Reunión en Washington DC reúne 510 participantes de 98 diócesis Ministerio Social Católico de los Estados Unidos: Mensajeros de esperanza, defensores de la justicia
Francisco advertía que “si no logramos promover la justicia social, no lograremos garantizar la dignidad de cada persona”
“La Iglesia está llamada a ser pobre con los pobres, que a menudo constituyen la mayoría de los fieles”, que deben ser reconocidos como “agentes de evangelización”
“Construir puentes de inclusión, de reconciliación y de fraternidad que puedan conectar esas organizaciones comunitarias existentes en nuestra América, para poder iniciar juntos procesos de transición justa, respetando las diferencias de cada una de las Iglesias particulares”
“Cuando se respeta la creación con dignidad, se realza la dignidad humana. Y cuando se denigra la creación, también se degrada el ser humano”
“Construir puentes de inclusión, de reconciliación y de fraternidad que puedan conectar esas organizaciones comunitarias existentes en nuestra América, para poder iniciar juntos procesos de transición justa, respetando las diferencias de cada una de las Iglesias particulares”
“Cuando se respeta la creación con dignidad, se realza la dignidad humana. Y cuando se denigra la creación, también se degrada el ser humano”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
La Reunión del Ministerio Social Católico (CSMG por sus siglas en inglés), que es organizada por el Secretariado de Justicia y Paz de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos junto con otros 10 departamentos de la USCCB y 20 organizaciones católicas nacionales tuvo lugar en Washington DC del 25-28 de enero de 2025. Este evento conto con la participación de 510 participantes de 98 diócesis de los Estados Unidos y sus territorios. Sin duda, este fue un evento de gran importancia ante la situación por la que pasan los migrantes/inmigrantes en los Estados Unidos.
Personalidades participantes
El evento contó con la participación del Cardenal Christophe Pierre, Nuncio Apostólico de los Estados Unidos; la Dra. Emilce Cuda, Secretaria de la Comisión Pontificia para América Latina; Monseñor Joseph J. Tyson, Obispo de la Diócesis de Yakima; Monseñor Timothy P. Broglio, Presidente de la USCCB y Arzobispo de la Arquidiócesis Castrense de los Estados Unidos; Monseñor Andrew E. Bellisario, Arzobispo de la Arquidiócesis de Anchorage-Juneau; y Monseñor Bruce A. Lewandowski, Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Baltimore. El evento también contó con la participación de Kerry Alys Robinson, presidenta y directora ejecutiva de Caridades Católicas de los Estados Unidos; John A. Berry, presidente del Consejo Nacional de la Sociedad de San Vicente de Paul y decenas del personal de la USCCB y organizaciones colaboradoras.
Durante los primeros días de la conferencia los participantes aprendieron sobre las prioridades sociales de los obispos de los Estados Unidos a través de sesiones plenarias, charlas y liturgias. Además, recibieron recursos y herramientas para poner su fe en acción en los talleres de capacitación con líderes de la comunidad y expertos en abogacía. En el último día, más de 300 líderes de 35 estados de la nación participaron en reuniones con sus oficiales electos para presentarles las prioridades domésticas y globales de la Iglesia estadounidense entre ellas se encontraban: garantizar que todas las decisiones fiscales y presupuestarias apoyen a los niños y a las familias y los ayuden a prosperar, especialmente a las familias que viven en la pobreza; apoyar a las familias y los niños de todo el mundo aprobando las asignaciones para el año fiscal 2025 y garantizando los niveles más altos posibles de financiación para el desarrollo internacional destinado a reducir la pobreza y el hambre y para la asistencia humanitaria; y preservar y apoyar las protecciones humanitarias para las familias vulnerables, incluyendo el reasentamiento de los refugiados.
Mensaje del Papa Francisco
En un mensaje enviado a los participantes, el Papa Francisco les invitaba, en el curso del Año Jubilar, a “poner al centro de la misión pastoral el desafío de ‘organizar la esperanza’”, pidiendo que “el Ministerio Social Católico de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos se convierta en signo de unidad, ‘construyendo puentes de inclusión, de reconciliación y de fraternidad’”, algo que el Santo Padre ve posible en el trabajo que llevan a cabo “por reconocer a Jesucristo en los más necesitados: los excluidos, los descartados, los pobres, los migrantes”.
A los miembros de este ministerio les definió como la Iglesia que va a lo concreto, que trabaja “sobre tierra firme y con la gente, promoviendo un diálogo social que escucha y conversa con los pobres. Francisco advertía que “si no logramos promover la justicia social, no lograremos garantizar la dignidad de cada persona”, llamando a los jóvenes a no dejarse robar la esperanza y “poner fin a esta guerra a pedazos que sacude el mundo”.
