Seminario Fratelli tutti organizado por la CAL y el CELAM Trabajo, educación y política, reflexiones desde Fratelli tutti en busca del diálogo social por la paz
Un diálogo social que pueda encontrar luces y construir puentes, para lo que es necesario una confianza entre los diferentes actores
Lógica de la mercantilización del conocimiento, hasta el punto de que la enseñanza superior puede ser considerada como un negocio
Fratelli tutti anima a pensar desde otra lógica, a nuevos enfoques, a llevar las periferias al centro, a ver que los últimos son los primeros
Fratelli tutti anima a pensar desde otra lógica, a nuevos enfoques, a llevar las periferias al centro, a ver que los últimos son los primeros
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Construir un diálogo social a todos los niveles y cómo edificar esa dinámica es uno de los propósitos del Seminario Fratelli tutti que en el ámbito de los 10 años del primer Papa latinoamericano reúne en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) a una treintena de pensadores de diversos ámbitos sociales y religiosos.
Progresar en el diálogo social desde el mundo del trabajo
En espacios de diálogo sobre diferentes temas ha ido avanzado lo que puede conducir a progresar en ese diálogo social, a hacerlo desde el mundo del trabajo, con sus sueños y necesidades. Algo que llevan a cabo los movimientos populares, que cobraron mayor importancia con el Papa Francisco y han avanzado en el trabajo conjunto con la Iglesia católica, como hizo ver Fernanda Miño.
Un diálogo social que pueda encontrar luces y construir puentes, para lo que es necesario una confianza entre los diferentes actores, señalaba desde el mundo de los sindicatos y gremios Juan Manuel Martínez Chas, que abogaba por objetivos pequeños, plausibles, en vista de un diálogo que llegue a acuerdos. Se trata de luchar contra las causas estructurales, decía Nancy Cardoso, recordando lo que aparece en Fratelli tutti, que reflexionaba sobre la necesaria ruptura estructural con el sistema periférico capitalista y sobre la función social de la propiedad.
En relación con el impacto de la tecnología en el trabajo, Patricia Legarreta señalaba la existencia de empresas de tecnología que controlan los diferentes aspectos sociales. Un diálogo social que no hace posible seguir en caminos unilaterales, que ve la necesidad de que todas las disciplinas construyan juntas, afirmaba Susana Nuín, en un mundo que insiste en agotar la Creación a través de un agronegocio que saquea la tierra, el agua y a la humanidad.
Revalorizar el trabajo y los trabajadores
A ello respondían desde las redes eclesiales, abogando por un diálogo social que tiene que desembocar en una acción ahora, insistía el Cardenal Barreto desde la CEAMA, destacando la actual resiliencia en un tiempo dominado por la tecnología. Una realidad que desafía a revalorizar el trabajo y los trabajadores, el salario mínimo, a promover diálogo que hoy no existen entre empresarios y trabajadores, señalaba el Cardenal Ramazzini en nombre de la REMAM. Una revalorización que también debe llegar a la dignidad humana, en una humanidad desafiada a caminar con los pobres, decía Miguel Cruz desde la REGCHAG.
Desde las tradiciones religiosas, el representante del judaísmo llamaba a buscar modelos alternativos, incidiendo en la importancia de la educación y de compartir el conocimiento. La tradición musulmana hacía ver enseñanzas prácticas de su religión en el campo de la propiedad y de la educación.
Ecología, educación y cultura
Ecología, educación y cultura ha sido tema de reflexión del Seminario, abordando lo que se vive en el mundo universitario, en el que según Federico Montero se ha instalado la lógica de la mercantilización del conocimiento, hasta el punto de que la enseñanza superior puede ser considerada como un negocio, abogando por la ecología integral como parámetro de los planes de estudio en las universidades. Universidades que son públicas y privadas, que, en el caso de las primeras, en palabras de Franklin Ramírez, insistía en la importancia de hacer parte de las luchas ambientales.
En relación con las universidades pontificias, Boris Ulloa, desde su experiencia como decano de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo mostraba la presencia de elementos de la Veritatis Gaudium en todos los cursos: diálogo sin reservas, interdisciplinariedad y construir redes. Hablando del discernimiento moral social, Rolando Zacharias recordó la sinodalidad como lo que lleva a la Iglesia a asumir la escucha recíproca, de la realidad, de las personas y del Espíritu Santo en busca del discernimiento. En ese sentido, destacó la necesidad de la indignación como premisa de la profecía y de la transformación social, y también la importancia de lo que denominó como hermenéutica peregrina y de formar comunidades samaritanas.
Eso en un mapa religioso que, en América Latina, según Gustavo Morello, más del 90 por ciento de la población profesa algún credo, algo que continúa igual que hace 100 años, que ven la religión más como un recorrido que un destino, una religión más creativa, autorreferencial, sin una preocupación por el otro, por el diferente.
