35º Congreso de la SOTER Moema Miranda: Iglesia en la Amazonía, mística Magdalena, de mujeres que construyen nuevas posibilidades

Moema Miranda
Moema Miranda

"Vivimos en una tierra que no conocemos, un planeta cada vez más complejo y difícil"

La laica franciscana definió la selva como "esa comunidad ecuménica de vida a la que podemos cambiar la mirada y aprender a convivir"

La hermana Dorothy es considerada por Moema Miranda como un ejemplo de espiritualidad encarnada, "su espíritu sigue presente", viendo a la religiosa como mártir y santa de la gente de la selva, "fue llamada por la selva y se hizo una con muchos otros"

El Congreso Internacional SOTER, que ha reunido a más de 600 participantes presenciales y online del 11 al 14 de julio, con la Amazonía como eje central, contó en su último día con la presencia de Moema Miranda, que reflexionó sobre "La Amazonía y la Iglesia de Brasil: desafíos para la ecología integral y la eco-espiritualidad".

Moema Miranda e César Kuzma

Selva, mundo, Iglesia

Desde su llamada a una mirada esperanzada, una esperanza muy frágil que no se pierde en la catástrofe, pero que tampoco la niega, Moema Miranda centró su intervención en tres elementos: selva, mundo, Iglesia.

El bosque, que ella ve como lo que está al otro lado, como "un gran acontecimiento biotecnológico en el que miles de seres humanos se encuentran e interactúan". Esto nos desafía a pensar el mundo en un mundo complejo, cada vez más complejo. Frente a esto, la Iglesia en Amazonía está motivada por una mística de las que no se quedan quietas, una mística magdalena, inspirada en mujeres que, caminando juntas, han sido capaces de construir la posibilidad de hablar hoy de una Iglesia que hoy construye la posibilidad de nuevos lazos, de nuevas alianzas.

Analizando la realidad, Moema Miranda dijo que en la actualidad "vivimos en una tierra que no conocemos, un planeta cada vez más complejo y difícil". Un mundo donde todo está interconectado por la lógica del capital, una de las inmensas amenazas para la Amazonía brasileña, denunciando que el 80% de la deforestación de la Amazonía brasileña se debe al avance de la ganadería, algo que va de la mano con la creciente amenaza del avance de la minería.

La selva como comunidad ecuménica de vida

La laica franciscana definió la selva como "esa comunidad ecuménica de vida a la que podemos cambiar la mirada y aprender a convivir". Un bosque en el que quienes lo defienden son víctimas de persecución, violencia y muerte. Situaciones que son provocadas por el sistema capitalista, que se presenta de diferentes formas y realidades, presentando el nuevo concepto de "hidra capitalista", en una sociedad donde ha habido una institucionalización del crimen.

Frente a esta realidad, propuso alternativas que llevan a descubrir que "la selva no es una amenaza, la selva salva", poniendo como ejemplo a los cuatro niños indígenas perdidos en la selva amazónica de Colombia durante 40 días, que sobrevivieron por estar en sintonía con la naturaleza, con una selva que en cada centímetro tiene su espiritualidad.

El testimonio de la hermana Dorothy

La Iglesia en la Amazonía habita hoy un mundo muy diferente al de 1972, una fecha de gran importancia. Ante esto, su propuesta es un camino de vuelta a casa, que no es sólo una casa, un tiempo para reconstruir caminos y reconfigurar nuestro lugar. En esta Iglesia de la Amazonía, Moema reflexionó sobre la figura de la hermana Dorothy, que fue a la Amazonía porque se sintió llamada de la selva. Recordó el testimonio de los que vivieron con ella, que ven su sangre como "una sangre que fecundó la tierra", y afirma que "fue plantada y sigue creciendo, fue convertida en encantado, fue resignificada como vida y sigue presente en el camino, viva, creando nuevas formas de vida, de resistencia, de parar el fin del mundo".

La hermana Dorothy es considerada por Moema Miranda como un ejemplo de espiritualidad encarnada, "su espíritu sigue presente", viendo a la religiosa como mártir y santa de la gente de la selva, "fue llamada por la selva y se hizo una con muchos otros".

Moema SOTER

Amor al cosmos

Por eso es necesaria una conversión a la cosmofilia, al amor al cosmos. Actitud presente en los pueblos indígenas, destacando el trabajo realizado por el Consejo Indigenista Misionero (CIMI), que ha ayudado a recrear las identidades de los pueblos indígenas y a tomar conciencia de su ser indígena, de pueblos diferentes pero unidos. También destacó otro ejemplo del trabajo de la Iglesia con los pueblos indígenas, el realizado por las Hermanitas de Foucauld con los Tapirapés, un pueblo condenado a desaparecer que ha resurgido con su presencia samaritana.

Por último, Moema Mirando insistió en que "una relectura apocalíptica nos pone hoy en disputa contra el imperio capitalista, que no tiene la última palabra". Frente a eso, destacó que "Cristo apunta a la Amazonía, donde Él ya vivía antes de la llegada de los que venían a destruir", desafiándonos a estar dispuestos a creer en los espíritus de la selva, a escuchar a los que hoy todavía escuchan a los árboles. Y a hacerlo como una Iglesia Magdalena, acogedora, que no tiene miedo porque ama.

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