Navidad: Dios es aquel que "menor", no puede ser pensado.

Navidad

  1. Palabra: logos: sentido

        El comienzo, el prólogo del evangelio San Juan es un himno solemne, un mosaico de gran densidad humano-cristiana.

        Mateo y Lucas componen sus evangelios con los relatos del nacimiento y de la infancia de Jesús: La Anunciación, la Visitación, Belén, los Magos, Herodes, los inocentes, la huida a Egipto, etc.:

  • o San Mateo que escribe a cristianos provenientes del judaísmo hace descender a Jesús de Abraham, padre del pueblo judío.
  • o San Lucas (evangelio para comunidades cristianas del mundo pagano) remonta la genealogía de Jesús hasta Adán (padre de la humanidad).
  • o El Evangelio de Juan remonta la existencia de Jesús al “origen, al principio”. Antes de que “todo” fuese, antes de la creación, existía ya la Palabra… Y la presencia de Dios entre nosotros, la Palabra se hizo carne (sarx - debilidad).

        Este comienzo del evangelio de San Juan es un canto al humanismo, a lo humano, que se construye sobre lo biológico. Es un canto a la Palabra: la razón, la sensatez, la luz, la vida y el sentido de la vida. Todo eso -y más- significa logos (Palabra). Desde el comienzo existe la Palabra, el logos, es decir, el sentido de la vida.

  1. Principio y palabra (logos)

        San Juan despliega una meditada y densa meditación sobre el sentido de la vida (Palabra / Logos) desde JesuCristo.      

        JesuCristo es palabra y esta Palabra estaba y es- Dios, por tanto es luz y vida.

        Principio no es tanto la primera página de un libro. El principio es en griego es arquetipo (arjé). El cosmos, la vida, la humanidad desde su origen y arquetipo tienen Palabra, sentido. Desde antes del big bang originario del universo hasta el Apocalipsis, todo transcurre en la armonía de Dios…

        Creemos que desde el principio todo, la creación, la historia, la vida tienen sentido, Palabra, y esa Palabra es luz y vida para el camino de la vida. Desde el Éxodo hasta Emaús la vida, la historia humana es un camino pleno de sentido (también de pecado). Desde Adán hasta el fin de los tiempos la historia camina con sentido.

        Detrás de estas cosas hay muchas preguntas para las que no tenemos respuesta: ¿Qué hubo antes de la creación, antes del Universo? ¿Había tiempo antes de la creación? ¿Qué existía antes del big bang? ¿Había luz, sol y estrellas antes de esos orígenes? ¿Quiénes eran y dónde estaban Dios y JesuCristo?

        Son cosas que se nos escapan y quizás nuestra actitud sea la de Job ante la inmensidad de Dios. He hablado como un necio… y humildemente, como Job, terminamos confiando en Dios.

        Estas cuestiones y otras hoy afloran pero ya no en la serenidad de la Navidad (del pensamiento religioso), sino en la depresión, en el hundimiento personal, en el suicidio, en la psiquiatría, en la nada…

        Ante las preguntas, dudas e inquietudes propias de nuestra condición humana nos hace bien pensar que “todo está en orden”, todo tiene sentido”, la luz y la vida nos vienen de la Palabra…

        No sé cómo ni quién pero haríamos bien en la Iglesia, en la diócesis transmitir que la vida tiene sentido. En nuestras homilías, en las catequesis a los niños / adolescentes, etc… sería muy valioso recordarnos unos a otros que desde el principio, por principio la vida tiene sentido…

Lo primero es el sentido. La sed es la que nos conduce a las fuentes de agua viva. El sentido de la vida es Dios.

  1. Lo que Dios nos quería decir es JesuCristo (Palabra).

        Que Dios sea Palabra nos está indicando su voluntad de hablar con nosotros: sentarse a la mesa de la vida para hablar con nosotros. Dios quiere dialogar con nosotros.

        Llama amablemente la atención que el evangelio de San Juan no narra ningún relato de la infancia (como Mateo y Lucas: Belén, Nazaret, la posada, los pastores, los Magos, Egipto, etc…). Sin embargo San Juan subraya con energía que la Palabra se hizo carne, debilidad (sarx)

        Decía San Anselmo (1033-1109) en su conocido argumento sobre Dios que: Dios es aquel que mayo no puede ser pensado. Podríamos darle la vuelta y decir que: Dios es aquel que menor no puede ser pensado.

        Navidad es que Dios se ha hecho barro, debilidad como nosotros, y esa es la palabra, el sentido, la luz y la vida.

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