Por una Iglesia con rostro indígena Encuentro Cultural "La fiesta de la pubertad" fortalece la tradición y espiritualidad del pueblo Magüta
El ritual de purificación es fundamental para mantener viva la identidad del pueblo Magüta y su conexión con la madre naturaleza
La preservación de las tradiciones indígenas es vital para la protección de la cultura y la espiritualidad del pueblo, contribuyendo a la construcción de una sociedad más inclusiva y consciente de la importancia de sus raíces culturales
| Hno. Jakson Luiz Bentes- Lassalista
Entre el 12 y el 14 de septiembre, en la Comunidad de Yahuma, Perú- Vicariato Apostólico de San José del Amazonas se llevó a cabo un encuentro cultural titulado “La Fiesta de la Niña Nueva”, celebración tradicional del pueblo Magüta, también conocida como fiesta de la pubertad. El evento, encabezado por Robinson, Daniel y Pedro, de la Parroquia Sagrada Família de Nazaret, Vicariato Apostólico de Leticia, y líderes del pueblo Magüta. Fueron días sagrados para la comunidad, transmitiendo la sabiduría ancestral del pueblo Magüta.
Preservar y fortalecer la cultura indígena
Esta celebración forma parte del proyecto “Iglesia sinodal con rostro Magüta”, cuyo objetivo es preservar y fortalecer la cultura, origen, territorio y espiritualidad de este pueblo que habita la triple frontera entre Brasil, Perú y Colombia. La "Fiesta de la Niña Nueva" rescata elementos culturales fundamentales a través de la historia oral y la sabiduría de los abuelos (sabedores), promoviendo la valoración de sus identidades y previniendo situaciones de vulnerabilidad social.
El ritual comienza con la pintura de los cuerpos, simbolizando el nacimiento del niño. Daniel explica que la pintura es un elemento protector, que marca el primer momento en el ciclo vital de la niña. El segundo día, la preparación de la "taricaya", símbolo de invitación a la nueva chica, marca el inicio de los bailes y de la perforación de la oreja de la joven, parte esencial del rito de iniciación. En este momento, el árbol sagrado es talado y su corteza se utiliza para confeccionar la ropa y el bolso de la joven, que formará parte del clan de su familia, en este caso Tigre o Cascabel. Estos elementos, según la tradición, fueron entregados por los mayores del pueblo Magüta y son considerados sagrados, pues fortalecen su conexión espiritual y cultural, su ancestralidad y la madre tierra en sí misma.
Mantener viva la identidad
El tercer día estuvo marcado por un baño colectivo en el río Amazonas, donde todos los símbolos fueron lavados y los participantes se purificaron, dejando que el río se llevara los "espíritus" que no son buenos. Para Daniel, el ritual de purificación es fundamental para mantener viva la identidad del pueblo Magüta y su conexión con la madre naturaleza. Hubo también los consejos de las abuelas. "Rescatar estos elementos sagrados es fundamental para que no perdamos nuestra identidad y fortalezcamos nuestra tradición", afirmó Daniel.
El proyecto “Iglesia sinodal con rostro Magüta” apoya y motiva las celebraciones como la "Fiesta de la niña nueva", pues la preservación de las tradiciones indígenas es vital para la protección de la cultura y la espiritualidad del pueblo, contribuyendo a la construcción de una sociedad más inclusiva y consciente de la importancia de sus raíces culturales. Se hace necesario apoyar y difundir estos momentos que fortalecen la fe, la cultura y el patrimonio inmaterial de las comunidades indígenas de la Amazonía.
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