60 participantes en un curso online de 6 meses Curso “Protección y prevención de abusos y violencia en entornos eclesiales”: en busca de buenas prácticas y directrices en la Amazonía brasileña

El curso es una herramienta para conocer en profundidad las complejidades del abuso, incluidos los aspectos psicológicos de las víctimas, los procedimientos legales y canónicos, y las estrategias de prevención
Mons. Hudson pone el ejemplo de un agente de pastoral que decía que una de las peores sensaciones al tratar estos temas de abusos es un sentimiento de impotencia, de querer hacer algo y no sentirse competente por falta de formación, de orientación
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Prevenir los abusos sexuales en la Iglesia católica es crucial por el impacto devastador que tiene en las víctimas y en la comunidad. Es un camino sin retorno que el Papa Francisco viene impulsando, especialmente con el Motu Proprio “Vos Estis Lux Mundi”, que establece directrices para las comisiones de protección de abusos, haciendo hincapié en la transparencia y la rendición de cuentas, subrayando la importancia de una respuesta continua y eficaz a los casos de abuso sexual, y exigiendo a los responsables estar siempre al día en prácticas y directrices.

Necesidad de formación
Avanzar en este camino requiere capacitación, un paso que se está dando en el Regional Norte 1 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB Norte1). El Núcleo Lux Mundi, con el gran esfuerzo de la Dra. Eliane de Carli y su equipo en la reflexión sobre cada etapa del curso y su desarrollo y dirección actual, y la Conferencia de Religiosos de Brasil, en colaboración con la Facultad Católica de Amazonas, bajo la dirección y el compromiso del obispo auxiliar de Manaos, Mons. Hudson Ribeiro, y la CNBB Regional Norte 1, bajo la coordinación de la secretaria ejecutiva, hna. Rose Bertoldo, después de un proceso de construcción colectiva, está organizando el curso: "Protección y Prevención del Abuso y la Violencia en Ambientes Eclesiales", con la participación de 60 personas de las nueve diócesis y prelaturas del Regional.
Los participantes en el curso, que comenzó en febrero y finalizará en agosto, son miembros de las Comisiones Diocesanas de Protección de Niños, Adolescentes y Adultos Vulnerables; psicólogos y abogados voluntarios que trabajan en la red de protección; educadores de Escuelas Católicas vinculadas a la Asociación Nacional de Educación Católica (ANEC); formadores de Seminaristas y Casas de Formación para la Vida Religiosa; agentes de Cáritas; sacerdotes, diáconos, religiosas y religiosos, y laicos vinculados al programa de protección de niños, adolescentes y adultos vulnerables.
Instrumento para conocer en profundidad
El curso es una herramienta para conocer en profundidad las complejidades del abuso, incluidos los aspectos psicológicos de las víctimas, los procedimientos legales y canónicos, y las estrategias de prevención, con vistas a responder de forma inmediata y adecuada a las denuncias, y mantener entornos seguros y acogedores dentro de las instituciones eclesiásticas. Junto a ello, la formación se hace imprescindible para garantizar la transparencia y credibilidad de los servicios/comisiones de protección y atención, y mostrar así un compromiso permanente con la justicia, la verdad y el apoyo a las víctimas.
La formación continua les permite estar preparados para afrontar los nuevos retos y desarrollos de la legislación y de las directrices de la Iglesia, estar al día de las mejores prácticas y desarrollos internacionales en el ámbito de la protección de los niños, adolescentes y adultos vulnerables, fortaleciendo la capacidad de la Iglesia para prevenir los abusos y responder con compasión y justicia cuando se producen, alineándose plenamente con el Magisterio del Papa Francisco y los Derechos Humanos.

Un programa organizado
El curso representa un programa más organizado, sistematizado e integrado, basado en un enfoque bíblico, la espiritualidad, los documentos de la Iglesia, la psicología, la antropología y la moral, con miras a formas de intervención que reúnen iniciativas específicas en el ámbito de la prevención, según el obispo Hudson Ribeiro. Señala que, dada la realidad del Regional Norte1, con sus grandes distancias y el alto coste de los desplazamientos, se optó por un curso online, en el que los participantes reciben el material para leer previamente, lo que les permite aprovecharlo al máximo.
El obispo auxiliar de Manaos recuerda que el Regional Norte 1 creó el Manual para la Protección de Niños, Adolescentes y Adultos Vulnerables, que define como “una respuesta de comunión aquí en la Iglesia de la Región Norte 1”. El objetivo es que “no haya paralelismo y que no hablemos lenguas diferentes”, lo que considera “un momento de gran esperanza en el Año Jubilar”.
Un curso que reduce costes, une fuerzas y se construye colectivamente desde diferentes lugares de Brasil con referencia a la realidad local. Todo eso superando los desafíos que surgen de la distancia, de la dificultad de acceso a internet, lo que significa que el curso es grabado y enviado a cada participante para posibilitar el acceso al contenido a aquellos que no pudieron participar en directo. Se trata de un proyecto piloto, “una propuesta osada”, dice Mons. Hudson, que puede servir de ejemplo para la Iglesia en Brasil, ofreciendo “una sistematización de un programa pensado, reflexionado, articulado y que es signo de comunión en nuestra Iglesia”, subraya.
Respuestas concretas para la realidad local
Todo esto, según el obispo, “nos ha exigido un seguimiento sistemático, y que las personas que se han ofrecido como facilitadores estudien y preparen el material en un lenguaje accesible, pero no simplificado. Con cierta profundidad, pero que también tenga en cuenta las especificidades de la Amazonía, del ámbito cultural, de los desafíos de la territorialidad, de la geografía, del espacio que ocupamos, que también tenga en cuenta todo lo que ya se ha construido aquí: los valores culturales, la forma de ser Iglesia, la dinámica eclesial, que tiene sus particularidades.” De este modo, busca “ser un mayor signo de esperanza, con respuestas un poco más concretas”.
Mons. Hudson pone el ejemplo de un agente de pastoral que decía que una de las peores sensaciones al tratar estos temas de abusos es un sentimiento de impotencia, de querer hacer algo y no sentirse competente por falta de formación, de orientación, de decir ahora ¿qué hago con todo esto? Al mismo tiempo, saber dónde derivar a las víctimas, sentirse un poco más seguros, un poco más competentes para saber cómo ayudar, que es uno de los objetivos específicos de este curso, crear esta sensación de esperanza”.

Casa Esperanza
Asimismo, el obispo auxiliar de Manaos destacó la importancia de la Casa Esperanza, una iniciativa de la Archidiócesis de Manaos, también destinada al Regional Norte 1, en colaboración con las iglesias locales, que fue inaugurada recientemente. Se trata de un centro de atención a niños, adolescentes y mujeres que han sufrido violencia sexual, con atención psicológica, jurídica y social, así como investigaciones que puedan generar información suficiente para influir en las políticas públicas de la zona y cambiar la situación actual de violencia contra niños y adolescentes, con especial atención al abuso y la explotación sexual.
Un servicio presencial y en línea que permite acercarse a los lugares donde, de hecho, existe una mayor carencia de atención psicológica especializada para niños y adolescentes, o donde aún es precaria. Una iniciativa que cuenta con todo el apoyo e impulso de los obispos del Regional Norte 1 en busca de una respuesta conjunta para ayudar a acompañar a las víctimas y sanar las heridas.