Esto es, en pocas palabras, la situación que narra a Vatican News, el embajador Yurii Diudin, Subdirector general para las Américas de la Cancillería de Ucrania, quien se encuentra actualmente en su país, en una zona como él mismo describe, “más tranquila que en los lugares donde hay combates intensos”, aunque aclara que “no hay lugares seguros en Ucrania, porque igual suenan las alarmas aéreas y varias veces hay que esconderse en los refugios”, cumpliendo también los toques de queda como en todo el país.
Jamás pensamos en una invasión de tal magnitud
-¿Como diplomático –también ex embajador de Ucrania en Argentina- alguna vez se imaginó que una invasión rusa de esta magnitud pudiera ocurrir, a pesar de las continuas amenazas lanzadas por Rusia desde el 2014, tras los conflictos separatistas del Donbass y de Crimea?
-No, francamente jamás habríamos podido imaginar una invasión tan abierta, con tantas crueldades, con tantas hostilidades, con tanta gente sufriendo y muriendo todos los días. Eso nunca. Aunque es cierto que desde el 2014 estamos en guerra con Rusia, o sea, Rusia nos atacó, nos quitó una parte de nuestro territorio que fue la República autónoma de Crimea y algunas regiones de Donetsk y Lugansk, pero una guerra abierta, con tanques, aviones, bombas, como lo están haciendo ahora, eso jamás lo habríamos podido pensar.
Resistimos con fuerza y unidos
-El presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky ante el parlamento italiano, este martes, dijo que todo el pueblo actualmente es un ejército en defensa de la soberanía y de la libertad. ¿Cómo ve usted la respuesta del pueblo ucraniano?
-El pueblo se ha unido mucho, el pueblo, está defendiendo nuestro país, nuestro territorio, nuestra tierra. No atacamos a nadie, al contrario, fuimos agredidos, fuimos atacados. Como se ve, el segundo ejército del mundo, como se dice del ejército ruso, no pudo cumplir con los objetivos planteados de tomar Kiev en tres días, de ocupar todo el territorio en una semana ni mucho menos.
Aunque numéricamente inferiores, estamos dando batalla y estamos deteniendo el avance de los rusos en todos los frentes, estamos resistiendo muy fuertemente, gracias a la unión del pueblo, porque no es solamente el ejército, sino todo el pueblo que realmente se ha unido en esta guerra sagrada para defender nuestro país.
Sanciones económicas y ayuda militar fundamentales
-Hasta ahora, el embargo y sanciones económicas es lo único concreto que se ha realizado, al menos, a través de la comunidad internacional para disuadir a Rusia de su agresión. Y también los coloquios que en realidad pareciera que no han tenido los resultados esperados hasta ahora. ¿Cuál cree usted que sea el camino que pueda llevar a un posible acuerdo?
-El camino es único, primero defendiendo nuestra tierra como la estamos haciendo. Ya se ve que no se puede conquistar Ucrania tan fácilmente. El heroísmo de los defensores de Ucrania es lo que da fuerza a nuestros diplomáticos que están haciendo negociaciones.
En cuanto a la respuesta extranjera, estamos viendo cómo estas sanciones, muy duras, van a llevar a la economía rusa a la ruina, ya la están llevando casi a un default. Poco a poco, Rusia va a tomar conciencia de lo que está pasando en el propio país a raíz de las sanciones. Así que esta combinación de factores, del heroísmo de los defensores de Ucrania, la fuerza de las sanciones y además, la ayuda militar - porque la defensa antiaérea que recibimos nos ayuda en mucho para combatir a los aviones y los drones rusos que fueron las principales armas con las que ellos contaban - nos están ayudando a que lleguemos a un acuerdo, a una paz tan deseada por todo el pueblo ucraniano.
Mediación para sacar a la gente en peligro
-Embajador Diudin, el presidente Zelensky ha tenido un coloquio con el Papa Francisco. De hecho, son numerosos los llamamientos que ha hecho el Pontífice de condena y de rechazo al ataque ruso, incluso con palabras muy fuertes como “injusto”, “repugnante”, “inhumano” y “sacrílego” ¿Cómo se han recibido estas palabras y gestos del Papa y de la Santa Sede, incluso se ha hablado de una posible mediación?
-Apreciamos y valoramos mucho las palabras del Santo Padre en cuanto a la condena de la agresión, y también quisiéramos contar con el apoyo del Papa en las negociaciones. La mediación del Vaticano y Santa Sede sería muy importante en este contexto, porque lo que necesitamos ahora es hacer una tregua para poder sacar a la gente indefensa de los territorios y ciudades que están asediadas o las que están en condiciones humanas muy adversas. Necesitamos esa tregua y cualquier mediación en ese sentido es bienvenida, sobre todo, si viene de la Santa Sede, si viene del Pontífice.
Sabemos que el presidente Zelensky en la conversación con el Papa Francisco le propuso esa mediación, le explicó la situación humanitaria que está viviendo el pueblo ucraniano, especialmente, en las áreas que están bajo el ataque de los enemigos y esperamos poder contar con este apoyo, con esa mediación y de todas las palabras que está pronunciado el Santo Padre sobre nuestro conflicto, sobre nuestro país.
Pero todos quieren volver...
-¿Cómo se ha visto la respuesta de los países fronterizos, como Polonia, Rumanía, de Europa ante esta situación humanitaria tan trágica como la que están viviendo, sobre todo, las personas más frágiles más débiles, las mujeres los niños y los ancianos?
Estamos realmente ante una tragedia humanitaria, tres millones y medio de los ucranianos ya han abandonado el país a raíz de esta situación, de esta guerra. Y cerca de 7 millones son desplazados internamente, dentro de Ucrania, personas que tuvieron que abandonar sus hogares, sus casas, solo para escapar de los bombardeos.
Estamos muy agradecidos a Polonia Rumanía República Eslovaca, República Checa, Moldavia, a esos países que han recibido millones de seres humanos, sobre todo, mujeres con niños a quienes les han dado hogares, comida y el apoyo necesario. También muchos han ido hacia otros países como Alemania Francia y países nórdicos. O sea, ahora los ucranianos estamos dispersos por muchos lugares, pero todos queremos que esta guerra terminé cuanto antes y queremos volver a nuestras casas, porque no se puede vivir mucho tiempo lejos de la casa.