Junto al mar…

Mar
Esta tarde he disfrutado de un paseo junto al mar, un tiempo gratuito que oxigena el alma, dándote aliento y haciéndote perder la mirada en la belleza del mar. Un paseo en buena compañía, donde no hay prisas, y es ahí donde surge un compartir sencillo pero desde el corazón, que nos hace avanzar en los pasos y donde hay un deseo profundo ahora de dejar atrás las dificultades, los interrogantes, también los miedos... ahora hay necesidad de respirar, de acoger la inmensidad de ese mar que tenemos ante nuestros ojos y que en esas olas que ahora sacuden, se lleve todo aquello que ahora duele, dejándonos una mar serena en nuestro corazón capaz de afrontar el hoy con valentía, fuerza y esperanza.

Al final del paseo vemos como el mar va serenándose, cae la noche y la paz va alcanzando el corazón. Volvemos al punto de partida de otra manera, en el recorrido se ha ido soltando aquello que ahora pesa y que compartido junto a otros, la carga se hace más ligera. Gracias Señor por este tiempo de calma que ayuda a respirar, por hacerte presente, por regalarnos la belleza del mar donde nos envuelves con tu Amor infinito, nos abrazas con ternura y haces brillar los rostros con tu paz.

“Alabar
Si te has parado a contemplar el cielo,
un bosque, un arroyo,
que te han impresionado por algo
que has llamado «belleza»,
si has sentido de pronto ganas de cantar,
o de correr un buen trecho,
por algo que has llamado «alegría»,
si te has preguntado asombrado
cómo alguien cercano a ti
te puede querer
precisamente a ti...
¡puedes entender lo que significa alabar!” (Carlo Maria Martini)


Texto: Hna. Ana Isabel Pérez.
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