Evangelización... Dar fruto

Dar fruto
Dar fruto

El Espíritu nos infunde valentía para anunciar y para cambiar la manera de ver las cosas. A veces nos encerramos en nuestras propias ideas y no vemos que quizás somos nosotros mismos lo que no dejamos que el cambio se dé…; abrir la vida, no sólo la mente sino también el corazón nos hace dar un giro a las cosas de la vida que hace que esta vida se ilumine.

El evangelio del Bautismo, que celebramos esta semana, nos presenta a un Jesús habitado y amado por Dios, y es por eso que el Espíritu llega a Él con fuerza. Jesús, después de esta señal se siente con fuerza para salir a anunciar el mensaje de Dios.

De alguna manera se inicia una nueva etapa en la vida de Jesús, una etapa de evangelización, que es a lo que estaba llamado. El Espíritu nos infunde valentía para anunciar y para cambiar la manera de ver las cosas. A veces nos encerramos en nuestras propias ideas y no vemos que quizás somos nosotros mismos lo que no dejamos que el cambio se dé…; abrir la vida, no sólo la mente sino también el corazón nos hace dar un giro a las cosas de la vida que hace que esta vida se ilumine.

Un giro importante es el que dio Jesús, cuando Juan le dice que es él quien tiene que ser bautizado por Jesús y éste le contesta “Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia”. (Mt 3, 13) Él es el enviado, pero sin lugar a duda necesita de los otros, del amor, de la comprensión y de la compañía de los demás.

La conversión o cambio que Dios pide no es simplemente hacer penitencia, si no que es necesario dar el fruto que pide la conversión, es decir, una vida nueva. Dios espera esto de nosotros, que nuestra vida no sea una teoría, si no que ha de dar fruto y fruto abundante.

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