El profesor habla sobre el futuro de la Iglesia tras el Sínodo, en las Jornadas Sacerdotales de la archidiócesis compostelana San José Prisco defiende "una Iglesia sinodal en la que todos contamos; estamos llamados a participar y somos necesarios"

José San José Prisco en Santiago de Compostela
José San José Prisco en Santiago de Compostela

En el marco de las Jornadas Sacerdotales de la archidiócesis de Santiago de Compostela, el profesor decano de la Facultad de Derecho Canónico de la UPSA y perito en la Asamblea Sinodal, impartió una conferencia magistral sobre la importancia del Sínodo y la necesidad de la participación activa de todo el pueblo de Dios en la Iglesia

Hizo una apasionada llamada a la acción y al compromiso. Instó a todos los presentes a leer y analizar en profundidad el documento final del Sínodo, idealmente en grupos, para comprender su riqueza y poner en práctica sus conclusiones

El acto tuvo lugar en el salón de actos del Instituto Teológico Compostelano y contó con la presencia del arzobispo de Santiago, monseñor Francisco Prieto Fernández

(Archicompostela).- En el marco de las Jornadas Sacerdotales que se están llevando a cabo en las tres Vicarías territoriales de la Archidiócesis de Santiago de Compostela, el profesor D. José San José Prisco, decano de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Pontificia de Salamanca y perito en la Asamblea Sinodal sobre la Sinodalidad, impartió esta tarde una conferencia magistral sobre la importancia del Sínodo y la necesidad de la participación activa de todo el pueblo de Dios en la etapa actual de implementación: “El futuro de la Iglesia tras el Sínodo de la Sinodalidad”.

‘Informe RD’ con análisis y el Documento Final del Sínodo

El acto que tuvo lugar en el salón de actos del Instituto Teológico Compostelano, a las 19:00hs, contó con la presencia del arzobispo de Santiago, Mons. Francisco Prieto Fernández.

San José abordó las conclusiones del Sínodo, que finalizó el 26 de octubre de 2024 en el Vaticano después de tres años de intenso trabajo y reflexión que movilizó a todo el Pueblo de Dios en un proceso de escucha y discernimiento. Este experto resaltó cómo este Sínodo marca el inicio de una nueva etapa para la Iglesia. De ahora en adelante, cada comunidad eclesial debe continuar un proceso de consulta y discernimiento para avanzar hacia una Iglesia más unida y participativa.

El profesor Prisco comenzó su disertación con una profunda reflexión sobre la evolución del «Sínodo» desde su instauración por el Papa Pablo VI hasta la actualidad. Describió cómo el Papa Francisco, a través de la Constitución Apostólica «Episcopalis communio», ha transformado el Sínodo, convirtiéndolo en un proceso dinámico de tres fases:

Consulta al pueblo de Dios: En esta fase inicial, se busca escuchar las voces de todos los fieles, recogiendo sus inquietudes, propuestas y experiencias. Prisco analizó las dificultades encontradas en las primeras consultas, particularmente en el Sínodo sobre la Familia. Señaló cómo los cuestionarios, en ocasiones extensos y complejos, junto con la inclusión de preguntas abiertas, dificultaron la participación y el análisis de las respuestas.

Asamblea de obispos: La segunda fase consiste en la reunión de los obispos, quienes dialogan y disciernen a la luz del Evangelio y el Magisterio de la Iglesia. El profesor Prisco describió la dinámica de la Asamblea: En este proceso, los participantes comparten sus reflexiones y escuchan atentamente a los demás, buscando puntos de convergencia y divergencia. Prisco también subrayó la importancia de la inclusión de miembros no obispos, como laicos, religiosos y presbíteros, como un reflejo de la diversidad y riqueza del pueblo de Dios.

Implementación o recepción en las Iglesias locales: «El Sínodo no solo no ha terminado, sino que acaba de empezar», afirmó Prisco. Y añadió: «Las dos fases anteriores nos han involucrado parcialmente, pero ahora estamos involucrados totalmente.»

