Comentario al Evangelio de la Solemnidad de Cristo Rey Ojea: Jesús “acepta que es Rey, pero él viene a instaurar otro Reino”

Mons. Oscar Ojea
Mons. Oscar Ojea

“La humanidad que está atraída por el poder de este Reino, que no tiene nada que ver con el poder del que habla Pilato, sino que tiene que ver con aquello que está enunciado en el prefacio, Reino de la verdad y de la vida, de la santidad y de la gracia de justicia, de amor y de paz”

“Son valores fundamentales para poder convivir en una sociedad sin desconfianza, sin sospecha continua, sin estar defendiéndonos continuamente unos de otros, sin estar todos contra todos”

En la solemnidad de Cristo Rey, el obispo de San Isidro, Mons. Oscar Ojea, inició su reflexión recordando la pregunta de Pilato: “¿Tú eres Rey?”, en lo que para el prelado ve otra cuestión: “¿Tenes poder, tenes gente a disposición, tenes gente que te defienda, tenes gente que te diga que sí, tenes autoridad, sabes trabajar por tu imagen, para que tu imagen sea una imagen elevada, superior?”. Eso muestra que “toda la fantasía que hay detrás del poder en la sociedad humana, el que tiene poder”. Algo a lo que Jesús le responde: “Mi Reino no es de este mundo”, mostrando que “acepta que es Rey, pero él viene a instaurar otro Reino”.

Pantocrator

Mirar al crucificado

Ojea recordó que “cuando rezamos el Padre Nuestro, decimos: ‘Venga a nosotros tu Reino’. Hablamos de este Reino, de este Reino que es servicio, de este Reino que es caridad”. Ante ello llamó a mirar qué Rey tenemos, afirmando que “si miramos un crucifijo y recordamos las palabras de Jesús en el Evangelio de San Juan: ‘Cuando yo sea levantado en alto atraeré a todos hacia mí’, esta atracción del crucifijo, hace ya más de 2000 años que una parte fundamental de la humanidad que está atraída por el poder de este Reino, que no tiene nada que ver con el poder del que habla Pilato, sino que tiene que ver con aquello que está enunciado en el prefacio, Reino de la verdad y de la vida, de la santidad y de la gracia de justicia, de amor y de paz”.

Según el obispo, “el Señor viene a instaurar un Reino del que tenemos tanta necesidad. Nuestra dignidad lo pide, lo exige la verdad, tenemos derecho a la verdad, nuestra inteligencia necesita la verdad. No podemos pensar y vivir doblemente, nos hace mal. La vida es todo lo que desea nuestro corazón, lo comprobamos cuando nace un niño, es una explosión de vida que nos llena de alegría. Estamos hechos para vivirla, para disfrutarla, para entregarla por amor”.

Diversas caras del Reino

El obispo de San Isidro recordó el “Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia. La santidad que viene de la unión profunda con Dios y el servicio al prójimo, y la gracia que nos hace reconocer que todo viene de Él, que no somos nosotros los productores de todo, sino que tenemos tanto que agradecer, tantas cosas que no disponemos y que recibimos”.

Igualmente habló del “Reino de la gratitud, Reino de la gracia, Reino de la justicia. Esta justicia que humanamente, como dice el profeta: ‘es un trapo manchado’, pero que necesita verdaderamente el corazón del hombre restablecer la justicia y la equidad. Son valores fundamentales del Reino, son valores fundamentales para poder convivir en una sociedad sin desconfianza, sin sospecha continua, sin estar defendiéndonos continuamente unos de otros, sin estar todos contra todos”.

Finalmente, “el amor y la paz. El amor que es el gran bien que el Señor nos ha regalado con su servicio, con su ejemplo, con la entrega de su vida, y la paz, que es el primer don de la Pascua para que podamos vivir, entendernos, dialogar, escucharnos; este es el Reino que trae Jesús”, subrayó Ojea, pidiendo que “volvamos a mirar ese crucifijo que atrae a todos hacia él y pidamos que venga su Reino, que nosotros podamos colaborar con ese Reino que viene, construyéndolo nosotros cada día, es el Reino del verdadero poder, el Reino que todos necesitamos”.

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