El Sínodo es esperanza de concretar inspiraciones de los pueblos indígenas José Gregorio Díaz Mirabal: “El Papa Francisco es clave para que no vuelva a pasar otro genocidio en la Amazonía”
En la cuenca amazónica, el que defiende la Madre Tierra está condenado a muerte, es asesinado, es perseguido, es encarcelado, es criminalizado.
| Luis Miguel Modino
La Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA, representa a los más de 400 pueblos de la Pan Amazonía. Fundada en 1984, coordina los esfuerzos, sueños e ideales de las nacionalidades, pueblos y organizaciones indígenas para promover, defender y ejercer los derechos de la vida como parte integral de la naturaleza y del universo.
Desde junio de 2018 su presidente es José Gregorio Díaz Mirabal, elegido en el congreso de Macapá. La semana pasada, el líder indígena participó de un encuentro con el Papa Francisco, lo que ve como “un reconocimiento a la COICA”, aunque esa actitud no es compartida por todas las organizaciones indígenas. Él mismo reconoce que algunos dicen "que los indígenas se han vendido a los curas, que se han arrodillado ante el Papa”, recibiendo muchas críticas fuertes por eso.
José Gregorio afirma que “el mundo está tan mal que hay que ver soluciones, no sólo ver el mal”. Ante los grandes intereses sobre la Amazonía, “la COICA se tiene que sentar con quien se tiene que sentar para salvar sus territorios, sus pueblos”, según su presidente, pues “el poder no está en los pueblos indígenas, el poder está fuera, quien viene a destruir la Amazonía está fuera”. Por eso, “en esta nueva etapa, la COICA quiere posicionarse como un interlocutor mundial por la defensa de sus pueblos”.
El líder indígena venezolano ve el Sínodo para la Amazonía “como una esperanza de concretar algunas inspiraciones que tenemos los pueblos indígenas”, viendo al Papa como clave para que “no vuelva a pasar otro genocidio en la Amazonía”. Muchos quieren desacreditar al Papa Francisco, “que es una figura mundial que está recorriendo el mundo para dar esperanza a la humanidad”, alguien humilde, con quien la COICA coincide “en que el modelo actual de desarrollo está destruyendo el Planeta” y que le ve como aliado.
Díaz Mirabal destaca el valor de la cosmovisión indígena, “el único conocimiento probado que puede salvar los bosques, los ríos, los territorios”, amenazados en la Amazonía, junto con los pueblos, por las actividades mineras. Junto con eso, ve que la Iglesia está dispuesta a escuchar, destacando el papel de la REPAM, que “ha abierto el espacio al diálogo sincero con los pueblos indígenas”. Por eso, es necesario que en la Iglesia todos “aprendan del discurso del Papa”, que no se llegue a las comunidades “a hablar sólo de la Biblia”, sino que se “hable también de todas las empresas que están contaminando, de la destrucción que está pasando en los territorios, de la persecución”.
¿Qué representa la figura del Papa Francisco para la COICA? ¿Se le ve como un aliado, como alguien que puede ayudar?
Es una esperanza, el Sínodo es como una esperanza de concretar algunas inspiraciones que tenemos los pueblos indígenas, que otros Papas no lo habían hecho y que este Papa sí está preocupado por lo que les pueda pasar a los pueblos indígenas y a la Amazonía, con toda la historia que hay, porque no podemos vivir del pasado. El pasado fue muy fuerte, hay una deuda histórica con la Iglesia de los pueblos indígenas, pero eso ya es pasado y estamos ante una nueva etapa.
Ahora lo que se quiere es hacer cosas, hacer algo para que no vuelva a pasar otro genocidio en la Amazonía, y el Papa es clave para eso, pero queremos ese compromiso nuevo. Él ha lanzado el primer reto del Sínodo, entonces nosotros queremos contestarle, acompañar todo eso.
En el encuentro de la semana pasada, ¿qué es lo que les dijo, qué impresión tiene usted de ese encuentro?
