Cuento de Navidad
El cuento es de un dominico alemán del siglo XIV, el Maestro Ekchart. Dice este místico renano en su Sermón XXII:
“La máxima merced que Dios le hizo jamás al hombre fue el hecho de que se hiciera hombre. Quiero relataros un cuento que viene perfectamente al caso:
Había un marido rico y una mujer rica. Luego, la mujer tuvo un accidente de modo que perdió un ojo; por eso se puso muy triste. Entonces, el marido la vino a ver y dijo: ‘Mujer, ¿por qué estáis tan triste? No debéis entristeceros por haber perdido vuestro ojo’. Ella contesto: ‘Señor, no me entristece el hecho de haber perdido mi ojo, me entristece más bien porque me parece que por ello me amaréis menos’. Entonces dijo él: ‘Mujer, yo os amo’. Al poco tiempo, él mismo se vació un ojo y fue a ver a la mujer y dijo: ‘Mujer, para que creáis ahora que os amo, me he igualado a vos, ya no tengo sino un solo ojo’.
Lo mismo sucede con el ser humano: apenas podía creer lo mucho que lo amaba Dios hasta que Dios mismo al fin se vació un ojo y adaptó la naturaleza humana. Esto es lo que significa: ‘Se hizo carne’ (Jn 1,14). Nuestra Señora dijo: ‘¿Cómo podrá ser esto?’. Entonces dijo el ángel: ‘El Espíritu Santo descenderá sobre ti’ desde el trono altísimo, desde el Padre de la luz eterna”.