"La falta de unidad resta relevancia a la presencia de los cristianos en el mundo" Unidad de los cristianos y palabra de Dios en comunidad
Queridos hermanos y hermanas:
La segunda quincena de enero presenta, al menos, dos focos de atención: la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos y el Domingo de la Palabra de Dios. Ambos se celebran este año en el proceso sinodal en el que nos encontramos y nos exhortan a vivir en unidad y en comunidad.
La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, del 18 al 25 de enero, nos ofrece el lema «Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo» (cf Mt 2,2). Los materiales para ayudar a la reflexión y preparar las celebraciones de dicho Octavario han sido elaborados conjuntamente por el Pontificio Consejo par la promoción de la unidad de los cristianos y la Comisión fe y constitución del Consejo Ecuménico de Iglesias.
Recordamos una vez más que la falta de unidad resta relevancia a la presencia de los cristianos en el mundo. Si nos centramos en la misión de anunciar el Evangelio a toda la tierra, razón de ser de la Iglesia, podremos recorrer mejor el camino de la unidad. Es obvio que la evangelización es tarea de todos y requiere de las Iglesias y de los cristianos un trabajo conjunto y de unidad. Algo que está también presente en los trabajos sinodales.
Los cristianos de Oriente Próximo han colaborado en la preparación de este Octavario. Aquellos lugares constituyen un mosaico de Iglesias y comunidades eclesiales que luchan por mitigar enfrentamientos políticos y erradicar toda acción violenta. Haciendo nuestras estas inquietudes, incrementaremos nuestra cooperación en la unidad de los cristianos y avanzaremos por el camino de la paz y del desarrollo humano integral, que necesitan no solo aquellos hermanos sino todos los pueblos de la tierra, la humanidad entera.
El segundo foco de atención lo ponemos en el día 23, tercer domingo del tiempo ordinario, en el que celebramos el Domingo de la Palabra de Dios. Instituido por el papa Francisco en 2019, tiene la finalidad de dar a conocer la riqueza inagotable que proviene de “ese diálogo constante de Dios con su pueblo”.
El texto de referencia este año es expresivo para la vida de la comunidad cristiana: «¡Bienaventurado el que escucha la Palabra de Dios!» (cf Lc 11,28). El evangelio de Lucas pone estas palabras como conclusión del discurso de Jesús en el que se entrelazan la acción mesiánica del Señor y su enseñanza. Ante la petición de sus discípulos para que los enseñe a orar, como lo había hecho Juan Bautista con los suyos, Jesús les entrega el Padrenuestro. Es la mejor oración que tenemos los cristianos para reconocernos en el Hijo de Dios como hijos del mismo y único Padre.
Oración que significa diálogo de fraternidad y filiación. Plegaria que pone de manifiesto que el cumplimiento de la voluntad del Padre es fuente de salvación. Palabras que enseña Jesús para construir el nosotros comunitario y eclesial, también el de la unidad de los cristianos. Súplica comprometida estando en casa y yendo de camino, con la seguridad de que podemos pedir y se nos dará; podemos buscar y hallaremos, podemos llamar y siempre se nos abrirá (cf Lc 11,9). Hablar con el Padre en el nombre de su Hijo Unigénito, bienamado, es tener la seguridad y el compromiso de ser escuchados.
Que la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos nos apremie. Que el Domingo de la Palabra de Dios nos abra a la escucha comunitaria del Hijo para caminar juntos atentos al Espíritu Santo, artífice de unidad y comunidad.
Con mi afecto y bendición.
✠ Luis Ángel de las Heras, cmf
Obispo de León
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