Bueno, primero hay que resaltar, porque es importante resaltar, la figura del Papa. Mucha gente, por diferentes intereses quiere desacreditar una figura que es importante para el mundo, y que aunque yo esté de acuerdo o yo tengan mis críticas, es una figura mundial. Primero resaltar eso, que es una figura mundial que está recorriendo el mundo para dar esperanza a la humanidad. Él es una persona mayor, una persona que está haciendo mucho esfuerzo para su edad, en los viajes, en los encuentros, en las reuniones, pero que tiene mucha fuerza en sus planteamientos. Por eso, hay que destacar su fuerza espiritual y su peso en el mundo.
Creo que lo más importante es su humildad, tuvo un espacio para cada uno de nosotros, para intercambiar. En el caso de la Amazonía, yo estaba representando la Amazonía como COICA, él ratifica su compromiso con el Sínodo, con la salvación de los pueblos de la Amazonía, de los territorios, de los recursos naturales.
Yo creo que la idea central es que coincidimos en que el modelo actual de desarrollo está destruyendo el Planeta, él lo ha dicho, nosotros lo hemos dicho. Los sistemas económicos basados en el egoísmo, en la individualidad, en la riqueza por la riqueza, está destruyendo los valores de la humanidad, los territorios, los pueblos, las culturas, está arrasando con todo, en eso coincidimos también, y en que hay que hacer algo.
Particularmente a mí me dijo, tenemos que encontrarnos en el Sínodo, COICA tiene que estar presente, los pueblos indígenas de la Amazonía. Eso significa mucho, porque es un compromiso de nosotros también. Yo creo que el fondo de su mensaje es que la mayoría de la gente en el mundo está sorda por el sistema económico mundial, todo mundo quiere consumir, todo mundo quiere tomar los recursos naturales para beneficio de los países individuales, de grupos de empresas. Nosotros estamos ahorita despertando a la comunidad mundial que por ese camino vamos a la autodestrucción, destrucción de los valores, de la solidaridad, de las culturas, de los territorios, de los recursos naturales y que la Madre Tierra ya no soporta más agresiones de ese tipo. Cuando hablo de la Madre Tierra, hablo de los pueblos indígenas que estamos viviendo en esos territorios.
Ahí coincidimos, ese es el mensaje central, y es una esperanza. Finalmente, después de esa reunión, de su mensaje, un mensaje de que hay que trabajar juntos para despertar a la humanidad, para criticar ese modelo de desarrollo destructivo, que sólo ve la riqueza. De fondo está la clave de que tiene que haber un nuevo modelo de vida para los pueblos, para el mundo. Porque allí por donde vamos, nos espera la destrucción, la muerte, en el caso de nosotros, sobre todo aquí en la cuenca amazónica, Brasil, Colombia, Bolivia, Venezuela, el que defiende la Madre Tierra está condenado a muerte, es asesinado, es perseguido, es encarcelado, es criminalizado.
No es sólo una agresión contra la Madre Tierra, sino contra los que la defienden. Están por encima los intereses de las empresas, de los grupos económicos, de los gobiernos. Al final tenemos derecho por la vida y hay que tener mucho valor. Los indígenas son los únicos que están dispuestos a dar la vida por su tierra, porque la quieren, porque la aman, otras culturas no son así, otras culturas prefieren destruirla. En ese sínodo, no es que pongamos nuestra esperanza, peso sí creemos que podemos lograr algo, tenemos que hacer algo.
Usted dice una cosa sobre la que el Papa Francisco también ha hablado, que es un nuevo modelo de vida. ¿Cómo debería ser ese nuevo modelo de vida para el mundo desde su propia cosmovisión, desde su espiritualidad indígena, desde todo lo que ha vivido en su territorio hasta ahora?
Primero quería destacar que nosotros también tuvimos espacio con los gobiernos y con algunos representantes de organizaciones globales. Yo les decía que recién el mundo científico reconoce el trabajo que han hecho los indígenas con sus cosmovisiones y con su conocimiento. Se dice que los conocimientos indígenas, sus cosmovisiones, no es ciencia, no tiene ningún fundamento científico. Pero recién el año pasado, la comunidad científica internacional, después de 30 años de estudio, descubrió lo que nosotros ya sabemos, los territorios mejor conservados del Planeta es donde están los pueblos indígenas, las comunidades indígenas.
