El director de Religión Digital presenta "Rouco: una biografía no autorizada" (Ediciones B) José Manuel Vidal: "Rouco se marcha pensando que el Papa está equivocado, y que será un paréntesis"
(Jesús Bastante).- Lo cuenta todo. A lo largo de más de 600 páginas, el director de Religión Digital, José Manuel Vidal, disecciona todos y cada uno de los aspectos de la vida y misión del cardenal Antonio María Rouco Varela. Vidal, que este mediodía presentó a los medios "Rouco: una biografía no autorizada" (Ediciones B) traza, "sin revanchas pero con memoria histórica", el relato de un hombre, y el de una Iglesia, la española, que ha perdido "su credibilidad social" tras ser convertida en "un actor político".
"Rouco se marcha pensando que el Papa Francisco está equivocado, y que sus reformas serán un paréntesis. Se va con la sensación de que ha entregado su vida al servicio de un modelo de Iglesia, que la elección de este Papa tiró por tierra", subrayó Vidal, quien asume que, pese a todo, y aunque ya se le ha nombrado sucesor, "no va a ser nada fácil que se vaya del todo".
"El cardenal Rouco pasará a la historia, de un lado, por haber mantenido, y aumentado, los privilegios de la Iglesia en España; y por el otro, por conseguir hundir la imagen de la Iglesia y su credibilidad", incidió el periodista, quien lamentó que "recuperar la imagen de la Iglesia en tiempos de Tarancón va a costar mucho".
"Rouco quiso echarle un pulso al Gobierno de Zapatero, y ganó la partida en casi todo, aun a costa de construir una Iglesia del 'No', una Iglesia aduana, en contraposición con la Iglesia hospital de campaña y de puertas abiertas" que trae consigo el Papa Francisco.
La manifestación de junio de 2005 contra el matrimonio gay -"la primera ocasión en que los obispos salían detrás de una pancarta en democracia"- marcó el punto de inflexión de una deriva ideológica que, en opinión del escritor, "ha llevado a la Iglesia a escorarse demasiado a la derecha", lo cual "ha echado a mucha gente. Rouco ha dejado muchos heridos, que necesitan reparación". Las misas en Colón fueron el cénit de esta lucha de poder.
Y es que, para Vidal, "Rouco es un hombre que ha vivido por y para el poder, convencido de que era lo que tenía que hacer". Con precisión de cirujano, y entrando en todos y cada uno de los santuarios del cardenal (la casa familiar, la tienda, el cementerio donde reposan sus padres, el seminario, la Upsa, Munich, Santiago, Madrid, Roma), el periodista insiste en que "el cardenal va a seguir dando mucha guerra, por lo menos hasta los 80 años".
Vidal ha indicado que, aunque Rouco fue "muy progresista" en su etapa de Alemania, en España se produjo, primero con Ángel Suquía y después con él, "un cambio de modelo eclesial radical" y "una involución tremenda". Durante todos estos años, según ha precisado Vidal.
El periodista define a Rouco Varela como un hombre "frágil, no carismático, un canonista sin obra" pero al mismo tiempo como "un hombre de convicciones y autoritario, que no soporta ni la más mínima crítica", en torno al cual se creó "un lobby político, social, económico y eclesiástico".
No obstante, Vidal apunta que en la Conferencia Episcopal Española "cada vez queda menos" de Rouco, el cardenal que, a su juicio, "pasará a la historia por más sombras que luces". "En la Iglesia española no se toleraba la más mínima discrepancia".
Sobre la relación del cardenal con las instituciones, Vidal asegura que se lleva mal con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y que la relación con el Rey Juan Carlos "nunca ha sido fluida" sino más bien "distante".
En cuanto a su sucesión, Vidal asegura que la relación con Carlos Osoro fue buena hasta que éste llegó a Valencia "y empieza a pensar que el modelo de Rouco tenía que suavizarse". ¿Dejará Rouco que Osoro gobierne? "Es difícil la sucesión, porque Rouco quiere quedarse. Si la hace, su sombra será físicamente alargada".