Liturgia del 27º DOMINGO ORDINARIO 2024 (B)
27º DOMINGO ORDINARIO 2024 (B)
El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos nosotros.
MONICIÓN DE ENTRADA
Los evangelios son fuente de sabiduría e inspiración para nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI. Pero también están empapados de la cultura y los prejuicios de su época. El fragmento de hoy es de los que es preciso contextualizar y relativizar. Más que una doctrina concreta acerca del matrimonio o el divorcio, el texto debe ser entendido como una propuesta de humanidad a través de las relaciones personales. Relaciones que nos hacen más humanos y entre las que destaca la relación de pareja –sin ser la única– con gran potencial transformador.
ACTO DE RECONOCIMIENTO
En este primer momento de la Eucaristía, entramos dentro de nosotros para descubrir las cualidades y dones que Dios Padre nos ha dado. Le damos gracias por ellas y expresamos nuestro deseo de seguir poniéndolas al servicio de los hermanos para construir la fraternidad universal.
Queremos vivir el don de la PAZ cultivando cada día nuestra paz interior y construyendo con los hermanos la paz en nuestros ambientes y en el mundo. Por eso decimos: NOS COMPROMETEMOS SEÑOR
Queremos vivir el don de la ALEGRÍA, la alegría interior de sentirnos amados y acompañados por Ti nuestro Padre, y la alegría de compartir la vida con los hermanos. Por eso decimos: NOS COMPROMETEMOS SEÑOR
Queremos comprometernos a vivir los dones de la BONDAD y la AYUDA preocupándonos de nuestro desarrollo personal y ayudando a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos: NOS COMPROMETEMOS SEÑOR.
Dios Padre amoroso TIENE siempre misericordia de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo…
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS...
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ ATIENDES NUESTRAS SÚPLICAS…
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS…
ORACIÓN COLECTA
Señor, nos ponemos en tus manos. Tú eres paciente con nosotros, a pesar de nuestros defectos y fallos
Te confiamos nuestras vidas y la tarea de cada día. Sabiendo que tú nos das alegría para vivir y disfrutar de la vida. Queremos ayudar a los demás a vivir y que también disfruten de la vida. Queremos poner nuestro corazón y nuestras manos al servicio y ayuda de los demás. Ser comprensivos, tolerantes y respetuosos con todos. PJNS
Lectura del Libro del Génesis. 2,18-24
El Señor Dios se dijo:
- No está bien que el hombre esté solo, voy a hacerle alguien como él, que le ayude.
Entonces el Señor Dios modeló de arcilla todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo, y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera.
Así el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no se encontraba ninguno como él, que le ayudase.
Entonces el Señor Dios dejo caer sobre el hombre un letargo, y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne.
Y el Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre, haciendo con ella una mujer, y se la presentó al hombre.
Y el hombre dijo:
- ¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne.
Su nombre será Mujer, porque ha salido del hombre.
Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
Salmo 127
R/. Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida
Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.
Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.
Que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel! R/.
Lectura de la carta a los Hebreos (2,9-11):
Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos. Dios, para quién y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación. El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,2-16):
En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»
Contestaron: «Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»
Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios «los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne.» De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»
Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.»
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.
HOMILÍA
Hoy el evangelio nos plantea un tema que ha hecho correr ríos de tinta, que ha propiciado muchas tertulias, pero sobre todo que ha supuesto mucho sufrimiento para muchas parejas y especialmente para las mujeres. Pero antes de reflexionar sobre él una pequeña historia que refleja muy bien el mensaje que Jesús nos da sobre el tema:
Joaquín y Rebeca llevaban 10 años de casados y no tenían descendientes. Joaquín decidió divorciarse y fue a ver al rabino para hacer los trámites del divorcio.
El rabino le dijo:
- Joaquín, recuerda que celebramos una gran fiesta el día de tu boda; es justo que también celebremos otra gran fiesta para tu divorcio.
Durante la fiesta, y siguiendo los consejos del rabino, Rebeca ofreció a su esposo el mejor vino. Y éste mientras bebía le dijo:
- Amor mío, puedes elegir lo que más te guste de la casa y llevártelo a la casa de tu padre.
Y se quedó dormido. Rebeca lo acostó en la cama y con la ayuda de los invitados lo llevaron en su cama a la casa del padre de Rebeca.
Cuando se despertó al día siguiente, preguntó:
- ¿Qué estoy haciendo aquí?
Y Rebeca le contestó:
- Sólo he cumplido tus órdenes. Traje a la casa de mi padre lo que más me gusta y eso eres tú.
Joaquín la abrazó y se olvidó del divorcio. Semanas más tarde Rebeca quedó embarazada.
«Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre»
Esta frase de Jesús causa mucha hilaridad, sobre todo en las bodas. Porque ha sido mal interpretada y explicada por “doctores” de la Iglesia, que la han empleado y la siguen empleando muchos para oponerse al divorcio, y, como consecuencia de ello, el resto del Pueblo la sigue interpretando mal. Jesús en su respuesta no se estaba refiriendo a ninguna ley moral, sino al designio y el plan de Dios Padre.
