Decía el padre Arrupe que: Mientras exista hambre en el mundo, la Eucaristía no será plena Una iglesia que viva en dialéctica de poder no es la de Jesús

Como a Pedro, también a nosotros nos gusta el poder, tal vez hemos sido algo “Judas” en la vida, en todo caso, todos y siempre somos amados por JesuCristo, el Discípulo amado
El servicio es una actitud fundante de la Iglesia. Una iglesia que no sirva a la comunidad no es la iglesia de Jesús: no tenéis nada que ver conmigo…
1. Sabiendo Jesús que estaba llegando su hora.
Todo el evangelio de S Juan está atravesado por una tensión reflejada en la “hora:
- o En las bodas de Caná todavía no había llegado su hora, (Jn 2,4).
- o Jesús se encuentra con la samaritana a la hora sexta (Jn 4,6) que es la misma hora de la muerte de Jesús.
- o Llegará la hora en que a Dios se le adorará en espíritu y en verdad (Jn 4, 21.23).
- o Está llegando la hora de la vida: quienes escuchen su voz vivirán (Jn 5,25-28).
- o Por más que procuraban detenerle no podían, porque no había llegado su hora, (Jn 7,30; 8,20).
- o En alguna ocasión Jesús les recuerda a los suyos que no ha llegado su hora (Jn 12,23).
- o En algún momento siente un cierto miedo y angustia ante la hora que se acerca, (Jn 12,27).
- o Ahora, antes de la fiesta de la Pascua de los judíos, Jesús sabe que ha llegado su hora (Jn 13,1).
- o Ha llegado la hora (Jn 17,1). La hora es la hora sexta (crucifixión).
En nuestra vida también hay muchas “horas”, momentos cruciales, “valles de tinieblas”.
Desde el Jueves Santo, podemos pensar y vivir nuestra vida como un Éxodo libertador.
Jesús salió del Padre y vuelve a Él. También nosotros hemos sido creados por Dios Padre y volvemos a Él.
La hora final, nuestra propia muerte vivida desde JesuCristo, se torna de gran esperanza.
- Jesús se reúne con los suyos.
Los “suyos” somos todos: en la misma mesa están Jesús, los discípulos, Pedro: hombre de poder, Judas: traidor, el Discípulo Amado por Jesús…
Probablemente también nosotros hemos vivido, vivimos, momentos de todos esos “personajes”. Como a Pedro, también a nosotros nos gusta el poder, tal vez hemos sido algo “Judas” en la vida, en todo caso, todos y siempre somos amados por JesuCristo, el Discípulo amado.
Jesús se reúne siempre con los suyos, que somos nosotros.
Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él. (Jn 4,8)
Jesús es expresión (sacramento) del amor de Dios.
- Lavar los pies.
Con esa “ironía” que emplea el evangelista san Juan, enmarca de gran solemnidad un gesto tan pobre y cotidiano como lavar los pies de los suyos. Jesús se quita el manto de Señor... (Al día siguiente, el viernes, se lo pondrán tras la flagelación).
El lavatorio no tiene lugar al comienzo de la Cena. No es un rito de purificación judío, sino que es un momento central en la cena. Es una actitud de servicio y ayuda para con los demás. El servicio es una actitud fundante de la Iglesia. Una iglesia que no sirva a la comunidad no es la iglesia de Jesús: no tenéis nada que ver conmigo…
Una Iglesia que viva en una dialéctica de poder no es la Iglesia de Jesús.
“Extrañamente” en la Última Cena del evangelio de san Juan no hay Eucaristía. El pan de vida lo ha resuelto S Juan en el cp 6, en la multiplicación de los panes: Yo soy el pan de Vida.
Decía el padre Arrupe que: Mientras exista hambre en el mundo, la Eucaristía no será plena.
A lo largo del tiempo de su vida pública, Jesús había comido frecuente con pecadores y publicanos, que eran auténticas eucaristías, comidas, encuentros salvíficos.
La Eucaristía que hemos escuchado en la segunda lectura (1ª Corintios) no es una ceremonia plagada de ritos es una asamblea de creyentes en el servicio como pauta de vida.
En la última Cena del evangelio de San Juan, el centro lo ocupa Jesús servidor, esclavo, que lava los pies a los suyos y un Jesús que ama hasta el final: servicio y amor.
- servicio en la iglesia.
Estamos viviendo la ancianidad y enfermedad del Papa.
Que sea lo que Dios quiera y cuando Dios quiera. Nosotros oramos por él, le respetamos y le queremos en su condición de anciano y enfermo.
Francisco ha vivido y ha predicado una iglesia de los pobres, una iglesia que fuese un “hospital de campaña”, una iglesia al estilo del “buen samaritano”.
Sin embargo muchos eclesiásticos y laicos, no pocos movimientos religiosos siguen una línea más bien legalista, judaizante.
La Eucaristía tiene mucho que ver con los comedores sociales, con los bancos de alimentos, con las personas y movimientos que trabajan por la paz, con los voluntarios que ayudan a los ancianos, enfermos, a los niños, a los encarcelados…
Os he dado ejemplo: haced vosotros lo mismo
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