El presidente de los obispos italianos reclama "estilo, método y camino" Gualtiero Bassetti: “La sinodalidad es perfectamente coherente con el camino de la Iglesia italiana”
Tras una introducción dedicada en su mayor parte al tema de la sinodalidad, el cardenal también tuvo palabras para el invierno demográfico en Italia, el trabajo, las migraciones, e hizo un llamamiento a la paz en Tierra Santa
"El reto que espera a los prelados es poner en marcha caminos sinodales capaces de dar voz a las experiencias y peculiaridades de nuestras comunidades eclesiales", aseguró Bassetti
“La riqueza de nuestra historia confirma que la sinodalidad, como estilo, método y camino, es perfectamente coherente con una trayectoria que abarca cinco décadas, tanto más por la conciencia de un ‘cambio de época' en curso’”.
Así se expresaba a través de SIR el cardenal Gualtiero Bassetti en la primera jornada de la 74ª Asamblea General de Obispos Italianos, inaugurada por el papa Francisco el pasado 24 de mayo en Roma. Arzobispo de Perugia-Città della Pieve y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Bassetti trazó una amplia digresión sobre la historia de la Iglesia italiana, empezando por la primera asamblea general y pasando por los planes pastorales y los convenios decenales.
Trazando una analogía con los primeros años setenta, Bassetti consideró que también hoy “la Iglesia en Italia está llamada a un discernimiento que genere conversión, comunión y corresponsabilidad”, y subrayó el compromiso asumido en nombre de la CEI dirigiendo “un pensamiento afectuoso y devoto al Papa Francisco”.
“Dibujar formas renovadas es nuestra responsabilidad hoy", explicó Bassetti, quien aseguró que “la Iglesia italiana nunca ha estado ni estará en oposición a Pedro, a su Magisterio, a su Palabra”. “Por eso —prosiguió— hoy, como siempre ha ocurrido en nuestra historia, nos sentimos llamados a vivir la sinodalidad, a diseñar un camino sinodal”.
Para el presidente de lo obispos italianos, el reto que espera a los prelados es, pues, “poner en marcha caminos sinodales capaces de dar voz a las experiencias y peculiaridades de nuestras comunidades eclesiales, contribuyendo a la maduración, incluso en la multiformidad de los escenarios, de rostros de Iglesia en los que se puedan rastrear los rasgos de un Nosotros rico en historia y en historias, en experiencias y en competencias, en experiencias plurales de creyentes, en carismas y ministerios, en riquezas y en pobrezas”.
“Es un estilo —aseguró el purpurado— que quiere reconocer la primacía de la persona sobre las estructuras, así poner en diálogo a las generaciones, que apuesta por la corresponsabilidad de todos los sujetos eclesiales, que es capaz de valorar y armonizar los recursos de las comunidades, que tiene la valentía de no estar condicionado por el 'siempre se ha hecho así', que asume como horizonte el servicio a la humanidad en su totalidad".
Del invierno demográfico a las migraciones
Para combatir el invierno demográfico por el que atraviesa el país transalpino, el cardenal asegura que “se necesitan medidas fiscales y administrativas; medidas que se resumen, por ejemplo, en el subsidio único que se está aplicando actualmente para todas las categorías de trabajadores, y se necesitan políticas laborales activas, especialmente para las mujeres, que respeten el tiempo familiar y el cuidado de los niños".
En el ámbito internacional, los obispos se unen al sentido llamamiento del Santo Padre para que en todas las zonas de conflicto y, en particular, en Tierra Santa “se silencien las armas y se emprenda el camino del diálogo y la reconciliación”.
En cuanto al fenómeno de la migración, el CEI, a través de sus oficinas nacionales, ha garantizado la llegada a Italia y la acogida segura de más de mil refugiados procedentes de Oriente Medio y África. Con esta decisión, la Iglesia italiana pretende demostrar que “una alternativa a la entrada irregular y a las muertes en el mar es posible”.
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