Tradicionalmente hemos caído (porque así nos lo han enseñado) en el error de pensar que Dios une por medio del sacerdote y a través del rito matrimonial, pero no es así. La unión ya existía desde mucho antes de llegar a la ceremonia, y esa unión que proclama el oficiante es en unos casos obra de Dios, y en otros no.
Dios es AMOR y une en el amor, y el amor conyugal es probablemente la experiencia que más nos acerca a Dios; su mejor reflejo; lo que más nos ayuda a intuir su esencia. Es por ello que esta unión siempre se ha considerado un sacramento; es decir, una manifestación del amor de Dios a los seres humanos. Pero nos equivocamos al identificar el sacramento con la ceremonia; la ceremonia es solo el signo, el sacramento es la vida en común de los esposos.
Esta unión basada en el amor es indisoluble, y el hombre no puede separarla porque es mucho más fuerte que él.
Pero no podemos olvidar que el amor no es el único vínculo que lleva a una pareja al pie del altar, pues las hay que llegan unidas por el dinero, la conveniencia social, los intereses familiares o la mera atracción física. No parece que Dios haya tenido mucho que ver en ellas, y por tanto serán efímeras como vemos a diario (a no ser que de ese primer vínculo surja el amor).
Tampoco todo lo que parece amor es amor. Muchas parejas se casan muy enamoradas y luego fracasan, y la causa está en que el enamoramiento se parece mucho al amor, pero no es amor, y por tanto, no basta y produce uniones precarias.
El otro día hablando con mi amigo redentorista Juan Manuel recordaba algo importante. Hoy prácticamente no existe el “noviazgo” una etapa muy importante porque en ella los novios se van conociendo, van viendo cómo son cada uno, cómo reaccionan frente al otro, y van experimentando si son capaces de convivir y complementarse.
¿Cómo distinguir el amor verdadero de lo que no lo es?
El amor se manifiesta en un deseo de la felicidad del otro, en sentirse bien si el otro está bien aun cuando esto suponga sacrificio propio. Porque amar es básicamente dar, no recibir. La esfera más importante del dar es el dar de sí mismo y cuando se da así, no se puede dejar de recibir; de hacer de la otra persona un dador, y compartir ambos la alegría de lo que han creado
El enamoramiento es pasión —somos pasivos ante él— y el amor es esencialmente acción y ayuda, y por ello, el salto del uno al otro requiere esfuerzo, trabajo, respeto y compromiso... No es gratis, pero cuando se logra, todo esfuerzo parece poco.
Por último no está de más recordar que la Iglesia se basa en este texto para defender a ultranza el ideal del matrimonio indisoluble basado en el amor. Es un ideal admirable que se funda en una de las manifestaciones humanas más positivas y humanizadoras como es el verdadero amor conyugal. Pero un ideal es un ideal, y no es bueno convertirlo en una exigencia cuya quiebra lleve aparejada un alejamiento de Dios y de la Iglesia.
El rito por sí mismo NO une y menos es una “orden de Dios para permanecer unidos”. Es un compromiso humano y, como tal, puede contener errores, ignorancias (no saber cómo es el otro, por ejemplo), intereses espurios o inhumana animalidad.
Más de una vez he oído a teólogos insignes afirmar que el 90% de los matrimonios católicos son NULOS. Precisamente por falta de preparación, de conocimiento mutuo y de lo esencial: la COMPLEMENTARIEDAD (yo soy más y mejor cuando estoy contigo y nadie ni nada podrá separarme de ti). En eso consiste la INDISOLUBILIDAD.
El haberse equivocado, aún ante el altar y la sociedad, no debería ser causa de CONDENA, sino de COMPRENSIÓN y AYUDA a los divorciados para que no se alejen de Dios, ni de una vida acertada.
Leamos y reflexionemos la exhortación del Papa Francisco Amoris Laetitia.
CREDO
Sacerdote.- ¿Creéis en Dios, que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios Padre?
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia y a todos para hacer un mundo mejor?
Todos. Sí, Creemos.
Sacerdote: ¿Creéis en la resurrección y en la Vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí y disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por esta vida?
Todos. Sí, Creemos.
ORACIÓN UNIVERSAL
Hoy se nos llama al compromiso con el amor a fondo perdido, la igualdad entre hombres y mujeres y a preocuparnos por los derechos de los débiles, de los que no cuentan. Oremos.
Deseamos cuidarnos unos a otros
• En la Iglesia queremos entender por “niños” el mundo de los frágiles y marginados, los que no “producen” en esta sociedad, los que no cuentan ni para la política, ni para la economía.
Deseamos cuidarnos unos a otros
• Deseamos ser la comunidad alternativa de Jesús, acogiendo sin condiciones, valorando de igual modo a hombres y mujeres, eliminando cualquier tipo de frontera: religiosa, racial, sexual, política, económica…
Deseamos cuidarnos unos a otros
• Vivamos manteniendo siempre un fiel respeto al otro, respetando su identidad y diversidad, cuidémonos y preocupémonos unos por otros, seamos referentes de una convivencia agradable y en armonía.
