Bolivia es uno de los países donde los pueblos originarios tienen una mayor presencia. La actual situación por la que pasa el país, que se viene arrastrando en las últimas semanas, ha provocado que la violencia se instale en la sociedad boliviana, provocando reacciones en diferentes organismos internacionales.

Entre esos pronunciamientos está el de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), donde “expresa su total e irrestricto apoyo y solidaridad con la lucha de los pueblos originarios de Bolivia”, criticando “la agresión de megaproyectos y del capitalismo, en sus territorios y áreas protegidas”, lo que se ha concretado en diferentes formas en los últimos años, algunas de ellas relatadas en el documento. La COICA ha participado activamente en el proceso del Sínodo para la Amazonía, tanto en la escucha como en la asamblea sinodal, donde estuvo presente su coordainador general, Gregorio Díaz Mirabal, uno de los firmantes del pronunciamiento.

Desde la organización indígena, teniendo como base “proteger la vida de los defensores indígenas amazónicos”, propone como alternativa a la actual situación, “que se ofrezcan los espacios y mecanismos de diálogo serio y constructivo, que se depongan intereses protervos, y se vele por el bienestar de la sociedad boliviana en su conjunto”.

Todo ello, en opinión de la COICA, debe desembocar en “un diálogo sincero y honesto con el gobierno, sin injerencias, para lograr una solución pacífica, democrática, en base a la libre decisión popular, que garantice la observancia de la norma constitucional y el espíritu de la democracia”. En esa busca de “soluciones respetuosas, coherentes y duraderas”, se ofrecen como mediadores, teniendo en cuenta que “¡La violencia tiene que parar, y la voluntad del pueblo tiene que ser respetada!”