Kin Sheung Chiaretto Yan, en Ciudad Nueva "Al otro lado de la Gran Muralla"
(Antonio Aradillas).- Aunque todavía, en parte, Roma siga siendo Roma, de entre los "retos y perspectivas" con los que es inexcusable juzgar una realidad "católica" de tantos siglos de historia, Roma dejará algún día de ser quicio, eje, centro de gravedad y hasta definición -adjetivo definitivo,- de la Iglesia "apostólica y romana".
De Roma no es válido ya aseverar, ni sociológica ni teológicamente, que sea referencia fiel de Iglesia verdadera y ejemplar, y de que, por tanto, hacia la "Ciudad Eterna" hayan de proyectarse los deseos, los programas y las aspiraciones de quienes, "por la gracia de Dios" y por exigencias del santo evangelio, alcanzaron el convencimiento de que su sola cita era signo de la religiosidad predicada y vivida por Cristo Jesús.
El futuro de la Iglesia no está ya en Roma. Ni siquiera en Europa. Ni en lo que denominamos "Occidente". América, África y Asia abren cada día más las puertas a la civilización -religión cristiana, distanciándose sus respectivos países, y sus colectivos, de organismos, comportamientos y estructuras identificables "per se", y aún "dogmáticamente", con lo que todavía es y representa la ciudad capital de Italia.
Aunque por una parte consuele pensar que el cristianismo no es solo catolicismo, y menos "romano", constatándose pasos muy serios y estimables en tal dirección, y además se den y consideren realmente "religiosos", infinidad de tradiciones, ritos y comportamientos otrora "paganos", pese a que "Oriente es Oriente y Occidente es Occidente y no se encontrarán", las murallas, por grandes y sublimes que sean, también tarde o temprano, habrán de derrumbarse, y más ante los irreversibles procesos de globalización previstos, y sin que, por ahora, ni siquiera pueda aún barruntarse su desplome, con veracidad incontrastable.
Exactamente en contexto tan amplio, de actualidad tan intensa y de tan acentuada proyección de futuro, es donde hay que situar la publicación del nuevo título -"ad extra et ad intra"- de la editorial Ciudad Nueva -CN-, en su radiante colección Diálogo: cultura y sociedad, con el título Al otro lado de la Gran Muralla, y el subtítulo de Retos y perspectivas del Cristianismo en China.
Sus 350 páginas están distribuidas en una docena de capítulos, y su autor es Kin Sheung Chiaretto Yan, que vive en Shanghai, doctor en Misiología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y máster de Religiones y Culturas Orientales por la Universidad de Manila.
Las preguntas-eje a las que intenta responder este libro se sintetizan de la siguiente manera: ¿Cuál es la situación actual del cristianismo en China? ¿Cómo puede la Iglesia ser católica (o sea, "universal"), si se excluye a la quinta parte de la humanidad? ¿Qué retos plantea la evangelización de China a la luz del Magisterio reciente, y con qué perspectivas de éxito?
Subrayo que el autor, católico comprometido, describe la historia del cristianismo en China, el auge del consumismo, y, a la vez, el despertar espiritual, la atracción que ejerce la fe en muchos jóvenes universitarios e intelectuales, las tensiones entre el Gobierno chino y el Vaticano y los posibles caminos de diálogo que se abren para construir, al menos, "una sociedad armoniosa".
Un libro de gran interés y de obligada lectura para los católicos, chinos o no, a quienes se les revelará, entre otras verdades, que una cosa es la Iglesia y otra es el Vaticano, y que, aunque, hoy por hoy, apenas si el número de católicos ronde los cinco millones -y unos cien millones los protestantes- en la actualidad se muestran nuevos horizontes de reflexión y de esperanzas, en una sociedad a la que, por fin, comienza a definir la pluralidad, también en cuanto a los "credos".
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