANCO DE ALIMENTOS; el evangelio de Jesús es acoger o ayudar a los REFUGIADOS. El Evangelio de Jesús “son” los gestos del papa Francisco con los mendigos, con los refugiados. Evangelio es la presencia de D. Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, en Bayona haciendo de mediador en el desarme por la paz en el pueblo vasco. El evangelio de Jesús es bondad, misericordia, es hacer el bien. El Evangelio “es” y estaba en Mons Oscar Romero, en Ignacio Ellacuría y sus compañeros mártires.
03. NO ME AVERGÜENZO DEL EVANGELIO.
San Pablo dirá en su carta a los Romanos que: no me avergüenzo del evangelio, que es la fuerza de Dios para que se salve todo el que cree. (Rom 1,16).
Me parece que el evangelio de JesuCristo se resuelve en las diatribas, persecuciones y condenaciones dogmáticas o litúrgicas de las que no pocas veces sentimos vergüenza histórica.
Este mismo año celebramos quinientos aniversario del nacimiento de la Reforma protestante. ¡Cuántas barbaridades se han dicho y hecho en ambas partes de las que hoy sentimos vergüenza! Ahí no estaba el evangelio.
No nos avergoncemos de quien hace el bien, de quien entrega o nosotros mismo entregamos la vida a las misiones, a los pobres a hacer el bien. La fuerza de Dios es el bien, la bondad, no la ley ni el poder.
De este evangelio de Jesús no sentimos vergüenza, sino estima y gratitud.
04. CONSOLAD A MI GENTE, (Isaías – 1ª lectura).
Estas cosas, este evangelio es de enorme consuelo
Pocas veces pensamos y hablamos del consuelo, tan necesario en la vida.
El consuelo es el descanso y alivio de las penas y sufrimientos que afligen y oprimen al ser humano.
Dios nos consuela: consolad, consolad a mi pueblo, (Isaías).
Volvamos al principio, volvamos a fundamentar la existencia: Nuestro Dios no amenaza, ni condena, más bien alivia y consuela, que son actitudes muy de nuestro Dios, de JesuCristo y, por tanto, entra también en nuestro PRINCIPIO para con nosotros mismos y para con los demás. Seremos consolados por el Señor.
La misericordia, sentir compasión, consolar son cuidados muy evangélicos y cristianos.
Dios no nos abandona nunca, terminará en nosotros su evangelio.
Y esto existe y es desde el PRINCIPIO hasta el final.