Comentario al Evangelio del Tercer Domingo de Adviento Ojea: “Para responder a esta alegría, para vivirla en plenitud, ¿Qué debemos hacer?”

Mons. Ojea
Mons. Ojea

“Dios exulta de alegría a causa de ti y te renueva en su amor”

“¿Qué debemos hacer? ¿Qué cosas concretas debemos hacer para convertirnos?”

En el tercer domingo de Adviento, el obispo de San Isidro, Mons. Oscar Ojea, recordó que este domingo, es “llamado de la alegría por la cercanía de la venida del Señor”. En su reflexión destacó que “nos encontramos con uno de los textos más maravillosos, expresivos del amor de Dios en el Antiguo Testamento, el texto del profeta Sofonías”, citando el texto: “Dios exulta de alegría a causa de ti”, incidiendo en que se refiere al pueblo: “Dios exulta de alegría a causa de ti y te renueva en su amor”.

Amor de Madre

El Señor se pone alegre por nosotros

Ojea se sorprende ante el hecho de “pensar que el Señor puede ponerse alegre por nosotros. Que nosotros le damos alegría como una Madre que puede estar largamente con su hijo. Puede mirarlo, puede admirarlo, puede sonreírle, puede compartir tiempo, somos la alegría de Dios”. En esa perspectiva recordó la encíclica del Sagrado Corazón de Jesús: “Nos Amó, en la que “el Papa nos habla de estas tres dimensiones del amor del corazón de Jesús”. Para el obispo de San Isidro, “esta última dimensión, que es la dimensión emocional del amor humano del Señor, es muy rica para pensar cómo el Señor se puede alegrar de mí”. Ante ello cuestionó: “¿Qué le alegra de mí al Señor?”, afirmando que “el modo de responder es la conversión, y aquí aparece la figura de Bautista”.

Para responder a esta alegría, para vivirla en plenitud, ¿Qué debemos hacer?”, dijo Ojea, señalando que “es la pregunta que le hacen estos tres grupos de personas que se acercan a Juan Bautista, que bautizaba con agua y preparaba el bautismo en el Espíritu Santo”. Para el obispo, “estos tres tipos de personas son un modo que tiene el Evangelio de señalar que nadie estaba excluido de la preparación al Reino de Dios. Todos tenían que estar dentro en este llamado a través de Juan Bautista”. Estos tres grupos son la multitud, los publicanos y los soldados.

“Estas tres categorías de personas le preguntan a Juan Bautista: ‘¿Qué debemos hacer? ¿Qué cosas concretas debemos hacer para convertirnos?’. Y, el profeta con un sentido estricto de la realidad les dice: ‘La justicia, el respeto y la verdad’”, recordó. “La justicia, a la multitud, compartir el pan con tu hermano”, afirmó Ojea, recordando que “los bienes primarios son comunes”, subrayando la necesidad de “aprender a compartir”. Para el obispo, “Él en el Evangelio también va a ver cómo multiplicar el pan y cómo entregarse en el pan a través de la Eucaristía. Aprender a compartir el pan si quieres convertirte, este mandamiento de la caridad, que es fruto de esta fraternidad en la cual el Señor nos ha creado y para la cual nos ha creado”.

Convertirnos a la justicia, el respeto y la verdad

Refiriéndose a los publicanos, recordó que “a ellos les pide respeto a la gente, que no les roben, que sean honestos. Les pide honestidad, que cumplan bien con su tarea, pero que no se aprovechen, que no roben”. Finalmente, señaló que a los soldados les pide “que vivan la verdad, que no aprovechen en beneficio propio la violencia, que se conformen con lo suyo”.

El obispo de San Isidro pidió “que el Señor nos enseñe a convertirnos en estas cosas concretas que preparan el corazón y lo convierten al Señor, lo convierten al Evangelio, para poder vivir esta alegría profunda, honda, de experimentar que somos la alegría de Dios y que Él nos renueve en su amor”.

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