"Jesucristo lo es todo para nosotros, por eso lo confesamos" La mirada de Jesús, ahí, con quien lo busca
"Entra Jesús a Jericó y atraviesa la ciudad y pide a Zaqueo que baje porque quiere entrar a su casa y hospedarse con él. Así es Dios en la revelación de Jesucristo: una comunicación de gracia y de bendición"
"Una liberación real en la persona de Zaqueo que le permite estar en paz en su conciencia"
"La iglesia tiene esa Misión de abrir espacios para que los hombres se puedan encontrar con Jesucristo, aunque hagamos lo extraordinario de treparnos a los árboles, es decir, de superar los obstáculos"
"La iglesia tiene esa Misión de abrir espacios para que los hombres se puedan encontrar con Jesucristo, aunque hagamos lo extraordinario de treparnos a los árboles, es decir, de superar los obstáculos"
| Fray Alfredo Quintero Campoy OdeM
El bajito Zaqueo, influyente entre los publicanos como Jefe de ellos, empoderado con dinero, tiene que subirse a un árbol para poder ver a Jesús; era tanto su deseo de ver a Jesús, que es capaz de treparse al árbol. Así pasa con quien quiere aprovechar esa oportunidad única.
El relato de la primera lectura del libro de la sabiduría de este domingo 31 del tiempo ordinario nos dice: para darles ocasión de arrepentirse.
Así en el evangelio de Lucas se dice hoy: entra Jesús a Jericó y atraviesa la ciudad y pide a Zaqueo que baje porque quiere entrar a su casa y hospedarse con él. Así es Dios en la revelación de Jesucristo: una comunicación de gracia y de bendición.
Lo que no ven los hombres sí lo ve Jesús: este también es hijo de Abraham y el hijo del hombre ha venido a buscar lo que se había perdido. Una óptica de Jesús que llena esperanza.
Hoy en un mundo que parece perdido en tantos ambientes, debe resplandecer la esperanza de Jesucristo, como ya lo refiere el benedictus pronunciado por Zacarías: para iluminar a los viven en tinieblas y sombras de muerte y conducir nuestros pasos por el camino de la Paz, porque Jesús es el Sol que nace de lo alto.
Que hermoso entender que la medida de la gracia se va comunicando en la medida de la conversión, por ese proceso de arrepentimiento, donde tomamos conciencia de nuestra verdad y, desde ese encuentro con Jesús que nos enamora y lo apostamos todo para ser capaces de no tener miedo para vencer nuestras esclavitudes, como en este caso de la avaricia del dinero, para atrevernos a decir: la mitad de mis bienes para los pobres y si he robado devolveré cuatro veces más a quien le he robado.
Una liberación real en la persona de Zaqueo que le permite estar en paz en su conciencia. Esa paz que hemos perdido a consecuencia de nuestro pecado. Esa es la paz que comunica Cristo a quien lo quiere recibir y, que es fruto de una verdadera conversión.
Esa luz de esperanza es la que necesita nuestro mundo tan esclavo del dinero. Hoy muchos de nuestros programas de vida tienen como centro el dinero y, en torno al dinero hacemos nuestros procesos, poniendo en riesgo nuestros principios, nuestra ética, nuestra dignidad.
Jesús aprovecha esa ocasión de un hombre como Zaqueo, para hacer resplandecer con su presencia una vida profunda que es capaz de iluminar a Zaqueo para que tome conciencia de su vida y cambiar de actitud siendo dueño libre de unas decisiones acertadas que le darán más plenitud desde ese encuentro con Jesús.
La gente con sus comentarios: ha entrado a hospedarse en casa de un pecador, esa es la verdad que Jesús quiere cambiar desde un principio del anuncio del Reino de los Cielos: arrepiéntanse. La iglesia tiene esa Misión de abrir espacios para que los hombres se puedan encontrar con Jesucristo, aunque hagamos lo extraordinario de treparnos a los árboles, es decir, de superar los obstáculos, para que podamos ser vistos por Jesucristo y poderlo ver desde un encuentro con Él, en el hogar de nuestra vida.
Jesucristo ha venido a poner no sólo su morada entre nosotros en su encarnación, sino que lo recibimos en su cuerpo y su sangre en la eucaristía. Una belleza única que los hombres en la fe podemos experimentar, este único don que nos hace plenamente felices.
Jesucristo lo es todo para nosotros, por eso lo confesamos. En Él es restaurada la humanidad desde un amor liberador y redentor, donde todos somos llamados, como ya lo refieren los tres textos de este domingo 31 del tiempo ordinario: de la Sabiduría: Te compadeces de todos…porque tu amas todo cuanto existe; 2 tesalonicenses: para que Dios los haga dignos de la vocación a la que los ha llamado…en la medida en que actué en ustedes la gracia de nuestro Dios y de Jesucristo el Señor; Lucas: Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham.
La palabra de Jesús es nuestra palabra que nos empodera y dignifica, es la fuerza que nos hace valientes ante un mundo que nos puede cuestionar, porque el mundo no tiene esa mirada de Jesús que es palabra que penetra hasta lo más profundo de nuestro ser, para que en su verdad plena podamos caminar todos los días en la fe. En Él esta nuestra confianza y toda nuestra fuerza, nos hace siempre valientes y nos da el tesoro de su paz, que es su presencia viva en nosotros.
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