La relación con Trump, el Jubileo, el posible viaje a Nicea mientras espera el fin de las guerras en Ucrania y Medio Oriente El 2025 de Francisco: Año Santo ¿y qué más?

Deseos de Año Nuevo del Papa, por Agustín de la Torre
Deseos de Año Nuevo del Papa, por Agustín de la Torre Agustín de la Torre

Se espera que más pronto que tarde, en esa línea, se conozca el nombre del sucesor del querido por todos Miguel Ayuso al frente del Diálogo Interreligioso y resta ver si, finalmente, es 2025 el año de la anunciada llegada de una mujer a una prefectura

Francisco continúa más firme que nunca en la tarea para la que decenas de cardenales fueron a buscarlo casi al “fin del mundo” en 2013

Tras dejar inaugurado en la pasada Nochebuena el Jubileo Ordinario dedicado a la esperanza, que se extenderá hasta el 6 de enero de 2026, el papa Francisco ya puso en marcha la agenda cargada que lo espera para el Año Jubilar que, sin embargo, no se centra solamente en la celebración por la que, se estima, llegarán a Roma unas 30 millones de personas.

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Después de abrir las otras cuatro puertas santas que tendrá el Jubileo (las otras tres basílicas papales de Roma y la cárcel de Rebibbia), el Papa tendrá un enero movido por demás en el plano de la política internacional.

(FOTO APERTURA PUERTAS)

En orden cronológico, recibirá el próximo 10 de enero al presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, a menos de dos semanas de que el demócrata deje la Casa Blanca a Donald Trump, quien asumirá el día 20 en una relación con el Vaticano que se presenta ahora un poco más ríspida que hace algunas semanas luego del anuncio de que un ultraconservador será el embajador ante la Santa Sede.

Entre recibir a Biden (quien antes del final de 2024 dejó un gesto bergogliano al conjura casi 40 penas de muerte) y ver la asunción de Trump, Francisco hablará el martes 14 al Cuerpo Diplomático acreditado en el vaticano, uno de los discursos más fuertes de cada año, con los lineamientos de la política internacional de la Santa Sede. Internacional, y no exterior, como recuerda Antonio Spadaro, porque no pueda decirse que algo de lo que sucede en el mundo sea “externo” a un pontificado, y menos en tiempos de globalización y de Jorge Bergoglio.

¿Un nuevo nuncio en EEUU?

Las interrogantes, en ese marco, son varias: ante una nueva era en Washington, ¿seguirá en su cargo el Nuncio Christopher Pierre, o se buscará un nuevo interlocutor con el Gobierno republicano?

Entre los temas a seguir más de cerca con la asunción de Trump, en un claro primer lugar, el Vaticano tiene en agenda la evolución de dos de los conflictos actuales: Medio Oriente y Ucrania, con una clara intención de que se pase de una fase belicosa a una de negociaciones por la paz.

Donald Trump
Donald Trump EFE

No falta entusiasmo en algunas oficinas en que el respaldo político que obtuvo en las urnas, sumado a su temperamento estilo vaquero pueden llegar a jugarle a favor al empresario que volverá al Salón Oval, un nostálgico de los tiempos de su país como gendarme global que por esa misma razón puede querer dar una señal de autoridad posicionándose como garante de algún tipo de nuevo equilibrio.

En su primer mandato, pese a mucho declaracionismo, puso el cuerpo a la pacificación entre las dos Coreas con una histórica visita a la zona desmilitarizada y mantuvo bajo cierto orden Afganistán y otros territorios. No puede decirse lo mismo de sus predecesores con Libia ni de sus sucesores con Afganistán. La incógnita será, ahora, con una China convertida en un jugador global de mayor peso, si podrá hacer lo mismo par aliviar las tensiones en Medio Oriente y en Ucrania.

Negociación, diálogo y alto el fuego

En ese marco, la apuesta del vaticano por la paz es clara: negociación, diálogo y alto el fuego. Ese es el road map de la Santa Sede para los conflictos abiertos en el mundo, que no son pocos, y que tristemente exceden a aquellos de mayor atención mediática. Luego de hacer referencia explícita a ellos el pasado 25 de diciembre, el Papa esperará ahora los primeros pasos del nuevo tablero internacional.

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Los “Peregrinos de la esperanza”, que llegarán a Roma durante el Jubileo se calculan en cerca de 30 millones, lo que mostrará semanalmente a Francisco entre multitudes: a las ya fijas audiencias generales de los miércoles (¿hay algún otro líder que hoy en día siga reuniendo 20.000 personas cada siete días tras once años en el cargo?) se sumarán las misas dominicales de los Jubileos temáticos, que ocuparán la mayoría de las 52 semanas del Año.

De particular atención para el plano geopolítico será el dedicado a los Gobernantes, previsto para junio. A medida que se conozcan los confirmados se sabrá con mayor detalle si ese evento marcado en principio como un momento espiritual se convierte también en un mojón de la política global en 2025.

El Papa, ¿a Nicea?

El otro punto fuerte en el plano internacional para el año que llega es la posible ida del Papa a Nicea para la conmemoración del 400 aniversario del Concilio de la hoy ciudad turca. Hay dos hipótesis previstas: tercera semana de marzo o cuarta de mayo. Con el Gobierno de Erdogan convertido cada vez más en un actor decisivo en la región (más aún luego de la caída de la siria de Al Assar), la presencia del pontífice en esa geografía podría tener muchas más derivaciones que el mero recuerdo ecuménico.

De todos modos, mientras avance la celebración del Jubileo (ya hay en agenda 35 jubileos temáticos, cada uno con su correspondiente mensaje del Papa), Francisco deberá continuar también con el Gobierno de la Curia. Se espera que más pronto que tarde, en esa línea, se conozca el nombre del sucesor del querido por todos Miguel Ayuso al frente del Diálogo Interreligioso y resta ver si, finalmente, es 2025 el año de la anunciada llegada de una mujer a una prefectura.

El Colegio Cardenalicio, flamantemente robustecido con 21 nuevos purpurados, proseguirá mientras con la renovación de sus miembros con derecho a voto, a partir del paso del tiempo que restringirá este año a una decena de electores que llegarán a los 80 años. De todos modos, el “equipo” de Gobierno de Francisco parece estar hecho para trabajar consolidado durante todo el Jubileo, ya sea con sus asesores del C9 o con la plantilla de jefes de Dicasterio.

¿Quizás novedades en alguna arquidiócesis grande o en alguna Nunciatura? Una capital del otro lado del océano Atlántico en el primer trimestre y una europea en el segundo, apuntan algunos, con igual dosis de misterio como de reconocimiento a que, con Jubileo y todo, Francisco continúa más firme que nunca en la tarea para la que decenas de cardenales fueron a buscarlo casi al “fin del mundo” en 2013.

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