Un diálogo entre Raimon Panikkar y Pinchas Lapide, en Fragmenta '¿Hablamos del mismo Dios?'

(Antonio Aradillas).- A cualquier otra reflexión acerca del libro editado por "Fragmenta", antepongo la de mi felicidad al recorrer el itinerario de su colección "Fragmentos", en cuyo listado se encuentra el de "¿Hablamos del mismo Dios?", con el subtítulo de "Diálogo". Sus autores son el español Raimon Panikkar, filósofo y teólogo cristiano, hindú, budista, que ha destacado por sus relevantes aportaciones al diálogo intercultural y interreligioso, y el austriaco Pinchas Lapide, teólogo judío, discípulo predilecto de Martín Buber, experto en las relaciones entre el judaísmo y el cristianismo, y promotor fervoroso y convencido de la efectividad de las mismas.

En el "Prólogo para mañana pasado", que firma el judío, destaco el párrafo siguiente:

"Dios, ¿quién es o qué es?. La Biblia responde: el señor del mundo, el santo, el pastor, rey juez, creador, omnimisericordioso, portador de paz, redentor, refugio y dador de vida. Estas, como otras muchas denominaciones, no hacen justicia a su omnipotencia y su unicidad, pues todo nuestro hablar de Dios es un balbuceo, impotente en el mejor de los casos... Hay algunas tendencias de la teología feminista que buscan definir de nuevo a Dios- ¿Es masculino o femeninos? Somos hermanos, hermanas o tal vez hijos de Dios? ¿La imagen bíblica de Dios es realmente patriarcal como a menudo se sostiene?... Por tanto, ¡dejemos que algunos aclamen al 'Señor' de los ejércitos para que los libere del yugo de un brutal opresor, y por otra parte dejemos que otros le supliquen en la hora del máximo dolor como si fuese una comadrona... Tal vez todos deberíamos hablar menos de Dios y en cambio, actuar y vivir de un modo por el que nuestro prójimo tenga motivos para preguntarnos, lleno de esperanza, por él. Una cosa es cierta: nadie puede amar a Dios ignorando al prójimo....Es bien sabido que Dios no tiene hijastros..."

Síntesis y resumen del libro están concretados y recomendados por el mismo prologuista en estos cinco apartados: 1) La capacidad de afrontar conflictos sin demoler puentes y de un modo no violento. 2) La disposición al diálogo en todos los ámbitos. 3) La voluntad de cerrar compromisos con nosotros mismos, pero a la vez con los adversarios y heterodoxos a los que debemos dejar de calificar como enemigos. 4) Empatía con el adversario, cuyo umbral de tolerancia al dolor no deberá sobrepasarse. 5) La paciencia que procede de la certeza de que este mundo no es ni sano, ni salvo, ni insalvable, pero sí salvable.

Preside el desarrollo y el estilo del libro-diálogo interreligioso de "Fragmenta", la máxima rabínica según la cual, cada conversación tiene, si se mira en profundidad, tres caras: "la tuya, la mía y la correcta".

Del "erudito excelso, viajero infatigable, interlocutor fascinante, escritor fecundo, siempre sereno y sonriente, lúcido hasta el final de sus días, delicado y resistente Ramón Panikkar", transcribo estas palabras que les ponen el punto y aparte al texto del libro: "Del mismo modo que la las 'personas' divinas son infinitamente variadas, existe una mezcla entre lo humano y lo divino y lo cósmico y aún así no puede ser separados unos de otros. Esta espiritualidad cósmico-teándrica es la que intento vivir, y para mí, Cristo es el símbolo de ello". 

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