No sé cuál es el secreto, y con eso voy a tu pregunta. Nosotros estamos exigiendo ahora los conocimientos, culturas, idiomas indígenas. La cosmovisión indígena es el único conocimiento probado que puede salvar los bosques, los ríos, los territorios, ¿por qué? Porque la cosmovisión indígena nace entrelazada desde la comunión entre la naturaleza y el ser humano. Nosotros nacimos del agua, de la montaña, y esa conexión es desde el nacimiento, desde el vientre ya se sabe, con el trabajo que hacen los ancianos, que es la madre, que hay que respetarla, que hay que hablar con ella, que hay que respetar a los animales, a las plantas, todos tienen vida.
En el mundo natural, en el mundo de las comunidades, hay protocolos avanzados, como dicen los científicos. Hay protocolos para entrar al río, a la selva, a la chácara, para entrar en la comunidad, que no están escritos, pero están en la memoria colectiva y, sobre todo, en la cultura oral, que no se ha perdido en los últimos dos o tres mil años. Ese conocimiento nació despreciado por la ciencia, por las otras culturas. Pero ahora están emergiendo las claves para salvar el agua, el aire, los bosques, y si es despreciado nuevamente, si les pasamos por encima nuevamente a las cosmovisiones de los pueblos indígenas y seguimos ese modelo que está destruyendo el Planeta, entonces no hay esperanza y no va a haber vida.
El Papa Francisco insiste mucho en la necesidad de escuchar a los pueblos indígenas y de aprender con ellos. Usted ha dicho que en su encuentro, el Papa dijo que la COICA tenía que estar presente en el Sínodo. ¿Qué significa esta nueva actitud de escucha, algo en lo que insistió el Papa Francisco en el encuentro con los pueblos indígenas en Puerto Maldonado?
En Puerto Maldonado también estuvo la COICA, estuvieron las organizaciones indígenas de la región. Yo creo que ahí el Papa entendió que el diálogo tiene que ser directo con los pueblos indígenas, más allá de las cámaras, más allá de todo ese protocolo que hay para el diálogo con una persona tan importante. Él entendió que hacía falta un siguiente paso, donde realmente se pueda dialogar, concretar acciones. Con la Laudato Sí, en 2015, ya la gente le volvió la mirada hacia otra nueva propuesta hacia la humanidad, pero eso necesita acción.
Puerto Maldonado hizo ver que se tiene que ir a la acción, y el Sínodo tiene que ser una acción. Creo que el Papa está preocupado por eso, cuando invita a los pueblos indígenas amazónicos al Sínodo, cuando dice nos tenemos que encontrar en el Sínodo, que tenemos que hacer algo, tenemos que encontrarnos para concretar acciones por la Amazonía. Esto no ha sido fácil, yo aquí quiero reconocer que hay unos momentos previos, que es el tema de la REPAM. Ese diálogo con la REPAM, que se ha dado en los nueve países amazónicos, donde la COICA está participando, creo que ha sido clave para llegar a estos momentos, con el Papa, luego con el Sínodo, porque la REPAM ha abierto el espacio al diálogo sincero con los pueblos indígenas, con esa Iglesia que está al lado del pueblo, no con la Iglesia que está al lado de las empresas, que está al lado de ese modelo destructor.
La REPAM creo que fue el camino para el encuentro previo con los pueblos indígenas que están en las comunidades, en sus organizaciones, porque la COICA es el resultado de la organización local, regional, nacional e internacional, estamos conectados. Ese diálogo se ha dado de esa manera, allí se ha debatido mucho, se han dicho las cosas negativas, positivas, las cosas que no se pueden lograr desde la REPAM, porque la Iglesia tiene un sector que no está de acuerdo con el Sínodo, y eso lo sabemos, que no está de acuerdo con lo que está haciendo el Papa, que tiene muchas amenazas porque está yendo en contra de un sistema que está destruyendo la humanidad. Su función en la Tierra, en este momento, es oír a los pobres, a los abandonados, a los perseguidos, a los encarcelados, a los criminalizados y a los que luchan por el territorio.