Abordando los desafíos del mundo actual

El profesor Prisco explicó que para abordar cuestiones complejas con la profundidad que merecen, el Papa Francisco ha creado diez grupos de estudio. Estos grupos, integrados por expertos de diversas disciplinas y procedencias, tienen la misión de analizar temas cruciales para la Iglesia en el siglo XXI:

-Las iglesias orientales: explicó cómo se busca dar respuesta a la situación de las iglesias orientales, que enfrentan desafíos como la pobreza, la persecución y la emigración, poniendo en riesgo su supervivencia.

-La escucha del grito de los pobres: profundizó en la importancia de la opción preferencial por los pobres, no solo como objeto de caridad, sino como sujetos activos en la misión de la Iglesia.

-La misión en el entorno digital: analizó el papel de la Iglesia en el mundo digital, buscando nuevas formas de evangelización en un entorno que, para las nuevas generaciones, es tan real como la vida misma.

-La formación en los seminarios: reflexionó cómo se busca adaptar la formación de los futuros sacerdotes a la realidad de una Iglesia sinodal, incorporando los principios de comunión, participación y corresponsabilidad.

-Las formas ministeriales específicas: exploró la necesidad de desarrollar nuevos ministerios que respondan a las necesidades concretas de las comunidades locales.

-La relación entre obispos y vida consagrada: explicó cómo se busca actualizar el documento Mutuae Relationes, que regula la relación entre obispos y religiosos, fomentando la colaboración y la corresponsabilidad en la misión.

-La figura y el ministerio del obispo: reflexionó sobre la elección de los obispos, buscando una mayor participación del pueblo de Dios en el proceso.

-Los representantes pontificios: analizó el papel de los nuncios y la pertinencia de que sean obispos.

-Cuestiones doctrinales y morales controvertidas: abordó temas sensibles como el celibato, la sexualidad y la familia, desde una perspectiva de diálogo y discernimiento.

-Los cambios ecuménicos: reflexionó sobre la búsqueda de fortalecer el diálogo ecuménico, reconociendo la riqueza de las diferentes confesiones cristianas y trabajando por la unidad de la Iglesia.

El canonista y el espíritu del Sínodo

El profesor Prisco, en su calidad de experto en derecho canónico, forma parte de la Comisión de Canonistas. Esta comisión, creada por el Papa Francisco durante la primera Asamblea Sinodal, tiene el encargo de analizar las posibles modificaciones necesarias en el Código de Derecho Canónico para adaptarlo a una Iglesia más sinodal.

Prisco enfatizó en la necesidad de contar con una mayor participación de mujeres en el ámbito del derecho canónico, lamentando la escasa presencia femenina en esta disciplina.

Una llamada a la acción y al compromiso

El profesor Prisco concluyó su intervención con una apasionada llamada a la acción y al compromiso. Instó a todos los presentes a leer y analizar en profundidad el documento final del Sínodo, idealmente en grupos, para comprender su riqueza y poner en práctica sus conclusiones.

Dirigiéndose a los laicos, los animó a «ser proactivos y no tener miedo«, recordándoles que «somos agentes verdaderos de la misión de la Iglesia«. Les instó a «tomarse en serio su responsabilidad» y a «proponer, adelantar, sugerir», participando activamente en los consejos pastorales, económicos y demás órganos de la Iglesia, recordando que el resultado final no es lo más importante, sino el proceso de diálogo y discernimiento que se lleva a cabo en el camino.

A los pastores, les pidió apertura: «Nadie tiene el monopolio de la razón ni de la verdad». Y recordó que «la sinodalidad consiste en buscar juntos la verdad desde la escritura y la tradición, implicándonos en la decisión de hacia dónde vamos a caminar».

Su mensaje resonó con fuerza en la sala, dejando a todos con la certeza de que el Sínodo no es un evento aislado, sino un camino apasionante que la Iglesia está llamada a recorrer en comunión, buscando la voluntad de Dios para el mundo de hoy.

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