Comentario al Evangelio de la fiesta de la Presentación del Señor Ojea: “Solamente la luz del corazón nos puede iluminar para poder evitar los riesgos de una confrontación“
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“Nos peleamos por todo y nos peleamos en todos los órdenes, en todos los niveles. Hemos entrado en la dinámica de la pelea continua, los grupos pequeños, los grupos grandes, el enfrentamiento y la ira es una pasión muy grande que cuando va creciendo no tiene opuesto, entonces se desborda”
“Le pedimos a la Virgen que nos lleve en brazos, que nos presente a Jesús”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
En la fiesta de la Presentación del Señor, día de la Virgen de la Candelaria, Mons. Oscar Ojea destacó “qué maravillosa costumbre la de agradecer el haber tenido un hijo como don de Dios y era el hijo primogénito de este matrimonio”. El obispo argentino recordó que “ellos tenían la costumbre, 40 días después del nacimiento, de ir a Dios a dar gracias y de ofrecerle algo como un regalo. Ellos eran pobres, le ofrecieron pichones de paloma. No tenían ganado, no tenían propiedad para ofrecer un animal, una res. Y aquí vemos a José y a María peregrinando hacia Jerusalén, hacia el Templo para realizar este gesto de gratitud”.
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El encuentro de las raíces
Del mismo modo, hizo ver que “no se dice una palabra de ellos, ellos no pronuncian mejor dicho ninguna palabra, se admiran de lo que va a pasar allí. Cuando llegan al Templo dos ancianos que no tenían ningún cargo, no eran funcionarios, no eran sacerdotes, no eran levitas, dos ancianos. Eran personas de oración, personas que en su larga vida habían esperado algo nuevo, habían esperado una esperanza nueva, habían esperado al Mesías, entonces, atónitos ven este encuentro maravilloso entre el anciano y el niño”.
Ojea recordó las palabras del Papa Francisco: “El encuentro de estas dos generaciones, el encuentro de las raíces”, acrecentando: “de las raíces del pueblo judío que esperaba al Mesías y el encuentro del niño que va llevando al anciano porque el anciano está cerca de su ocaso, pero el anciano se va feliz porque lo ve al Salvador: ‘Luz para iluminar a las naciones y la gloria de tu pueblo Israel’”.
La Virgen de la luz
“El anciano ve una luz y es María la que lleva esa luz. Por eso hoy celebramos la fiesta de la Virgen de la Candelaria, que es la Virgen de la luz”, recordó. Desde ahí invitó a pedir a la Virgen “que nos presente a nosotros con toda nuestra realidad, con toda nuestra historia, con todas nuestras impotencias. Necesitamos tanto de esa luz, necesitamos esta luz que nos ilumine para encontrar los caminos, para evitar tanta confrontación, esta confrontación continua a la que estamos abocados. Nos peleamos por todo y nos peleamos en todos los órdenes, en todos los niveles. Hemos entrado en la dinámica de la pelea continua, los grupos pequeños, los grupos grandes, el enfrentamiento y la ira es una pasión muy grande que cuando va creciendo no tiene opuesto, entonces se desborda”.
Frente a ello, Ojea subrayó que “solamente la luz del corazón nos puede iluminar, la sabiduría de Dios para poder evitar los riesgos de una confrontación, esta confrontación que estamos viviendo en todos los niveles”. Para ello, “le pedimos a la Virgen que nos lleve en brazos, que nos presente a Jesús. Le pedimos que nos ilumine con su luz así nosotros también nos presentamos como estamos delante de Dios y recibimos esta luz que ha venido para todos, para iluminar a todas las naciones y que es la gloria del pueblo de Dios. Que Dios los bendiga”, concluyó.