Los sofismas del PP

Cuentan que en la antigua Atenas pululaban los sofistas, dándoselas de filósofos. Tal como cuenta Platón, parece que el pensamiento de Sócrates se forjó desnudando y rehaciendo los falsos argumentos de aquellos presuntos sabios. Hoy los sofistas se han mudado de la filosofía a la política, entre otras razones porque ésta es más lucrativa. Muchos han ido a anidar en el PP. Aquí van algunos ejemplos.

1.- Hemos ganado las elecciones. Falso. Ganar no es ser la minoría más grande (que sigue siendo una minoría), sino conseguir que te invista una mayoría absoluta. Ello implica capacidad de diálogo: si un partido no sabe dialogar y solo sabe comprar votos, no gana las elecciones aunque sea el más votado. Ciudadanos fue el partido más votado en los pasados comicios catalanes y no le ha servido de nada. Y es que el voto de cada persona, además de la preferencia por un partido sobre los demás, puede expresar también la negativa a otro partido, y así el más votado puede ser también el más vetado. Eso se aclara en otros países con las segundas vueltas que, a veces, no las gana el que tuvo más votos en la primera.

2.- Falta de legitimidad democrática.- Falso. Según el PP, tanto el gobierno de Zapatero como el actual de Sánchez carecen de legitimidad democrática. Eso lo dice un partido que perdió unas elecciones por mentir alevosamente cuando los atentados del 2004 y pudo ganar otras gracias al dinero de una caja b, procedente de la corrupción, confirmada ya por sentencia judicial. Y luego de eso considera democráticamente ilegítimo algo tan constitucional y tan democrático como una moción de censura.

3.- Estamos creando empleo.- Muy inexacto. Empleo es una ocupación que permite al empleado vivir suficientemente. Cuando eso no se produce lo que se crea es solamente precariedad (a veces incluso esclavitud). En este sentido, el gobierno del PP ha creado muy poco empleo, ha obligado a emigrar a buena parte de juventud española bien preparada, ha mantenido la vergonzosa diferencia salarial entre varones y mujeres y, cuando le preguntan por eso, recurre al argumento pujolista del: “ahora no toca”; y el que decide si toca o no, soy yo. Bastante sofisma es también eso de prescindir de los factores internacionales (bajada del petróleo etc.) tanto cuando me han ayudado a mí, como cuando perjudicaron al otro.

4.- Zapatero: el peor gobierno de la democracia.- Sofisma demagógico. El de ZP fue solo un gobierno más, con sus virtudes y sus defectos y mejor que el segundo de Aznar. En su haber pueden estar la salida de la guerra de Irak, una TVE sin anuncios, mucho más imparcial y honesta que las del PP, y la puesta en marcha de las energías renovables, paralizadas luego por el PP. En su debe está sin duda la ceguera ante nuestra crisis económica, aunque haya que añadir que la raíz hispana de esa crisis estuvo en la ley del suelo de Aznar que, a corto plazo, produjo pingües beneficios artificiales, de los que aún se benefició el primer gobierno de ZP, hasta que la burbuja estalló, comenzaron a aparecer los efectos negativos de aquella “cortisona de la piedra” y ZP sin enterarse. ¿No será pues que se quiere desautorizarlo no por ser ZP sino por ser gobierno del PSOE? Y como los de Felipe González ya quedan muy lejos y, además, debemos bastante a su primera etapa, pues mejor golpear al otro.

5.-Estamos saliendo de la crisis.- Sofisma partidista. Dije otra vez que la verdad de esta afirmación depende de quién se entienda como sujeto de ella. Si se refiere al abstracto “España” o “el país”, depende otra vez de que signifiquen esas dos palabras: si aluden solo a los once millones de españoles bienestantes, sí que salen de la crisis (aunque esos casi ni habían entrado en ella). Si se refieren a los once millones de pobres, con dos millones tan hirientes de pobreza infantil, entonces no hemos salido de la crisis. Y, según el humanismo cristiano, son esos últimos los que deber preocupar más y preferencialmente a cualquier gobierno.

6.- Una ley para fomentar el odio.- Sofisma por pasarse de rosca. Se refieren a la ley de la memoria histórica. No es que yo me apasione por ella; pero comprendo el legítimo derecho de miles y miles de personas a recuperar los restos de sus seres queridos y desaparecidos, o que se sepa exactamente qué les pasó. Los vencedores de la guerra civil tuvieron tiempo suficiente para airear la otra mitad de la memoria histórica sin que esto les pareciera que sembraba el odio sino solo que recuperaba la verdad. Igual de justo es que los derrotados tengan posibilidad de recuperar su memoria. Lo importante sería que esas memorias contribuyan a reconocer las propias culpas porque sin ello no puede haber reconciliación. Y barbarie hubo por las dos partes: aunque, en cuanto puedo saber, cosas buenas hubo más en los pocos años de la república que en los muchos del franquismo.

7.- Reconstruir el centro-derecha.- ¿Cómo? Ese centro derecha no creo que pueda reconstruirse porque no ha existido nunca. Querrá Ud. decir simplemente “construir”. En España solo hay una derecha y una extrema derecha (franquista y resentida), unidas por la necesidad. Por eso no ha aparecido aquí Le Pen, ni la AfD, ni la liga norte italiana, ni el FPÖ de Austria.

8.- “Inspirados en los valores del humanismo cristiano”. ¡Por Dios! Creo entender un poco lo que es el humanismo cristiano. Por eso me atrevo a decir que, si acaso me hubiera equivoco en alguno de los otros sofismas, en este no me equivoco. El humanismo cristiano implica, por ejemplo: justicia social, fraternidad, sobriedad, respeto a la verdad, tolerancia, hospitalidad, cumplir la palabra dada, manos limpias… Y todo esto no solo en las relaciones individuales no también en las sociales.

Aclaración final. Éste quiere ser solo un juicio de afirmaciones, no de personas (que de éstas las hay en el PP muy respetables). Su única aspiración es que esos sofismas no se repitan más y que, en lo sucesivo, nos den argumentos en vez de calificativos descalificadores. Los sofismas no suelen provenir de falta de inteligencia sino de falta de serenidad en el pensar. La serenidad sabe argumentar. La inteligencia sin serenidad solo es otra arma de destrucción masiva.
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