Uno de los grandes peligros en la sociedad actual, también en la Iglesia, es que las cosas se olvidan demasiado rápido. Vivimos desde lo efímero y nos cuesta que la realidad penetre y se perpetué. No cabe duda que el Sínodo para la Amazonía ha sido un proceso que ha marcado la vida de la Iglesia durante dos años, especialmente durante la asamblea sinodal, que fue foco mediático, inclusive para los grandes vehículos de información a nivel mundial.

El documento final de la asamblea sinodal insiste en la necesidad de crear organismos que ayuden a llevar a la práctica todo lo vivido y discutido a lo largo del proceso, un trabajo en el que se debe involucrar la Iglesia que vive en la Amazonía. La Red Eclesial Pan-Amazónica – REPAM, ha tenido un papel destacado en todo el proceso sinodal y quiere continuar siendo elemento dinamizador en el postsínodo. Para ello, su comité ejecutivo está reunido en Brasilia, de 12 a 14 de diciembre, para comenzar a implementar aquello que el Papa Francisco va a expresar en la exhortación postsinodal, que debe ser publicada en las próximas semanas.

En el encuentro están presentes representantes de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Guyana Francesa, Perú y Venezuela, así como del CELAM, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, la CLAR, el SELACC, representantes de Redes internacionales, y la Comisión para la Amazonía de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil – CNBB. Todas estas instituciones han sido partícipes del proceso sinodal y quieren continuar en un futuro que puede ser decisivo para la Iglesia de la región amazónica, y probablemente de todo el mundo.

La REPAM pretende reflexionar sobre su manera de estar dentro de la misión eclesial en la región, definiendo las estrategias, procesos y metodologías que van a permitir llevar de vuelta a los territorios de la Panamazonía los frutos del Sínodo, todo ello desde un análisis de la realidad social, política, cultural, ecológica, espiritual, económica. Al mismo tiempo, la reunión quiere reflexionar sobre el papel de las instancias fundadoras de la red, repensando su relación con el CELAM, algo que está presente en el documento final del Sínodo.

Todo ello es fruto de algunas preguntas que surgen desde la propia REPAM en referencia a las implicaciones del Sínodo, la devolución de todo lo vivido, que no podemos olvidar que fue fruto del proceso de escucha a las comunidades, la falta de sentido que se percibe en muchos lugares de la Panamazonía, consecuencia de los gravísimos signos de muerte presentes, lo que debe hacer crecer una profecía que impulse las conversiones que pide el Sínodo.

El encuentro ha estado precedido de un trabajo de los diferentes ejes (pueblos indígenas y comunidades tradicionales, justicia socio ambiental y buen vivir, derechos humanos e incidencia internacional, métodos pastorales de formación en perspectiva itinerante panamazónica, Iglesias de frontera, comunicación para la transformación, mapeo e investigación, y redes internacionales), y de las REPAM Nacionales, que se ha llevado a cabo los días 10 y 11, en el que se ha intercambiado lo vivido en los últimos años en cada uno de estos ejes y se han buscado pistas de actuación en el territorio de cara al futuro.

Junto con ello, las REPAM Nacionales han examinado el camino recorrido y reflexionado sobre los mínimos elementos que permiten continuar con el proceso de red desde cada país, insistiendo nuevamente en un mayor vínculo con el territorio y articulación a diversos niveles.