Por eso, tenemos esa esperanza de seguir ese encuentro y ese diálogo que yo estoy seguro que no va a culminar con el Sínodo, sino que más bien va a iniciar un proceso, pues hasta el momento los pueblos indígenas hemos estado con nuestras organizaciones. Ahora tenemos a la REPAM como aliada, tenemos al Papa como aliado, tenemos a muchas organizaciones que luchan por el ambiente al lado de nosotros. Yo creo que después del Sínodo, estamos confiados que también vamos a ser un peso mundial para encontrar ese modelo, para propones un modelo de vida. Yo creo que esa es la esperanza también.
Ese modelo que destruye la Amazonía y el Planeta, se concreta últimamente en la actividad minera que está devastando la Amazonía. ¿Cómo eso está afectando a la vida de los pueblos indígenas y del propio ecosistema amazónico?
Nosotros hemos tenido nuestro encuentro de los nueve países hace unos quince días, y hacíamos una evaluación de eso. Estamos viendo que en los nueve países de la Amazonía tenemos los mismos problemas. Para que lleguen las empresas al territorio tienen que tener un permiso, y ese permiso lo da el estado. Hay leyes que nos favorecen a todos, pero no se cumplen, no se respetan. Primero pasan por encima de las leyes, no se hace la consulta previa. Segundo, la relación de las empresas con el estado es una relación comercial, está por encima de las leyes, de los valores, y hay un elemento clave, que también el Papa lo ha dicho, que es la corrupción.
Vamos a poner un ejemplo, Oderbrecht, que es una empresa destructiva, no sólo está destruyendo los territorios, junto con otros bancos y otras empresas, sino que es una red que también está destruyendo los valores, está contaminando los ríos, generando enfermedades, muerte y destrucción en los territorios indígenas. Es un poder que está por encima de los gobiernos, que simplemente reciben el dinero y le dan el permiso a las empresas.
Nosotros vemos los impactos, los niños en la Amazonía están naciendo sin ojos, sin brazos, enfermedades que no se veían, porque el río está contaminado con mercurio y con otros metales más pesados. Los espacios de la chácara están contaminados, voy a poner el ejemplo de Ecuador, de Chevron Texaco, el cual estamos acompañando en esa lucha, en esa demanda, ya hay territorios totalmente contaminados por el petróleo. No se puede sembrar, no se puede tomar el agua, ya han muerto, solamente en la zona donde estuvo Chevron Texaco, noventa personas con cáncer, y hay como ciento ochenta contaminados, ya enfermos. Es un genocidio lo que está cometiendo en la Amazonía.
Eso es un solo ejemplo, si vamos a Colombia, a Brasil, asesinatos, desplazamientos de los territorios. Entonces, al final de todo, ésta es una empresa extractiva la que paga para que hagan eso, la que dirige todo ese proceso. Estamos viendo que esta alianza con el Papa, con la REPAM, con todas las organizaciones ambientalistas del mundo, tiene que golpear duro allá, a esos intereses que no están en nuestros países, que están fuera, en Europa, en Estados Unidos, allá es que hay que golpear. Por eso queremos salir a nivel mundial.
¿Cuál debería ser la nueva actitud de las Iglesias cuando llegan a las comunidades indígenas?
Lo voy a repetir porque lo hemos dicho con la REPAM, aprendan del discurso del Papa, no puede ser un cura, un sacerdote, que vaya a una comunidad a hablar sólo de la Biblia, a hablar de algo que pasó donde nació Jesús, que le respetamos. También tienen que hablar de los problemas de las comunidades, de la cultura. Hable de la Biblia, de Jesús, de María, de toda la Palabra de Dios, pero hable también de todas las empresas que están contaminando, de la destrucción que está pasando en los territorios, de la persecución, aprendan del Papa. Pero sabemos que también en los territorios hay obispos y hay sacerdotes que no quieren al Papa, no quieren ese discurso. Eso queremos también de la Iglesia.