Obispo de Chota analiza realidades, propone caminos Víctor Villegas ante crisis política en Perú: “No caigamos en el pesimismo, trabajemos juntos”

Víctor Villegas ante crisis política y económica en Perú: “No caigamos en el pesimismo, trabajemos juntos”
Víctor Villegas ante crisis política y económica en Perú: “No caigamos en el pesimismo, trabajemos juntos”

"Quizás el mundo nos pone barreras para trabajar, escrúpulos y miedo al qué dirán, pero debemos ser el punto negro en la mesa blanca"

"Mientras la sociedad te dice, cada uno baila con su pañuelo, eres tú y tu empresa, ocúpate de lo tuyo, nosotros te decimos que tenemos la obligación de ayudarnos para salir adelante”

"Veo una Conferencia Episcopal en la que se puede hablar, un ambiente de fraternidad y cercanía. Eso mismo buscamos transmitirlo al clero. Es vivir la horizontalidad que nos pide Francisco"

Los efectos de la minería ilegal, las amenazas constantes contra los líderes ambientales, una economía precaria y la ausencia de compromisos de quienes deciden por la mayoría, son realidades que desafían la actividad Pastoral de la Iglesia peruana. Así lo manifiesta Monseñor Víctor Villegas.

“El pueblo de Dios siente mucho, lo que está sucediendo en la selva, porque la minería legal e ilegal, contamina las fuentes de agua; entonces hay muchos dirigentes que, por defender sus territorios de las transnacionales, se meten en problemas que llegan hasta el martirio. De hecho, ya tenemos 41 personas asesinadas por este motivo, ese un sufrimiento para la Iglesia”.

Luego está la crisis del sector económico que desde la perspectiva del obispo puede mostrar cifras presumiblemente alentadoras respecto a temas como el crecimiento del PIB, pero los datos no son coherentes con la experiencia de la gente en las ciudades y el campo. “Si vas a los lugares más apartados y pobres del país, verás que es una situación complicada porque no hay lo suficiente para cubrir las necesidades básicas”, afirma.

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Promesas rotas

Durante los últimos 8 años, la inestabilidad política en Perú se ha hecho evidente con el paso de 6 presidentes, esto ha terminado por desalentar la inversión privada y bloquear proyectos internacionales que en su momento se pensaron como una oportunidad para el desarrollo de la población.

En septiembre de 2024, la Compañía Peruana de Estudios de Mercadeo y Opinión (CPI) reveló que el 44% de los ciudadanos afronta problemas de salud. Entre los desafíos está la escasez de médicos y medicamentos para tratar ciertas patologías. Así, el 85% de la población peruana desaprueba la gestión pública de la salud, porque sus necesidades están insatisfechas. “El sector salud es uno de los peor tratados en el país. Por más millones que inviertan las autoridades, no se ven los resultados, porque si vas a sacar una cita, te la dan para cuatro meses después. No hay servicios de radiología como las radiografías o tomografías y si tienes una emergencia, no hay camas, ahí es donde se manifiesta la crisis”, agrega el prelado.

Para Monseñor Villegas “el pueblo de Dios sufre porque no siente el compromiso de unos y otros. Vemos que las autoridades no se preocupan por las cuestiones sociales del país, incluso esa indiferencia se siente dentro de la iglesia”, lo que le lleva a hacer una autocrítica. “Habría que preguntarles a algunos sacerdotes… ¿Cuántas veces también nosotros no somos solidarios con los sufrimientos del pueblo de Dios? Te has hecho sacerdote para servir y no para servirte, para que estés con el pueblo de Dios y camines con ese pueblo encomendado. Es la cuestión del clericalismo… a Dios gracias se está trabajando en ello, pero todavía hay raíces metidas que deben superarse, porque ese es otro de los dolores del pueblo peruano”.

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Vencer barreras

En la Conferencia Episcopal Mons. Víctor Villegas es el secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS) el organismo creado en 1965 en el marco del Concilio Vaticano II. Su misión orientada a la defensa y la promoción de los derechos humanos desde el evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, le dan argumentos para opinar sobre la realidad del país y el camino del episcopado, que durante los últimos años ha vivido un proceso de renovación y reestructuración.

“Hay mucha expectativa, yo al menos estoy muy contento en ese aspecto. Veo una Conferencia Episcopal en la que se puede hablar, se pueden poner los temas en conjunto, es un ambiente de fraternidad y cercanía… Eso mismo buscamos transmitirlo al nivel del clero. Vivir esa horizontalidad que nos pide Francisco, con el pueblo de Dios, la jerarquía y entre nosotros mismos. Creo que vamos dando pasos, vamos caminando”. Pese a los dolores de la realidad y la Iglesia peruana, el prelado invita a sostener la esperanza. “No caigamos en el pesimismo” advierte.

Hay un renacer a nivel de la conferencia episcopal, del clero y los seminaristas. Ciertamente vemos el lado negativo, pero también el positivo. Vemos el auge de gente comprometida y motivada a salir adelante. En las zonas deprimidas, se organizan con creatividad al lado de sus pastores y párrocos, lideran iniciativas como los comedores populares y las familias se agrupan para compartir. Vemos un trabajo de la Comisión Episcopal, comprometido con la cuestión de la defensa del medio ambiente y jóvenes dispuestos a cuidar la naturaleza.

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Un solo corazón

Tenemos que caminar con la mirada puesta delante porque hay líderes que están surgiendo y las áreas se están articulando”. Villegas confía en el futuro pese a los dolores, esperanza que se fortalece con el carisma agustiniano por el que optó y en el que vive. “Debemos vencer esas barreras que el mundo nos pone. Trabajemos juntos. Para las cosas de Dios hay que ser sinvergüenzas y tercos, por ahí va el asunto.  Mientras la sociedad te dice, cada uno baila con su pañuelo, eres tú y tu empresa, ocúpate de lo tuyo, no te cargues con otros problemas, nosotros decimos, tenemos la obligación de ayudarnos para salir adelante”.

En sus palabras ese es el aporte a la sinodalidad que puede hacer como hijo de San Agustín. “Debemos ser una sola alma y un solo corazón siempre dirigidos hacia Dios. Entonces, caminemos juntos, vamos a darnos la mano, vamos a dar nuestras ideas para salir adelante. Quizás el mundo nos pone barreras para trabajar, escrúpulos y miedo al qué dirán, pero debemos ser el punto negro en la mesa blanca. Quizás se van a reír de nosotros, pero esa es nuestra tarea como cristianos. Así vamos a lograr las cosas. Y ese es nuestro aporte a la sociedad”.

Reflexiones que el obispo del Vicariato de Chota compartió durante el Encuentro Regional de los países bolivarianos organizado por el Celam y que considera es un signo de esperanza. “Somos delegaciones de diferentes países que dialogan, entusiasmados en que estos pensamientos no se queden solamente en el papel, sino que podamos logar cosas en común para aportar al cambio que nos pide el Papa”.

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