Celebrar la vida

Vida
Y es que hemos de reconocer que, en muchas ocasiones, nos aferramos a todo aquello que no hace crecer, a lo negativo, nos quejamos de lo que nos toca vivir, de alguna persona que nos ha dicho o “hecho” algo, de… ¡tantas cosas!, que no estamos dejando espacio para lo que sí ayuda a nuestra vida, para lo que nos hace más fuertes y más persona, para la alegría del compartir e intercambiar experiencias, para, en definitiva, lo bueno, lo agradable, lo positivo y lo alegre que hace que la vida sea bonita.

Fijarnos sólo en lo que “hace daño”, realmente provoca eso mismo, daño. Ciertamente, no somos ingenuos, ni vivimos en un mundo paralelo… sabemos que la vida tiene claroscuros que a veces no nos dejan avanzar, pero también sabemos y necesitamos ser felices, encontrar sentido a la vida… y no vendrá con una actitud de desprecio, sino que aparecerá en nuestras vidas por la búsqueda personal que hagamos de ello, por la ilusión que pongamos en las cosas, por el cariño, la escucha y la compresión que tengamos en los demás. La única manera de encontrar esta alegría es ser conscientes de que podemos celebrar cada momento bonito, cada gesto, cada caricia; la oportunidad la tenemos siempre entre nuestras manos, y diría que la tenemos en toda nuestra vida.

Por eso, vivamos para encontrar estos momentos que construyen, que lo menos deseado sirva para enfocar nuestra vida de una manera distinta, que no nos paralice. Celebremos la vida, celebremos todo lo bueno que tiene la vida y todo lo maravilloso que tenemos cada uno de nosotros. Pasemos por la vida de los otros siendo aliento y alegría, merece la pena “cansarse” viendo y haciendo felices a los demás. Texto: Hna. Conchi García.
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