Discernimiento camino de futuro de la humanidad
El cardenal Barreto hablaba de promover el diálogo desde la juventud, la interculturalidad ante el desprecio de las culturas indígenas, reconocer el rol de la mujer en la Iglesia, ponerse en el lugar del otro a partir del diálogo que lleva a salir de sí mismo, entender el discernimiento como camino para encontrar el futuro de la humanidad. Ya el cardenal Ramazzini destacaba la mejora de vida como única motivación de los universitarios, llevándole a preguntarse sobre el por qué y el para quién de las universidades, especialmente las católicas, llamadas a conectarse con los movimientos y luchas sociales, a seguir las enseñanzas del Papa, cuestionando el impacto social de aquellos que se han formado en las universidades católicas y su sentido de la solidaridad, así como poder profundizar en la espiritualidad y humanismo entre los alumnos. En este campo de la educación Miguel Cruz reflexionaba sobre la necesidad de una educación desde el territorio y la cultura local, desde los saberes ancestrales, especialmente en las comunidades indígenas y campesinas.
El rabino Ariel Stofenmacher llamó a trabajar juntos y a revisar los programas educativos universitarios, comentando el programa agentes de cambio, apoyado por el Papa Francisco, que lleve a aprender desde la base y desde valores que lleven a los alumnos a ser agentes de cambio. Isaac García, desde la perspectiva islámica, resaltó la pérdida de influencia positiva de las instituciones religiosas, lo que condiciona el que se siga o no a las diferentes religiones. El pastor Castaño destacó la importancia de la pedagogía ecológica, de que las instituciones educativas asuman la eco teología en su currículo, que sean más propositivas y que se enseñe a ver la naturaleza, que gime, no como objeto, sino como sujeto. También la necesidad de una universidad que eduque en valores, pues es en la universidad cuando más se abandona las confesiones religiosas.
La mejor política
La mejor política es uno de los elementos más destacados en Fratelli tutti, algo sobre lo que se reflexionó en el Seminario Fratelli tutti desde diferentes perspectivas. En relación con la comunidad organizada y política, Gerardo Caetano hablaba de una nueva lógica de comunidad política, algo que se da en sociedades marcadas por la desconfianza ante las instituciones e interpersonal, llamando a combinar democracia representativa y participativa, así como otros elementos. Hablando de economía y política, Elio Gasda mostró la economía de explotación de los recursos naturales en América Latina, economías que se basan en la necropolítica, haciendo ver cómo Fratelli tutti anima a pensar desde otra lógica, a nuevos enfoques, a llevar las periferias al centro, a ver que los últimos son los primeros, insistiendo en que no habrá democracia política si no hay democracia económica.
Sobre liderazgo y política, Francisco Porras llamó a reflexionar sobre la post verdad y su impacto en la democracia, sobre itinerarios políticos transdisciplinarios, buscando incorporar actores locales con conocimientos desde la experiencia. Rosana Manzzini abordó la cuestión de la participación y política, recordando que la última encíclica de Francisco ve la política como necesaria y saludable, y tiene que llevar al compromiso con los últimos, no a buscar satisfacer intereses personales, y que el bien sólo triunfa en el diálogo.
Finalmente, Allan Coelho reflexionó sobre ecología y política, mostrando que sólo el mercado no resuelve los problemas, llamando a forjar nuevas relaciones y ver que sólo hay una crisis, social y ecológica, que tiene como causa la total indiferencia por la vida de los pobres y por el colapso del Planeta. De hecho, los efectos de todas las agresiones ambientales recaen en los más pobres, lo que demanda una necesaria justicia social y ecológica y un programa de transición hacia la justicia social y climática.
Fraternidad como camino
Desde las redes eclesiales, el cardenal Barreto, presidente de la CEAMA, llamó a trabajar una nueva cultura basada en la amistad que favorezca el diálogo, algo asumido por los pueblos originarios. También desafió a las religiones a servir para la construcción de la fraternidad humana, a ser luz de fraternidad, de diálogo que conduzca a la paz. Eso en una sociedad marcada por la desconfianza en la política, como señaló el cardenal Ramazzini, que colocó como ejemplo la traición de los ideales por dinero, la compra de conciencias, la política como medio para enriquecerse, demandando una formación en valores éticos en los líderes políticos. Del mismo modo, desde la REGCHAG, Miguel Cruz mostró que la Fratelli tutti propone la fraternidad como actitud para poder caminar, insistiendo en el papel de las redes eclesiales como sujetos emergentes en el territorio que caminan juntos.
Desde las religiones, el pastor Edgar Castaño relató el cambio que se ha dado en los evangélicos con relación a la política, de verla como algo que contamina a un elemento necesario, llamando a cristianizar la política y que haya gente de fe en los ambientes de gobierno. Por su parte, el representante del judaísmo presentó la ética, la solidaridad, la espiritualidad y la paz, como las cuatro patas de una mesa en la que estamos invitados a sentarnos.
Una reflexión en torno a Fratelli tutti desde el trabajo, la ecología, la educación, la cultura y la política, elementos decisivos para una mesa de diálogo social por la paz. Ese debate interdisciplinar hará posible avanzar, superar desafíos y hacer realidad valores que son asumidos por la tradición cristiana, pero también por aquellos que desde otras religiones y modelos de pensamiento buscan un mundo mejor para todos.