"Nuestro sistema exhibe: una mentira estructurada, una democracia enferma y un cristianismo corrompido" De cara al 23-J: Saber quién nos va a gobernar
No nos gobernarán Feijóo, Sánchez, Díaz o Abascal sino otros nombres... Quien nos gobernará tras el 23J son otros nombres como estos: A. Ortega, del Pino, J. Roig, Escotet, D. Maté, Abelló, Fluxá, Alicia Koplowitz… El próximo presidente del gobierno será en realidad “un mandao” que hará lo que le dejen esos señores
Cuidado pues hermanos porque vuestra responsabilidad es muy grande: podréis llamaros católicos pero no cristianos, por ese total desconocimiento de Jesús. Y una religiosidad desvinculada de Jesús tiene el gran peligro de convertirse en fariseísmo
Tener el gobierno no es lo mismo que tener el poder
Nuestro sistema exhibe: una mentira estructurada, una democracia enferma y un cristianismo corrompido
Tener el gobierno no es lo mismo que tener el poder
Nuestro sistema exhibe: una mentira estructurada, una democracia enferma y un cristianismo corrompido
Votar es un deber y no votar es una cómoda estupidez que favorece siempre a los malos. Pero ir a votar implica elegir quién nos va a gobernar y aquí es donde podemos equivocarnos pensando si nos gobernará Feijóo o Sánchez, o Díaz, o Abascal, o… Pues no tanto.
Quien nos gobernará tras el 23J son otros nombres como estos: A. Ortega, del Pino, J. Roig, Escotet, D. Maté, Abelló, Fluxá, Alicia Koplowitz… El próximo presidente del gobierno será en realidad “un mandao” que hará lo que le dejen esos señores. Lula da Silva ya lo dijo una vez: “Yo tengo el gobierno, pero no tengo el poder”. Y quien de veras gobierna es aquel que tiene el poder. Aunque disimule.
¿Quiénes son esos otros señores? Las diez fortunas mayores de España. Ya sabemos: la primera don Amancio Ortega con unos 77.000 millones de dólares en neto, al que sigue su hija Sandra en torno a 5000 millones. Todas las demás son fortunas que pasan de los mil millones. Y hemos de hablar siempre de “unos” o “entorno a”: porque son datos tomados de internet o de Forbes que hablan así, y porque estas fortunas pueden oscilar mucho. Ahí está el caso de Ana Botín que ha ido bajando desde los primeros a los últimos puestos, con pérdidas de cientos de millones; tanto que un amigo me preguntó: “esta mujer ¿es tonta o es que es honrada?”. ¡Dificilísima pregunta!
Esta primera lista se alarga con otra serie de nombres que nos llevará a balances como estos:
- Los Presupuestos generales para 2023 prevén unos ingresos en torno a los 400.000 millones de euros. Los cien españoles más ricos (de entre los 40 millones largos de ciudadanos que pueblan este país) poseen una fortuna cercana a los 150.000 millones (más de la tercera parte esos ingresos previstos). Ellos solitos.
- El 10% más rico concentra casi el 60 %; y el 1% en torno a la cuarta parte del patrimonio privado (El País, 7 dic. 21. Hoy, ya será un poco más).
- Se calcula que todos esos señores tienen más de 100.000 millones en paraísos fiscales
- Las fuentes de esas fortunas no están prácticamente nada en industria o creación de riqueza. Casi todo en comercio, banca, especulación inmobiliaria…
Y la conclusión tampoco debe extrañar mucho: España es uno de los países más desiguales de Europa y donde más crece la riqueza privada en proporción al PIB. Lo cual no dice demasiado sobre cómo son los demás; pero sí dice mucho sobre cómo somos nosotros. Y además, eso es muy difícil de arreglar pues obedece a un mal estructural de nuestro sistema: como ya denunció T. Piketty hace unos quince años, en El Capital contra el s. XXI, el capital tiende a un incremento mayor que el de la riqueza del país (la famosa fórmula r>g). Con ello, poco a poco esos señores se van haciendo tácitamente con todo el país: una forma nueva de colonialismo.
Pero las elecciones pasarán: nos moveremos después lo mejor que sepamos y hasta la próxima. El objetivo de lo antes dicho no es condenar a personas a las que solo Dios puede juzgar: como ciudadanos solo podemos denunciar diversas conductas y posturas, porque se trata de personas públicas (aunque traten de esconderse) y esa crítica es intrínseca a la democracia. Piketty llega a hablar del “grado de mala fe al que han llegado las élites económicas y financieras para defender sus intereses y, en ocasiones, también los economistas” (p.572). Pero lo importante no son las personas sino la cantidad de estructuras, argumentos y hábitos que configuran nuestra sociedad y nos hacen vivir en la mentira, mucho más de lo que creemos. Esas conclusiones nos ayudarán a conocernos mejor. Intentaré sugerirlas declarando que, para mí, la más importante es la última.
Mentira estructurada
Hacia el 2010 apareció la película-reportaje Inside Job, de Ch, Fergussonque hoy sería muy útil volver a ver porque ya no se trata de disputas concretas sobre la crisis del 2008 y las conductas de Lehman Brothers o Goldman Sachs… Todo aquello pasó. Pero puso de relieve estructuras y conductas habituales en nuestra sociedad que nos hacen vivir en la mentira sin saberlo. Cito un solo ejemplo de ello en esa película:
“La industria financiera ejerce una influencia sutil que pocos estadounidenses conocen: ha corrompido el estudio de la economía en sí… Muchos académicos ganan fortunas calladamente mientras ayudan a los financieros a formar política gubernamental… El grupo financiero XXX maneja una industria que suministra expertos a sueldo… NB. Los presidentes de las universidades de Harvard y Columbia se negaron a comentar sobre conflictos de intereses académicos y a ser entrevistados para esta película”.
