ESTELA ALDAVE. La viuda pobre del templo. (San Pablo, 2023) Un espejo para Jesús: la mujer que pone ante sus ojos la “lógica ilógica” de sus opciones y su destino
La interesante colección “Mujeres bíblicas” se enriquece con un nuevo título que se centra en la viuda pobre que deposita dos moneditas en el Tesoro del Templo y cómo Jesús reconoce en su gesto su destino y la pone como ejemplo ante sus discípulos
Uno de los sugerentes personajes secundarios del evangelio de Marcos es observado por Jesús en el contexto previo a la Pasión
La incomprensión de los discípulos frente a los anuncios de la cruz contrasta con el convencimiento de esta mujer “que entrega todo lo que tiene”
Hay que agradecer a Estela Aldave la agilidad de su relato y la diversidad de matices con que presenta a la viuda
La incomprensión de los discípulos frente a los anuncios de la cruz contrasta con el convencimiento de esta mujer “que entrega todo lo que tiene”
Hay que agradecer a Estela Aldave la agilidad de su relato y la diversidad de matices con que presenta a la viuda
| A. Liñán Yeste
Todo seguidor de Jesús debe contrastarse, en algún momento de su vida, con el camino de la Cruz. Al igual que ocurrió con los discípulos pueden despertarse incomprensiones, dudas, abotargamiento o cansancio por un destino que, a fin de cuentas, nos exige fe, confianza y un “amor hasta el extremo”. Y cuando se acerca esa encrucijada, la sensibilidad se despierta y se perciben signos, acciones o personas que nos muestran el valor de la entrega para dar fruto.
Hace unos días, un grupo de personas aclamaban y formaban un pasillo para recibir, a su salida de la tienda, al primer comprador de las gafas virtuales de una conocida marca a un precio desorbitado. Esas gafas permiten aumentar la realidad, sobreponer capas o sumergirse en una virtualidad sustitutiva de nuestra cotidianidad. Y es que nos encontramos ante una cuestión central: ¿dónde ponemos la mirada? ¿en qué nos fijamos? ¿qué centra nuestra atención?
En esta nueva entrega de la colección “Mujeres bíblicas”, Estela Aldave, diplomada en Trabajo Social y doctora en Teología por la Universidad de Deusto, nos acerca, de una manera muy sugerente y didáctica a la viuda pobre del templo (Mc 12,41-44). Con un enfoque divulgativo y ofreciendo pistas para la reflexión personal y en grupo, la autora nos ayuda a comprender el gesto de esta mujer anónima y lo pone en relación con su contexto en el evangelio de Marcos en los días previos a la Pasión en Jerusalén.
Aunque aparentemente nos encontramos ante un relato sencillo, Estela Aldave dedica el primer apartado de su obra a mostrarnos que la riqueza y complejidad de esta breve narración es mayor de lo que aparece a simple vista. Nos encontramos ante la única viuda que aparece en el evangelio de Marcos, pero se convierte en un personaje muy importante y modélico en la trama de su relato.
Los siguientes capítulos los dedica a presentarnos detalles que aparecen en el texto (El tesoro del Templo de Jerusalén; lo que hace la mujer y lo que hace Jesús; la paradoja de un personaje que sigue la estela de otras mujeres bíblicas viudas) a situarlo en el conjunto de la trama evangélica (La viuda pobre como personaje secundario; una mujer que comparte con Jesús la misma “lógica ilógica”; una mujer que da la vida como Jesús, ya cercano a su muerte; la mujer viuda pobre y la mujer del frasco de perfume) y a ofrecernos pistas del contexto histórico, religioso y social del relato. La obra se completa con los capítulos que son propios de la colección y que le aportan una viveza muy atractiva para la lectura comunitaria o pastoral: introducción, resumen visual y rutinas de pensamiento (estas dos últimas con las ilustraciones de Monserrat Martín Blanco).
La tesis fundamental de la obra es que la viuda anticipa la propia entrega de Jesús: ambos son víctimas de un sistema injusto y van a entregar su propia vida
Como mencionaba más arriba, me parece muy sugerente la llamada de la autora a fijarnos en dónde pone la mirada Jesús y cómo interpreta lo que ve. Cuando leemos los evangelios solemos fijarnos mucho en a quién se acerca, con quién habla, a quién toca… pero hay ocasiones en las que Jesús solo mira, no interactúa, pero sí interpreta. Jesús se fija en lo sencillo, en lo desapercibido, en lo pequeño, en lo que pasa inadvertido para (o es excluido por) la mayoría; no construye una realidad paralela o se escapa a los grandes acontecimientos. Su mirada ilumina los acontecimientos que van a venir. Resuena la afirmación de los místicos: “El mirar de Dios es amar”.
La autora incide también en distintos momentos en la discreción de la viuda que entronca con la de Jesús a lo largo de todo el evangelio de Marcos. ¿Una forma de estar que podría ser interpretada como un signo del Reino de Dios?
Sin duda, este título y toda la colección es un gran acierto de la editorial San Pablo que apuesta por unos libros asequibles, editados con muy buen gusto y que ofrecen una lectura femenina de la biblia de gran potencial, alejada de confrontaciones, en la que percibimos la enorme riqueza que aporta el trabajo de sus autoras.
No podemos dejar de mencionar la certera dirección de la colección que realiza Silvia Martínez Cano con un plantel de autoras muy interesantes y que hacen de la diversidad de planteamientos un valor irrenunciable de la colección. Los temas y personajes abordados (María de Betania; Noemí; Las discípulas de Jesús; Las mujeres de la Biblia Hebrea; Las mujeres de la genealogía de Jesús; Tamar; La mujer que toca a Jesús; Agar en ti; Sara; La mujer del perfume; Me llamo Tecla; Debora y Yael; Las mujeres que fueron al sepulcro; Raquel, Lía, Bilhá y Zilpá) nos abren a nuevas perspectivas interesantes para un creyente actual. Y además de la dirección de la colección elabora las bellas cubiertas de cada uno de los títulos (que dan pie a ser incorporadas en el proceso de reflexión del texto bíblico desde una perspectiva artística).
Algunas citas para abrir el ojo -y el corazón- a la lectura:
Esta mujer, que no interactúa en ningún momento con Jesús, que hace una ofrenda extremadamente pobre pero muy valorada por él, es presentada por Marcos como modelo de discípula e inspiradora del propio Jesús.
Unos dan de su abundancia, de lo que les sobra; ella da de su pobreza, de su necesidad: entrega todo lo que tenía para vivir, es decir, su vida entera.
Solo es descubierta y valorada por Jesús, quien reconoce en ella a alguien que está entregando toda su vida sin hacer la más mínima publicidad.
Este personaje de la viuda pobre, cuyo valor reside paradójicamente en su insignificancia, de ningún modo puede convertirse en instrumento para legitimar la desigualdad y la injusticia.
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