Comentario al Evangelio del Primer Domingo de Adviento Ojea: Adviento, “un tiempo nuevo que nos invita a alimentar sueños”
“Un llamado a despertarse, a abandonar esa pesadez del sueño y abandonar la pereza, abandonar esta sensación de no podemos hacer nada”
“El Adviento vuelve a llamarnos a una conversión profunda, a despertarnos”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Recordando que “comenzamos con toda la iglesia un tiempo nuevo que nos invita a alimentar sueños, a preguntarnos sobre el sentido de nuestra vida, hacia dónde caminamos, por quién y para quién gastamos nuestra vida”, ha iniciado el obispo de San Isidro, Oscar Ojea, su reflexión para el Primer Domingo de Adviento. Según el obispo argentino, “esta actitud de atención, de vigilancia y de oración está contrastada en el Evangelio por esa frase de Jesús: ‘Guárdense del libertinaje, de la embriaguez, de las preocupaciones de la vida que nos atrapan’”.
No quedarse dormidos
Ojea considera que “esta es la actitud de la resignación, este es el quedarse dormidos”. Según él, “tiene mucho que ver con la evasión, cuando vivimos situaciones que, aparentemente nos superan, queremos huir. Entonces el sueño, también, en este sentido, es un modo de huir”.
El obispo de San Isidro ve el Adviento como “un llamado a despertarse, a abandonar esa pesadez del sueño y abandonar la pereza, abandonar esta sensación de no podemos hacer nada. Es irremediable todo lo que sucede: la violencia, el maltrato, la crisis en tantos aspectos, las injusticias, no se puede hacer nada”. Ante esa realidad, “entonces, como no se puede hacer nada, me hundo en la desesperanza y en la tristeza”. En esa tesitura, “el Adviento nos invita a levantarnos: ‘Levanten la cabeza’”, dijo Ojea.
Esperar al Señor que viene
Recordando el texto del Evangelio: “El Señor está cerca”, ha advertido que “levanten la cabeza es una actitud marcada por el profeta que nos lleva a esperar al Señor que viene. Es esperarlo de pie y a esperarlo con una oración incesante, no abandonar la oración que la actitud propia de este tiempo que nos vuelve a poner en eje”. Cuestionando “cuál es el sentido de la vida”, llamó a reflexionar sobre si “me preparo porque mi vida está hecha para un encuentro y para un encuentro con alguien”, afirmando que “el Adviento vuelve a llamarnos a una conversión profunda, a despertarnos”.
Finalmente, pidió “que la palabra de los profetas y la personalidad de nuestra Madre la Virgen, que es la gran figura del Adviento, nos iluminen para caminar en la esperanza todo este tiempo que desemboca en el encuentro de la Navidad”.