(NB. El texto casi íntegro de esta película se encuentra como apéndice en el libro El amor en tiempos de cólera… económica, ed. Khaf 201. Las citas aducidas están en las páginas 270-76).
Esos son los que en tiempo de nuestra transición llamábamos “poderes fácticos”: Entonces se decía que eran “la Iglesia y el ejército”; ahora, por lo visto ni siquiera conocemos su existencia. Pero es fácil comprender cuán fácil resulta que uno de esos poderes fácticos sugiera a un político decir, por ejemplo, que si gana las elecciones bajará impuestos a los ricos “para que así puedan invertir creando puestos de trabajo”. El argumento resulta perfecto porque hasta da un tono de justicia social a lo que es una enorme injusticia. Por lo demás, todo el mundo sabe que si al rico le bajan los impuestos no buscará crear puestos de trabajo con ese dinero sino especular para ganar más. Pero eso pasa desapercibido porque no estamos ante una mentira personal, sino ante una mentira estructural. Piketty no obstante, escribe que “el nivel óptimo de la tasa impositiva más alta en los países desarrollados, sería superior al 80%” (p. 570)…
Democracia enferma
Piketty (p. 564) aduce además esta cita de Bertrand Russell, cuyo valor viene de que fue uno de los primeros críticos de la Europa del Este y al que nadie podrá entonces acusar de “comunista”:“las democracias políticas que no democratizan su sistema económico son intrínsecamente inestables”. Una presunta democracia política en una dictadura económica, es una democracia intrínsecamente enferma. Y si parece fuerte lo de “dictadura”, recordemos que Hayek lo corroboró sin querer, hablando de la necesidad del “sometimiento total y absoluto a las exigencias de la disciplina del mercado”.
¿No puede ser eso una razón seria de esos cambios absurdos que en cosa de una década pasan de gritos izquierdosos (Cinco estrellas, Podemos…) a alaridos de ultraderecha que nadie sabe cómo explicarse? En una democracia enferma la gente no vota eligiendo: se vota, por así decir “con fiebre”: renegando o tratando de castigar, un poco a la desesperada. Y así estamos
Cristianismo corrompido
Muchas de estas personas que he llamado “poderes fácticos” se profesan religiosas y “católicas” e, inconscientemente quizás, apelan a su religiosidad como argumento en favor de sus posiciones. Hay que decirles fraternalmente que su religiosidad tiene muy poco de cristiana. Apelan a las posturas de otros sobre el aborto, eutanasia o algunos temas sexuales, como argumento en favor propio. Debo decir que, aunque no comparto sin más las posturas de esos otros sobre dichos temas, sin embargo, la doctrina de estos poderes fácticos sobre la propiedad o la justicia social, dista del evangelio mucho más de lo que pueda distar la doctrina de los otros sobre el aborto. Y resulta incomprensible que no vean esto.
En los evangelios (que ellos quizá no han leído) encontrarán pocas referencias al aborto o a determinados problemas sexuales aunque Jesús nunca es partidario de soluciones facilonas. Pero encontramos infinidad de frases como estas: “ay de los ricos”; “no se puede servir a Dios y a Dinero”; “es imposible que un rico se salve”; “pon todo el dinero que tienes al servicio de los pobres”…, porque si no cumplimos esas normas, se produce una falsificación del Dios cristiano que ya criticaron Pablo e Isaías: “por culpa vuestra es denigrado el nombre de Dios entre las gentes”.
Cuidado pues hermanos porque vuestra responsabilidad es muy grande: podréis llamaros católicos pero no cristianos, por ese total desconocimiento de Jesús. Y una religiosidad desvinculada de Jesús tiene el gran peligro de convertirse en fariseísmo.
Si queréis una prueba, la tenemos a mano en el pasaje que ofrece la liturgia católica para la eucaristía de hoy (18 julio)[1]: Corozaín, Betsaida, Tiro y Sidón… son lugares y nombres que no significan absolutamente nada para nosotros; por eso las palabras de Jesús no nos molestan hoy nada.Pero fueron entonces enormemente provocativas. Si Jesús viviera hoy diría más o menos algo así: “ay de ti: España (nacionalcatólica), “ay de ti Francia (hija predilecta de la Iglesia): porque si en Moscú o en Pekín se hubieran visto los signos que ha habido entre vosotras, hace siglos que se habrían convertido. Y tú, Roma, ¿te crees que subirás directamente a los cielos? Pues a lo mejor en Albania subirán antes que tú”...
Si hoy oyéramos esto a Jesús es evidente que en poco tiempo lo crucificábamos. Como entonces. Pero es que el ser cristiano no es una especie de salvoconducto para sentirse superior a los otros y proteger las propias posturas económicas. Ser cristiano es sentirse más privilegiado y por ello más responsable: sentirse quizá más pecador (aunque también más acogido) y, por eso, también más obligado.
Luego de esto, votemos lo que queramos, pero sepamos lo que debemos saber.
[1] “¡Ay de ti, Corozain, ay de ti Bet Saida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubiesen hecho los signos vistos aquí, hace tiempo que se habrían cubierto de saco y ceniza en señal de penitencia y habrían cambiado de vida. Pero os aseguro que en el día del juicio, la suerte de Tiro y Sidón será más soportable que la vuestra. Y tú, Cafarnaúm ¿crees que te elevaras hasta el cielo? Te hundirás; porque si los signos que has visto tú, se hubiesen visto en Sodoma, todavía estaría viva hoy. Por eso te aseguro que, el día del juicio, la suerte de Sodoma será más soportable que la tuya” (Mt 11, 21-24)
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