Escucharse, dialogar y discernir
El Cardenal Pierre definió a la Reunión del Ministerio Social Católico como “una excelente oportunidad de escucharnos unos a otros, de dialogar y de discernir lo que el Espíritu quiere que hagamos en nuestra misión por el bien común y por la promoción de la dignidad humana de las personas, especialmente la dignidad de las personas que son pobres, y las personas cuya esperanza de un futuro mejor se ve amenazada”, algo que ve como característica de una Iglesia sinodal, llamando a ejercer la sinodalidad.
El representante pontificio recordó las palabras del Papa en el Congreso de los Estados Unidos, cuando definió una nación grande como aquella que defiende la libertad, fomenta una cultura que permite soñar con derechos plenos para todos, y lucha por la justicia y la causa de los oprimidos. Reflexionó sobre la necesidad de profecía, en vista de la común dignidad de hijos de Dios y de la solidaridad de unos con otros, así como del compromiso político, advirtiendo contra lo que llamó “mesías político”, que no favorece el bien común, algo que se contrapone a la visión cristiana de la política, “una de las formas más elevadas de caridad”.
El nuncio subrayó que “toda pastoral social comienza con los pobres”, afirmando que “la Iglesia está llamada a ser pobre con los pobres, que a menudo constituyen la mayoría de los fieles”, que deben ser reconocidos como “agentes de evangelización”. Reflexionó sobre los diversos tipos de pobreza e incidió en tres áreas de trabajo: la abolición de la pena de muerte, la defensa de la paz mundial y el trato justo a los migrantes y refugiados. Ante estas realidades llamó a “que nos renovemos en nuestra fe común y en nuestro compromiso compartido con el Espíritu de Cristo”, a ejercer “la sinodalidad escuchando, dialogando y discerniendo lo que es del Espíritu”, y así ser “misioneros de la esperanza y defensores de la justicia”.
Construir puentes para organizar la esperanza
Un camino en el que se avanza en la medida en que se van construyendo puentes, según Emilce Cuda. Para ello es necesaria la organización comunitaria, una larga tradición en la Iglesia de América, que sabe “que la salvación supone la unidad en la diferencia”, lo que demanda, ante amenazas transversales, “construir puentes de inclusión, de reconciliación y de fraternidad que puedan conectar esas organizaciones comunitarias existentes en nuestra América, para poder iniciar juntos procesos de transición justa, respetando las diferencias de cada una de las Iglesias particulares”.
Cuda recordó lo que une a los diversos pueblos de América, destacando la fuerza de la fe, esperanza y caridad, y sus concreciones y conexiones, lo que se concreta en la Iniciativa Construyendo Puentes. Puentes de inclusión, reconciliación y fraternidad, algo que acompaña personalmente el Papa Francisco, que tienen como base la solidaridad y la unidad, emergiendo comunidades organizadas que generen diálogo social y organicen la esperanza. Algo que se lleva a cabo bajo el principio, sugerido por el Papa Francisco, que dice que “la organización vence al tiempo”, afirmando que “la organización comunitaria católica vence al tiempo”. Para ello es necesario iniciar procesos, que otros seguirán, algo que bien conocen los pobres.
La secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina llamó a construir “puentes de comunicación entre todas las partes en conflicto, sin que nadie quede afuera, ni atrás”, superando el miedo y la división, “una pasión natural que debemos convertir en organización comunitaria”.
La redención como plan de rescate
Por su parte, Mons. Tyson presentó “La visión del Papa Francisco sobre la ecología: Diálogo y bien común”, abordando el concepto de ecología humana integral en Laudato Si’, que nos lleva a entender que “cuando se respeta la creación con dignidad, se realza la dignidad humana. Y cuando se denigra la creación, también se degrada el ser humano”. Es por eso por lo que “la redención no se refiere sólo a los seres humanos, sino a toda la creación. Dios quiere que los seres humanos y toda la creación sean liberados”, viendo la redención no como vía de escape, sino como plan de rescate.
El obispo de Yakima, una diócesis de mayoría hispana, abordó la cuestión de la esclavitud moderna, que recordó que adopta muchas formas y que afecta sobre todo a los descartados. El obispo analizó las tres primeras encíclicas del Papa Francisco y llamó en este Año Jubilar a llevar a cabo “una Peregrinación de Esperanza por la Creación”.