La historia de la humanidad puede “contar su historia” por sus noches en la vida:
La primera noche fue cuando Dios creo el mundo, que estaba en un caos, en una oscuridad. Era la noche.
La segunda noche es el Éxodo, el pueblo sale de la noche de la esclavitud de Egipto al día de la libertad.
La tercera noche es la Pascua del Señor resucitado.
La cuarta noche es la nuestra, cuando pasamos por valles de tinieblas morales y por la muerte.
Nosotros también tenemos nuestras noches oscuras en la vida. Pero siempre que es media noche, por espesa que sea, comienza un nuevo día.
Salmo 16,10 DIOS NO ABANDONARÁ NUESTRA VIDA EN LA MUERTE, no dejarás a tu fiel amigo conocer la muerte definitiva.
02. MORIMOS EN EL SEÑOR (2 Tim 2,11)
En muchos momentos de la vida experimentamos “viernes santos”, para muchos toda su existencia es un Viernes Santo. El fracaso y hundimiento del Viernes Santo lo tenemos asegurado todos.
Jesús y toda la humanidad descendemos a lo profundo de la muerte, al vacío abisal, a los infiernos, quizás a condiciones inhumanas o infrahumanas.
Jesús cuando fue elevado en la cruz, descendió a lo más profundo de los infiernos humanos. Experimentó nuestra condición humana hasta el final. Los creyentes y la humanidad entera morimos con y en Cristo. Si con Él morimos, viviremos con Él