Deseamos cuidarnos unos a otros
• Los niños, mayores, enfermos, aquellos cuantos viven con dificultad deben encontrar en nosotros una palabra, una mano, un deseo de proximidad que busque facilitar siempre una vida digna y alegre.
Deseamos cuidarnos unos a otros
Padre bueno, somos la comunidad de tu hijo Jesús: espacio de entrega y generosidad donde cada persona puede encontrar cuidado y amor para vivir. Te damos las gracias por Jesús nuestro Hermano y Maestro. Que vive y por los siglos de los siglos.
En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso
El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…
ORACIÓN OFRENDAS
Te presentamos el vino y el pan son frutos de la tierra que Tú nos diste, y del trabajo unido de los hombres y mujeres que labraron, trabajaron los campos, y recogieron los frutos con esfuerzo e ilusión. Junto a ellos ofrecemos nuestras vidas. Tú lo convertirás todo en Pan de Vida y Bebida de Salvación. PJNS
PREFACIO
El Señor ESTÁ con vosotros…
Levantemos el corazón…
DAMOS gracias al Señor nuestro Dios…
Te bendecimos una vez más, Padre
y Madre de todos,
porque nos has regalado la experiencia
vital de Jesús
y su palabra profética,
fiel reflejo del Espíritu que en él infundiste.
Creemos en Jesús que nos habló siempre de amor,
de amor efectivo,
que acepta y lima las asperezas del roce continuo,
de amor verdadero y universal, que se expande a todos y no se limita al entorno más íntimo,
a veces simple prolongación de uno mismo.
Aceptamos de corazón sus enseñanzas.
Jesús, el liberador por excelencia,
nos pidió que hiciéramos como él,
que nos diéramos a los demás sin reservas.
Por todo ello, queremos proclamar tu bondad
y entonar en tu honor este canto de bendición.
SANTO, SANTO, SANTO…
CONSAGRACIÓN Y PLEGARIA
Creemos que eres el Dios de todos;
que convives con nosotros,
y estás a nuestro lado,
como los esposos conviven en el amor,
como el corazón de un amigo está junto a su amigo.
Así nos lo enseñaste, al enviarnos a tu Hijo Jesús.
Ahora tu Hijo nos ha reunido
alrededor de esta Mesa
como a los hijos de una misma familia.
Recibimos tu Espíritu con alegría
para que santifique este pan y este vino y
se conviertan para nosotros
en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.
El mismo Jesús antes de su Pasión y muerte
se sentó a la Mesa con sus discípulos,
tomó un pan te dio gracias
y se lo repartió diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Después de cenar, hizo igual con la copa, diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para iluminar vuestras vidas.
Haced esto en conmemoración mía.
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Por eso, Padre de bondad,
celebramos ahora
el memorial que Jesús nos encargó,
y proclamamos la obra de tu amor:
Cristo, tu Hijo, a través del servicio
y la entrega de su vida
ha resucitado a la vida nueva y ha sido glorificado a tu derecha.
Señor, Padre de misericordia, Tú derramas sobre nosotros el Espíritu del Amor, el Espíritu de tu Hijo.
Fortaleciéndonos a cuantos nos disponemos a recibir el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo para que, unidos al Papa Francisco y a nuestro Obispo N… seamos uno en la fe y en el amor.
Nos das entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspirándonos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayudándonos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.
Tu Iglesia, Señor, quiere ser un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando.
Gracias una vez más porque
has acogido en tu casa del Cielo
a nuestros hermanos difuntos ...
todos nuestros familiares, amigos
y fieles difuntos de esta Comunidad
Y ahora, Padre santo, nos unimos a toda tu creación
para brindar por tu mayor gloria y por la germinación de tu Bondad en nuestro mundo,
en la feliz compañía de tu hijo Jesús,
unidos a nuestra Madre María, a su esposo San José
a los apóstoles, a los santos y a todas las personas
de buena voluntad diciendo
Por Cristo con él y en él…
PADRENUESTRO
PADRE Y MADRE NUESTRA
EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo
TÚ NOS DAS HOY
NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS
Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR
A LOS QUE NOS OFENDEN.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal. Amen
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú NOS DAS la paz
Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.
ORACIÓN FINAL
Quien tiende las manos, quien da el calor y quien no pide nada, sabe de amor.
Quien cada mañana saluda alegre al sol, quien es fuerte, quien vive, sabe de amor.
Quien no se retira, quien cuida con calor, y quien nunca se cansa, sabe de amor.
Quien siempre espera del otro lo mejor, quien no cierra las puertas, sabe de amor.
Quien tiene en su vida sólo una obsesión, quien acoge las cargas, sabe de amor.
Quien tiene escondida su fuerza en una cruz es que ha recibido de Dios esa luz.
Quien fuerte proclama que Dios es Salvador es que ha conocido que Dios es Amor.
BENDICIÓN
El Señor os bendice, os guarda
y en sus palmas os lleva tatuados.
Os acompaña en todos los caminos.
y hace prósperas las obras de vuestras manos.
Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.