El punto culminante del Congreso será la misa de clausura presidida por el Papa Francisco en la Plaza de los Héroes de Budapest, pero cada día los participantes podrán sumergirse en encuentros de oración, catequesis, testimonios, seminarios, misas y eventos culturales.
El Congreso cuenta también con oradores invitados, como los cardenales Louis Raphael Sako, de Irak y Gérald Cyprien Lacroix, de Quebec, primado de Canadá.
Un encuentro de la humanidad
"Un Congreso Eucarístico Internacional es un acontecimiento muy importante porque aborda todos los aspectos de la vida", afirma el cardenal Lacroix, en declaraciones a Radio Vaticano.
"Por supuesto que hay momentos muy importantes de oración, de reflexión; un tiempo para rezar, un tiempo para encontrarse con otras personas también. Estará aquí gente de todo el mundo, así que experimentamos la Iglesia de una manera nueva, ya que celebramos en muchas lenguas, en muchas culturas y encontramos en el Señor Jesús la fuente; toda la vida viene de Él, así que es muy importante encontrarse. Todos estamos en sintonía con la vida de la Iglesia en nuestras propias regiones, en nuestros propios países, pero encontrar a otros cristianos, a otros creyentes de todo el mundo, es una experiencia muy edificante".
El Cardenal continúa explicando que el Congreso es "un encuentro de la humanidad; Jesús nos reúne y nos ayuda a construir una familia, construida en la unidad, en el amor, la caridad, y nos abre el corazón a los demás y a otras realidades también. Escucharemos conferencias, pero también testimonios, personas que vendrán a compartir sus experiencias, lo que viven en su propio país, eso es muy importante también para compartir".
Recuerdos del Congreso del '76
El Cardenal Lacroix ha participado en muchos Congresos Eucarísticos a lo largo de los años y recuerda con mucho cariño la primera vez que participó en uno, cuando tenía apenas dieciocho años. Se acuerda de que su padre y su madre decidieron que toda la familia iría al Congreso de Filadelfia en 1976, donde vivían entonces. "Soy el mayor de siete hijos y fuimos todos con mis padres en una pequeña tienda de campaña a pasar la semana en Filadelfia; esa fue mi primera experiencia. Fue sobrecogedor rezar con miles de personas y vivir todas esas liturgias y actos culturales y conocer a gente de todo el mundo".
El cardenal dice que espera seguir participando en los Congresos Eucarísticos Internacionales durante muchos años "porque es un lugar donde vamos a la Fuente, donde vamos al Señor como humanidad, como Iglesia y le permitimos que nos renueve; que nos dé más fuerza para poder seguir viviendo en medio de este mundo tan convulso y encontrar la esperanza".
"Vengo porque lo necesito personalmente, pero también vengo a compartir esta alegría con los demás", dice.
El tema de la paz y la reconciliación
Durante el Congreso, el cardenal Lacroix se dirige a los participantes sobre el tema de la paz, bajo el título: "La Eucaristía, fuente inagotable de Paz y Reconciliación". El cardenal señala que la Eucaristía ha sido una fuente inagotable de paz y reconciliación en su vida personal. Continúa diciendo que, compartiendo la Palabra de Dios, compartiendo la oración y compartiendo la Eucaristía, ha "encontrado nuevas fuerzas, nuevas esperanzas para levantarme y continuar mi misión de seguir sirviendo al Señor y a su pueblo fiel, y servir a la humanidad".
Respondiendo a la pregunta si la celebración de un Congreso Eucarístico Internacional es más importante que nunca en un momento de pandemia global y de conflicto en muchos países del mundo, el cardenal Lacroix dice: "En todas las épocas de la historia es importante reunirse como creyentes bautizados... pero, por supuesto, en tiempos más difíciles, como los que estamos viviendo ahora, es tan útil, y es un regalo poder recibir esta inyección de esperanza en nuestras venas y en nuestros corazones, en nuestras almas, ver a otros hermanos y hermanas".